Se anunciaron U$S 5 mil millones, costará el doble

Que pague el que sigue

  • Kirchneristas o no, los próximos gobiernos argentinos deberán abonar la expropiación a Repsol. La Casa Rosada se endeuda a tasas que el relato solía descalificar por “usurarias”.
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De la redacción de El Litoral

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“No tengo hecha la cuenta porque es tonta”, respondió Axel Kicillof la semana pasada cuando se le preguntó qué suma tendrá que pagar el gobierno por el 51 % de las acciones que tenía Repsol en YPF, entre capital e intereses. Para una ONG, será el doble de lo anunciado oficialmente.

“Aunque se difundió como costo de la indemnización unos U$S 5 mil millones pagaderos en bonos, computando los altísimos intereses implícitos en esos títulos, el costo superará los U$S 10 mil millones. Además de lo elevado del monto, el grueso de los pagos será afrontado por los futuros gobiernos”.

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino evaluó así el programa de pagos que deberá afrontar el gobierno argentino para saldar la expropiación a favor del Estado del 51 % de las acciones de YPF Sociedad Anónima.

El Centro de Estudios que preside el economista Osvaldo Giordano recordó en su evaluación que “la Argentina se compromete a entregar a Repsol títulos públicos por U$S 5.000 millones. Sin embargo, también se compromete a entregar bonos adicionales para garantizar que el valor de mercado de todos los bonos argentinos entregados a Repsol ascienda, al menos, a U$S 4.670 millones, con un máximo de U$S 6.000 millones a valor nominal”.

“En términos simplificados, la Argentina terminará pagando entre U$S 5.000 y U$S 6.000 millones”, señaló. Pero añadió que “a estos montos hay que agregarle los intereses”.

Expone el informe que “como la Argentina tiene calificaciones de riesgos muy adversas, considerando las tasas de interés que oscilan entre 7 % y 8,75 % anual, la suma total que el Estado argentino se compromete a pagar superará los U$S 10.000 millones.

“Un rasgo particularmente importante del acuerdo es que estos pagos se distribuirán en el tiempo de manera peculiar. Según documentos emitidos por la empresa Repsol se puede calcular que entre los años 2014 y 2015 se pagará aproximadamente el 10% de esos bonos”.

Añade que “entre los años 2016 y 2019 se pagará el 32 % y entre los años 2020 y 2023 otro 34%. Entre los años 2024 y 2033 se pagará el restante 24% del valor final”.

La tasa en cuestión

“Lo confieso: las cuotas suman más que los U$S 5.000 millones”, respondió Axel Kicillof la semana pasada. Ante la pregunta de Víctor Hugo Morales explicó sin embargo que la tasa de 8,75 % es “muy menor a lo que se paga cuando van por ejemplo a comprar un electrodoméstico”.

La repregunta no se disparó al aire, pero quedó flotando. El ministro de Economía de la Nación comparó una tasa de interés de una operación soberana en bonos y en divisas con la financiación en el mercado interno y en pesos, que por cierto es alta por efecto de las políticas de enfriamiento del BCRA y de la inflación.

El ex ministro de Economía de Néstor Kirchner -hoy diputado por Unen- Martín Losteau, recordó hoy en una columna para La Nación que “muchas veces la propia presidente y Axel Kicillof sostuvieron que los bancos internacionales no entendían y hasta actuaban en contra de nuestro país y por eso cobraban tasas usurarias; en el convenio el gobierno acepta que los bonos a entregarse sean valuados por entidades financieras internacionales y convalida una tasa interna de retorno de alrededor del 14% en dólares”.

Lousteau entiende que las señales que da el gobierno son “ridículamente contradictorias” respecto de la confianza que debería generar de cara a una cuestión estratégica.

La clave

Sustentable

  • Más allá de su evaluación sobre los costos, Idesa reconoce que “las consecuencias económicas de la estatización” se pueden compensar “si YPF genera y distribuye dividendos que al menos equivalgan al flujo de pagos comprometidos para los próximos 20 años”. Advierte la entidad que dirige Giordano que “tratándose de una empresa petrolera, esto es factible, si en la administración se imponen criterios técnicos alejados de las apetencias políticas”.