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Nuevo atentado

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El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Economía, la Secretaría de Comercio Interior, y el silencio cómplice del Minagri, profundiza la destrucción de la ganadería al cerrar nuevamente las exportaciones de carne vacuna, mediante la no emisión de ROEs. De esta manera vuelve a ahondar el riesgo de la oferta futura de carne bovina al servicio de los argentinos y en los mercados internacionales.

Esta medida es parte de un plan sistemático del actual gobierno cuyo objetivo de destruir la producción comienza en el año 2005 con el incremento en la presión impositiva sobre la exportación, elevando al 15% las retenciones. En marzo de 2006 cierra las exportaciones. Posteriormente aplica un régimen de exportación viciado por la informalidad y la falta de transparencia. Este sistema persiste hasta el día de hoy. Estos instrumentos están en las antípodas de las políticas públicas que reclama el sector para tener un crecimiento sostenido y sustentable en beneficio de Argentina, honrando así su compromiso social de proveer más y mejores alimentos al mundo.

Por el contrario, los resultados de ésta política son contundentes: pérdida del 20% del stock vacuno, desincentivo a la inversión, a la productividad y a un crecimiento sostenido de la oferta, la destrucción del empleo (22 mil puestos menos de trabajo), pérdida de liderazgo en el mercado mundial de carnes, pasando del 3º al 12º lugar en el ranking, de exportaciones.