El camino que abrieron las pioneras

Un homenaje a la escritora Emilia Pardo Bazán, cuyos textos tuvieron como norte la emancipación de las mujeres gallegas, y pueden ser releídos como un mensaje plenamente actual y universal.

TEXTO. CENTRO GALLEGO DE SANTA FE.

 

Cada vez que conmemoramos este día, queda en claro que las conquistas de que disfrutamos hoy las mujeres se deben ni más ni menos que a las luchas de otras que nos precedieron: las que fueron pioneras, las que enfrentaron a los poderes arbitrarios, las que visualizaron los caminos que había que transitar en busca de los derechos que como humanas nos asistían.

Las mujeres gallegas de hoy deben, entonces, sus derechos y conciencia a las que primero caminaron las sendas con espinas. Sería infinita la nómina de sus nombres, pero nos circunscribimos hoy a las intelectuales. Muchas voces, poemas, canciones y relatos nos llegaron de Rosalía de Castro, Francisca Herrera Garrido, Concepción Arenal, entre otras muchas.

Sin embargo, un nombre de esa lista se nos presenta de modo marcado: Emilia Pardo Bazán, nacida en A Coruña en 1851. Escritora incansable nacida en un hogar de privilegio, no usó el mismo sólo en su propio beneficio. Más de 5 décadas de su escritura constante iluminaron mentes a raudales tanto de las que sabían leer, como de quienes recibían oralmente los textos por parte de las que podían hacerlo, considerando que en el siglo XIX el 90% de las mujeres gallegas eran analfabetas.

UNA MENTE ABIERTA

Destacada y homenajeada en nuestro tiempo, fue sancionada sin embargo en sus días. La crítica social y literaria la ocuparon al punto de cultivar teorías reñidas con su condición social y sexual: por ejemplo cultivó las ideas de Darwin y Emile Zola entre otros científicos e intelectuales. Las defendió, no obstante, al punto de divorciarse cuando su horrorizado esposo le ordenó retractarse de ellas. El dominio de otras lenguas y los viajes a diferentes países le permitieron abrir aún más su mente a nuevas realidades, a través de poesías y prosas de escritores extranjeros.

Propuso, sin éxito, la incorporación de los nombres de Concepción Arenal y Gertrudis Gómez a la Academia de Letras. Como puede suponerse, el rechazo de sus pares contemporáneos -también de su propia nominación- provenía de la condición femenina de las postuladas.

La emancipación social e intelectual de la mujer fue un norte de sus escritos. Rechazó los roles femeninos impuestos y luchó, con la pluma, por los derechos laborales y educativos de las mujeres a los fines de que éstas consiguieran su autonomía.

Con las mismas intenciones denunció en un Congreso Pedagógico que no había igualdad educativa entre mujeres y varones. Efectivamente, desde el krausismo, abordó la crítica a la educación femenina: “...Este sistema educativo, onde predominan as medias tintas, e onde se evita como un sacrilexio o afondar e o consolidar, dá o resultado inevitable; limita á muller, a estreita e mingua, facéndoa máis pequena aínda có tamaño natural, e manténdoa nunha perpetua nenez”.

Con su obra constituida por más de 500 escritos -novelas, cuentos, artículos y folletos- Emilia Pardo Bazán logró diseñar un ideal de mujer emancipada por la instrucción y el trabajo, desarrollada en relación con el cambio de su tiempo, y al que contribuiría sin duda con su aporte creativo.

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emilia Pardo Bazán.

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Casa de E. Pardo Bazán en La Coruña.

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Biblioteca de E. Pardo Bazán en la Torre de la Quimera.