Preocupación internacional

Otra jornada tensa en Venezuela

Manifestantes y efectivos de la Guardia Nacional policía militarizada protagonizaron anoche nuevos enfrentamientos en Caracas. Los choques dejaron como saldo al menos un herido de bala, así como daños a vehículos, comercios y viviendas.

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Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana enfrentan a protestantes, terminando con la que comenzó como una marcha pacífica convocada por la oposición y estudiantiles universitarios. Foto: Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA

Manifestantes y efectivos de la Guardia Nacional (policía militarizada) protagonizaron enfrentamientos en la zona este de Caracas hasta altas horas de la madrugada que han dejado al menos un herido de bala, así como daños a vehículos, comercios y viviendas, y algunas personas con síntomas de asfixia por los gases lanzados por los antidisturbios.

Según informó el diario El Nacional de Venezuela, el estudiante Gonzalo Fernández recibió el proyectil policial en el abdomen y fue internado en el Centro Médico Docente La Trinidad, con una lesión renal.

Según Einer Guiliani, director de la Policía de Chacao, las autoridades debieron intervenir porque la protesta se desmadró. “No tienen que hacer destrozos a los bienes públicos o privados. Eso provoca que las fuerzas del orden los detengan”, aseguró.

Sin embargo, muchas imágenes y testigos dieron cuenta de que se trataba de una manifestación pacífica. El periódico venezolano relata que aproximadamente 500 estudiantes se habían concentrado en la Fajardo, hasta que las fuerzas de seguridad comenzaron con el desalojo con bombas hidrantes y gases lacrimógenos.

Los incidentes se desarrollaron en diferentes zonas de ese municipio, cuando jóvenes trataron de interrumpir el tráfico con barricadas de basura incendiada.

La Guardia Nacional lanzó gases para disolver el acto de protesta y durante varias horas los enfrentamientos se fueron esparciendo por las zonas cercanas.

“Extrema ligereza”

Frente al preocupante panorama que se vive en el país, la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) exhortaron al gobierno a desarmar a los grupos radicales llamados colectivos, que se dicen “defensores” de la revolución bolivariana.

La CEV emitió una declaración en la que rechazó “cualquier tipo de violencia en manifestaciones y fueras de ellas, así como las represiones (policiales) realizadas en esta semana”.

El portavoz de la CEV, Diego Padrón, dijo que los “grupos violentos deben ser desarmados por las autoridades”, al tiempo que exigió que investiguen los hechos posteriores a una marcha opositora, en los que murieron a tres personas a balazos, 66 resultaron heridos y hubo casi 100 detenidos.

El secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, dijo que cuando el gobierno hace reiteradas referencias a un presunto golpe de Estado le “inyecta inquietud a los ciudadanos” y promueve una imagen de inestabilidad del país.

Agregó que Maduro habla con extrema ligereza de una conspiración en su contra, sin presentar pruebas.

Aveledo pidió a Maduro el desarme de los “colectivos”, grupos armados afines al gobierno que actuaron esta semana contra una manifestación opositora, alertando sobre el peligro que representan para la seguridad ciudadana.

Maduro no se ha referido directamente a los grupos, que se sabe operan en barrios populares, poseen armas militares y dominan la seguridad en zonas cercanas a la sede del gobierno.

“La posesión de armamento de guerra es injustificable por lo que son necesarios estos pasos (desarmar a los colectivos) como el primer paso para la paz en Venezuela”, dijo Aveledo.

Y agregó que las manifestaciones de esta semana son muestras de una inconformidad real que no será sofocada por propaganda oficial.

Piden respeto a los derechos humanos

  • La Comisión Interamericana de Derechos Humanos se manifestó “preocupada” por los “graves” hechos de violencia durante las protestas esta semana en Caracas y las denuncias de “censura” de medios de comunicación e instó al gobierno de Nicolás Maduro a investigar los hechos y revertir la situación.

“La Comisión insta al Estado venezolano a adoptar de manera urgente todas las medidas que sean necesarias a fin de garantizar los derechos a la vida, a la integridad personal y la seguridad, así como los derechos políticos, el derecho de reunión y los derechos a la libertad de asociación y libertad de expresión de todas las personas bajo su jurisdicción”, dijo la CIDH en un comunicado.

Asimismo, le instó a “iniciar investigaciones sobre los hechos reportados”, además de que éstas se realicen de forma “diligente e imparcial” con el resultado de que ‘se establezcan las responsabilidades a que haya lugar‘.

La CIDH y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión hicieron especial hincapié en las denuncias sobre el bloqueo informativo durante las protestas que dejaron tres muertos y decenas de heridos y manifestaron su “preocupación por la reducción de los espacios de debate público” ya expresada con anterioridad.

Con el agravante, agregó, de que se ha realizado “en un contexto en el cual algunas autoridades venezolanas han hecho declaraciones públicas estigmatizantes y de descalificación en contra de distintos grupos de la sociedad civil que son identificados como de oposición”.

“Expresiones de intolerancia política de la autoridad estatal no solo son contrarias a la plena vigencia de los derechos humanos, sino que además pueden ubicar a un sector de la población en una posición de mayor vulnerabilidad y riesgo ante posibles ataques de distinta naturaleza”, subrayó la CIDH.

análisis

Maduro pretende “reeducar” a los sectores opositores

Néstor Rojas Mavares

La última propuesta legal de Nicolás Maduro, advierte a los opositores que las manifestaciones de “odio e intolerancia” contra las familias chavistas serán “severamente castigadas”, en medio de una ola de protestas que enfrenta el presidente.

Maduro dijo que su proyecto busca “reeducar” a los opositores que han sido “inyectados de odio” por sectores “fascistas” de la oposición que, según afirma, dirigen una conspiración para derrocarlo. “Hice un llamado para que se acabara la intolerancia contra la familia, contra el hogar. La lucha política tiene que tener límites éticos”, se quejó anoche.

Desde que llegó al poder el pasado abril, el arsenal legal de Maduro para preservar el orden ha crecido sin pausa, con acciones que apuntan a limitar el movimiento de la oposición y cercar a los empresarios y medios de prensa independientes.

Y todavía le quedan por delante diez meses de los poderes especiales para legislar por decreto que le otorgó el Congreso.

El ambiente político en una Venezuela fragmentada entre simpatizantes y opositores del gobierno escaló tras la detención de varios estudiantes que pedían una mejora de la seguridad ante el crimen y una posterior manifestación en Caracas que degeneró en violencia, dejando tres muertos y 66 heridos.

Los sucesos resucitaron la preocupación regional por la estabilidad de Venezuela, cuando se acerca el primer aniversario de la muerte de Chávez, el 5 de marzo. En sus casi 14 años como gobernante, Chávez enfrentó un golpe de Estado, una huelga general de dos meses y varias crisis políticas, pero salió airoso de todo ello, con el respaldo de los petrodólares que siempre fluyeron pese a las tormentas.

La nueva pugna política hizo que los venezolanos desviaran su atención del azote de la inflación y el desabastecimiento, que en enero alcanzó niveles sin precedentes del 28 por ciento, lo que indica que en el mercado escasean 28 productos de cada 100. Mientras, la inflación escaló al 56,3 por ciento en año pasado.

La respuesta del gobierno a la situación ha sido más leyes restrictivas, acompañadas de un discurso de Maduro que asegura estar bajo fuego por una guerra económica provocada por la burguesía y un intento de golpe puesto en marcha por la oposición.

Para luchar contra la inflación, Maduro aprobó una ley de Costos y Precios Justos, que limita las ganancias en todos los sectores a un 30 por ciento.

Además, señaló que en adelante no permitirá que manifestantes bloqueen el paso por las autopistas, una de las herramientas de protesta predilecta de los estudiantes, y anunció que acabará con esa práctica por vía legal. “No vamos a permitir que cuatro loquitos vengan a trancar las autopistas”, recalcó.

Lo cierto es que el gobierno debe manejar con cautela el movimiento estudiantil, heredero de la lucha de los universitarios de 2007, considerado clave en una de las pocas derrotas electorales de Chávez, la referente a una reforma constitucional.

“Las protestas estudiantiles no van a parar. Los estudiantes están haciendo una protesta justa, legal y sentida que, además, ahora no está basada sólo en el terrible entorno-país que les afecta especialmente, sino también en la represión a la que han sido sujetos y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros”, señala al respecto el analista político Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis.

El gobernante tiene además otro frente abierto en los medios de prensa, tras las muestras de autocensura en las coberturas de las protestas, así como de la represión policial y las imágenes violentas.

En las últimas manifestaciones participaron los editores y periodistas de diarios impresos para exigir al gobierno que entregue los dólares para importar el papel que necesitan las rotativas, cuyos inventarios se reducen, sin que el control de cambios les permita vías alternativas.

Con una oposición dividida en sus métodos de lucha y en una pugna de liderazgo, el gobierno podría apostar por el desgaste de su oponente, ahora que se ve lejana la próxima batalla electoral, que no tendrá lugar hasta las legislativas de finales de 2015.

El consultor político Edgard Gutiérrez llamó sin embargo la atención sobre un descontento popular que puede crecer, mientras el gobierno se muestra “enredado” en un ambiente de confrontación política y descalabro económico.

“Es curioso, Maduro prohibió la protesta y anunció la militarización de varias ciudades, pero ahora hay más gente en las calles”, señaló.