Proteja sus ojos del sol

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En los meses más cálidos los cuidados se deben extremar, pero también en otoño e invierno es necesario protegerse del sol. Es clave elegir gafas de buena calidad y usarlas en toda ocasión.

TEXTO. DR. IVÁN CIMINO (*). FOTO. ARCHIVO EL LITORAL.

Así como nos cuidamos la piel con protectores solares, debemos hacer lo mismo con los ojos. Es por ello que, como en la primavera y el verano es cuando estamos más expuestos a la radiación ultravioleta dañina, debemos extremar los cuidados. Sin embargo, en los meses de otoño e invierno el sol también puede afectar la visión en menor medida.

El daño es directamente proporcional a la exposición a la luz solar (ultravioleta UV) y provoca los siguientes problemas:

- Pterigión y pingüécula. El primero, conocido vulgarmente como “carnosidad” es un crecimiento de tejido conjuntival degenerativo que se extiende desde el canto interno (zona cercana a la nariz) o externo hacia la córnea (capa trasparente del ojo). Su tratamiento definitivo es con microcirugía. Se debe recordar que en un pequeño porcentaje de casos puede volver a aparecer.

El segundo es un depósito blanco-amarillento, adyacente al canto interno o externo y que se caracteriza por presentar crecimiento lento o inexistente. Se puede inflamar dando una pingüeculitis y precisar un tratamiento con gotas.

- Cataratas. Es la opacificación del cristalino (lente transparente del ojo) causada por el efecto directo de los rayos UV. Hay numerosas clasificaciones, pero de forma didáctica las podemos dividir en cataratas inmaduras (o iniciales): en ellas el cristalino está parcialmente opaco; cataratas maduras: el cristalino está completamente opaco (con diferentes colores), y cataratas hipermaduras: el cristalino pierde agua y su cápsula se arruga (color blanquecino). Es una enfermedad muy frecuente y la causa principal de baja visión o ceguera. Su pronóstico es bueno si se realiza la cirugía en el momento adecuado e individualizando el tratamiento según cada persona.

- Degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). Es una enfermedad de la zona macular (parte central y de mayor visión de la retina), que aparece generalmente a los 50 años y tiene dos estadios bien identificados: un estadio precoz, donde se observan cambios sutiles en el fondo de ojo y un estadio tardío, donde aparecen complicaciones de mayor gravedad. Se subdivide en DMAE exudativa, con neovascularización y cicatrización subretinal y DMAE atrófica, más frecuente y lentamente progresiva con atrofia del epitelio pigmentario. Su prevalencia es alta y su pronóstico depende de su estadio y tratamiento.

- Retinopatía solar. Es el resultado de mirar de forma directa o indirecta al sol. Se presenta al cabo de 1-4 horas después de la exposición solar, con afectación de uno o ambos ojos en la visión central, dando metamorfopsias (alteración de la forma de los objetos) o escotomas (manchas oscuras) centrales. El pronóstico suele ser bueno, con mejoría de la visión hasta valores normales o casi normales a los 6 meses, aunque pueden persistir los síntomas leves.

- Enfermedades en la piel de los párpados. Las más frecuentes son: queratosis actínica: que se presenta como un área elevada y áspera de la piel de los párpados, pudiendo ser precursora de cáncer de piel. El cáncer más frecuente se denomina carcinoma basocelular y suele afectar a personas adultas o ancianas que realizaron actividades con gran exposición solar durante muchos años. Se localizan más frecuentemente en el párpado inferior, seguido por el canto interno (zona cercana a la nariz), párpado superior y canto externo, y tiene crecimiento lento e invade localmente. Se lo puede clasificar en nódulo-ulcerativo: nódulo duro y brillante con pequeños vasos en su superficie, que se ulcera en etapas más tardías, y el tipo esclerosante: placa plana dura que puede distorsionar el párpado y se extiende por debajo de la piel. Su diagnóstico es más tardío.

Es por ello que cualquier lesión en piel de los párpados de inicio súbito o lento y de características atípicas debe hacer sospechar y requiere consultar de forma urgente al oftalmólogo. Su tratamiento depende del estadio y localización de la lesión.

Hay que recordar que el riesgo de contraer dichas enfermedades es semejante al de utilizar camas solares de forma frecuente.

RECOMENDACIONES

Ante la amplia gama de enfermedades oftalmológicas que puede ocasionar el sol, mis consejos para disfrutarlo plenamente son:

- Elegir lentes por su poder de bloqueo de los rayos UV. Deben ser lentes cómodos que faciliten su uso durante largas horas y de un material resistente acorde a la edad del usuario (por ej. cristales orgánicos para los niños). Es por ello que se los debe elegir de manera consciente y no por precio, color, forma o moda. Son recomendables lentes que cubran toda el área de los ojos (ni muy pequeños ni muy grandes).

- Solicitar que el óptico mida el porcentaje de rayos UV que protegen.

- Utilizar sombrero o gorra.

- No mirar directo al sol, aún teniendo gafas.

- Si usa gafas con aumento puede adicionar dicho aumento al lente de sol o, si utiliza lentes de contacto con protección UV, igual debe usar gafas de sol.

- Los niños y ancianos también deben usar gafas de sol.

- En horas pico (entre 10 a 15 hs), evite la exposición solar. De hacerlo, tome todas las medidas anteriormente dichas incluyendo el uso de sombrilla además de ingerir abundante líquido (agua, bebidas hidratantes, etc.).

- Si realiza esquí también se debe proteger con gafas especialmente diseñadas para este propósito.

- Los usuarios de camas solares se deben proteger los ojos y procurar cerrarlos durante el tratamiento.

(*) Médico oftalmólogo (MP 6700).

Más info en: www.ivancimino.blogspot.com.ar