En el techo de América

TEXTOS. NANCY BALZA.

FOTO. GENTILEZA DE C. BARGAS.

PRIMEROS PASOS HACIA LA CIMA. “Comencé a escalar hace un poco más de seis años. Sentía una profunda necesidad de decir ‘gracias’. En los comienzos de esta carrera deportiva, a un integrante de mi familia le tocó pasar por un difícil momento de salud y milagrosamente se recuperó. Eso potenció todo esto, por llamarlo de alguna manera, y así fue como en estos últimos años tomó una connotación deportiva más profunda y se fueron consagrando varias cumbres importantes en distintos lugares de nuestro país. De a poquito fue madurando el proyecto llamado ‘Aconcagua’ y a mediados de 2013 se comenzó a preparar este sueño que es el de cualquier montañista”.

CUERPO Y MENTE. “La preparación que llevé a cabo se puede dividir en dos partes bien marcadas: física y psicológica. Para la primera seguí una rutina que consistía en fortalecer la resistencia física a través del ciclismo y pedestrismo. Fui mejorando la capacidad pulmonar por medio de la natación y complementando con algo de gimnasio. Y para la segunda, tuve mucho apoyo emocional por parte de los afectos y entrevistas periódicas con un profesional”.

EL SUEÑO Y LA REALIDAD. “Aconcagua es el sueño de cualquier montañista. Pero cuando estuve allí sentí que vivía en primera persona todos los libros, fotos, cuadros y videos que había visto a lo largo de este tiempo. Tiene una flora y una fauna realmente impresionantes. Pero lo que más me llamó la atención fue cómo se ve el sol en los campamentos de altura, y los cóndores en su hábitat natural”.

DOBLEMENTE FELÍZ. “Cuando llegué a la cumbre, el 16 de enero a las 13.42, sentí una mezcla de emociones muy grande, pero predominó una en especial: la felicidad. Felicidad en principio por cumplir una misión que consistía en agradecer a un grupo de autoayuda que colaboró mucho con mi familia y que se llama ‘El Fobi’. Fue fundado por el Dr. Enrique Guillermo Suárez, autor de varios libros y fundador de este grupo que, de manera casi anónima, ayuda a muchísima gente a superar distintas clases de miedos, fobias y demás patologías relacionadas. Y la segunda fue obtener este gran logro deportivo, quizás el más importante de mi carrera. Realmente aun hasta el día de hoy sigo emocionado”.

SOLO, PERO ACOMPAÑADO. “La expedición fue en solitario. No obstante tengo muchos amigos en este deporte que fui consiguiendo a lo largo de la trayectoria. Por ejemplo, Luciano Badino, reconocido guía de Mendoza quien, junto a una de las más importantes empresas prestadoras de servicios en logística de montaña ‘Fernando Grajales expediciones’ me ayudaron de manera desinteresada a diagramar la organización y rutas a llevar a cabo. Ellos también estuvieron involucrados en esta misión de llevar al ‘El Fobi’ a lo más alto de América y eso me enorgulleció aún más”.

NUEVAS METAS. “Me encantaría seguir subiendo cerros. La cordillera de los Andes tiene una montaña más linda que la otra y me animo a decir que Argentina tiene algunas de las más lindas elevaciones del cordón montañoso. Pero hay muchos factores que son necesarios resolver para que una expedición se pueda llevar a cabo y eso limita a la hora de armar planes. Aún así, me encantaría poder seguir subiendo montañas”.

UN LUGAR EN EL MUNDO. “Nací en Pilar, un hermoso pueblo que tiene alrededor de 5.000 habitantes y se encuentra situado a unos 90 km., aproximadamente, de Santa Fe. Allí la gente es muy trabajadora y amable. En Pilar cursé mis estudios primarios y secundarios. También se encuentra gran parte de mi familia y de los amigos que tienen mucho de mi cariño”.

EN MOVIMIENTO. “El deporte es mi estilo de vida. Y casi sin darme cuenta, a veces entreno hasta los fines de semana. Y eso me gusta mucho, estoy muy feliz con lo que hago y por como vivo”.