El ángel de Harlem

Una vida atravesada por el drama con la misma intensidad que por el ritmo en la interpretación convirtió a Billie Holiday en una figura clave e ineludible en el universo del jazz.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS.

billie-holiday.jpg
 

Hay un lazo invisible que parece unir a la mayoría de las grandes mujeres que han dejado una huella profunda en el mundo del arte, el cine y la música. Muchas de ellas han tenido una vida sufrida, marcada por el abuso de drogas, la soledad y la incomprensión, un corazón roto, e incluso con finales muchas veces trágicos.

Quizás sea una mera casualidad, o quizás el estoicismo proveniente de un difícil destino ha sido el ingrediente privativo para lograr que millones de personas en todo el mundo hayan caído rendidas ante el imponente talento de estas damas.

Tal es el caso de Billie Holiday.

BRILLAR EN LA OSCURIDAD

Aunque en los últimos años se ha hecho un gran avance en la investigación biográfica sobre Billie Holiday, la historia de una de las voces más dulces del jazz conserva hasta la actualidad algunos episodios en la sombra y otros atravesados por elementos míticos.

Lo que sí se sabe es que nació un 7 de abril de 1915 en Nueva York, con el nombre de Eleanora Fagan Gough, aunque luego sería conocida como Billie Holiday y apodada Lady Day.

Sus primeros años de vida fueron difíciles, y se cree que las consecuencias de ello se proyectaron como una carga negativa durante su adultez.

Su madre, Sadie Fagan, tenía sólo trece años cuando nació Billie; su padre Clarence Holiday, un guitarrista y bajista de jazz que tocó en la orquesta de Fletcher Henderson, tenía quince. Los padres de Billie nunca se casaron y él las abandonó cuando ella era todavía un bebé.

Sadie, excesivamente joven para la responsabilidad, abandonaba con frecuencia a la niña con parientes de no muy buena reputación. Ante esta situación, un tribunal decidió enviarla a un reformatorio católico.

Con tan sólo doce años, Billie trabajaba a destajo en un restaurante y denunciaba haber sido violada.

En 1927, madre e hija se marcharon primero a Nueva Jersey y después a Brooklyn. En Nueva York, además de colaborar con su madre en trabajos de ayuda doméstica, Billie comenzó a ejercer la prostitución.

SURGE UNA ESTRELLA

Hacia 1930, Holiday cantaba ya frecuentemente en varios clubes de Nueva York. Pero su talento vio finalmente resultados en 1933, cuando el productor John Hammond habló de ella públicamente en su columna de prensa y llevó a Benny Goodman a una de sus actuaciones.

Tras la grabación de una prueba en los estudios de la Columbia, Billie se unió a un pequeño grupo de músicos dirigidos por Benny Goodman para hacer su debut comercial el 27 de noviembre de 1933 con la canción “Your Mother’s Son-In-Law”.

Fue por ese tiempo que tuvo sus primeros éxitos como cantante. El 23 de noviembre de 1934 brindó un espectáculo en el teatro Apollo y recibió buenas críticas. Su presentación con el pianista -y posterior amante- Bobby Henderson, fue fundamental a la hora de consolidar su prestigio como cantante de jazz y blues. Poco tiempo después Holiday empezó a presentarse regularmente en numerosos clubes de Manhattan.

Comparada con otras cantantes de jazz, Holiday tenía una tesitura limitada, de solo una octava. Ella compensó esa dificultad con un sentido rítmico implacable, una sutil expresión, y una inmediatez emocional. Más tarde trabajó con estrellas como Lester Young, Count Basie y Artie Shaw convirtiéndose en una de las cantantes negras de jazz de mayor reputación. Sin embargo, por aquel entonces la vida en EE.UU. para la gente de color era complicada: Billie tenía prohibido usar la entrada principal y debía esperar en un cuarto oscuro lejos del público antes de aparecer en escena.

Pero sus canciones trascendían cualquier tipo de discriminación, y se caracterizaban por tener un efecto dramático. Su tono único y compromiso emocional colaboraban en hacer de su presentación algo especial.

EL OCASO

Holiday fue aficionada a las drogas psicoactivas, utilizándolas durante casi toda su vida. Si bien fumaba marihuana desde los doce años, fue la heroína la que la destruyó. De hecho, especialistas en la historia del jazz coinciden en que Billie comenzó un desmedido uso de intravenosas alrededor de 1940.

De pronto su joven espíritu comenzó a verse estropeado por la creciente dependencia a las drogas y el alcohol. Y a ello se sumaron los efectos de sus desastrosas relaciones amorosas.

Y es que su vida personal fue tan turbulenta como las canciones que cantaba. Se casó con el trompetista Jimmy Monroe el 25 de agosto de 1941. Mientras aún estaba casada con Monroe, tuvo una relación con el trompetista Joe Guy. Finalmente, se divorció de Monroe en 1947 mientras también se separaba de Guy. El 28 de marzo de 1952, Billie se casó con Louis Mckay, un “Justiciero” de la mafia. Mckay, como muchos de los hombres de su vida, era violento pero trató en vano de sacarla del mundo de las drogas. La relación también terminó siendo un fracaso.

Durante esos años, Billie fue arrestada por posesión de heroína y estuvo ocho meses en prisión. Por lo cual, su tarjeta para trabajar en los clubes de Nueva York fue revocada, resultándole imposible hacerlo durante los últimos doce años de su vida.

A fines de mayo de 1959 fue hospitalizada por dolor en el hígado y problemas de corazón. Fue condenada a arresto domiciliario el 12 de julio por posesión de narcóticos, ya que en 1959, la adicción a los narcóticos era considerada un crimen.

Billie Holiday permaneció bajo la custodia policial hasta el momento de su muerte por cirrosis hepática el 17 de julio de 1959, a la edad de 44 años.

Su muerte pareció una cruel burla del destino; moribunda e inconsciente en la cama del hospital, la policía intentó esposarla mientras agonizaba.

Esta hermosa estrella del jazz, esta mujer que al día de hoy conmueve a fanáticos de todas las edades con la inigualable intensidad de su voz, moría sola y con tan solo $ 0.70 en el banco y $750 en efectivo.

Fue enterrada en el cementerio Saint Raymond, en el Bronx de Nueva York.

Junto con Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald, es considerada entre las más importante e influyentes voces femeninas del jazz.

+datos

MÚSICA Y TRIBUTOS

- Varias de sus canciones como “God Bless the Child”, “I love you porgy” o “Fine and mellow” se han convertido en clásicos del jazz. La presentación de este tema, “Fine and mellow”, en el programa de la CBS The sound of the Jazz, fue memorable por la interpretación con su querido amigo Lester Young.

- La célebre “Strange Fruit” le dio un puesto destacado no sólo en la historia de la música sino también en la de Estados Unidos e incluso fue considerada por la revista “Time” como la mejor canción del Siglo XX, en 1999.

- En 1972, Diana Ross actuó para la película “Lady Sings the Blues”, basada en la obra autobiográfica de Holiday. La película fue un éxito comercial y ganó la nominación de mejor actriz para Ross.

- En 1987, U2 lanzó su famoso “Angel of Harlem”, en tributo a ella.