La donna é móbile

La donna é móbile

Desde el Génesis se menciona que las mujeres tenemos la particularidad de generar problemas y pecados: Eva y la manzana, Pandora y su curiosidad, Salomé y su rencor...

TEXTO. ROMINA SANTOPIETRO. fotO. obra de Aliza Razell.

 

Que las suegras son brujas, que las chicas lindas son lobas, que las malas son perras, que las querendonas son gatos... que las buenas o distraídas son mosquitas muertas...

Hay femmes fatales y Matas Haris. Naciones lanzadas en guerra por el amor de una mujer.

Pero para los antiguos, las deidades eran femeninas, dadoras de vida. Confluían en un mismo receptáculo, en sí mismas, la vida y la muerte, el poder de generación y de destrucción.

Para los hindúes cada Shakti es la energía femenina y complementaria de cada deva o deidad masculina. Para los budistas zen, la diosa Amaterasu Omi Kami es la diosa solar y su energía vital.

En el Antiguo Egipto, Isis era la madre celestial y quien devuelve a la vida a su consorte, Osiris, luego de que su perverso hermano Set lo asesinara.

Se relaciona la esencia femenina a los ciclos y fases de la Luna -otra diosa dadora de vida para muchas culturas-, por lo cambiante.

Como mujeres hacemos los más altruistas sacrificios y cometemos los pecadillos más mezquinos.

Salimos indemnes y sin inmutarnos de situaciones engorrosas o humillantes, pero nos ofendemos si nos dicen que no estamos lindas. Lloramos si se nos quiebra una uña, pero damos a luz y al instante olvidamos el dolor al ver al retoño. Huimos aterrorizadas de una cucaracha o una araña, pero nos trabamos en lucha por nuestras carteras con un asaltante.

Juramos hacer picadillo a nuestros ex, pero guardamos celosamente los mensajitos y mails de amor que nos mandó.

Nos sentimos unas reinas vestidas de gala y con tacos stilettos, pero adoramos nuestras calzas y remeras largas y ¡las pantuflas!

Si una chica tuvo muchos hombres, ¿es una hombreriega? ¿Por qué no se populariza esa palabreja?

Nos encorsetamos en soutienes armados, con relleno, con aro y nuestro momento más feliz del día es cuando llegamos a casa y liberamos a las mellis.

Un piropo nos alegra el día. Un recuerdo puede amargarnos toda la semana. Vivimos soñando despiertas.

En un solo día podemos estar obsesivas, estresadas, alegres, nostalgiosas, divertidas, traviesas, intuitivas, zen, pensativas y apuradas.

Somos todas y cada una de las heroínas de novelas, series, cuentos o historia. Y protagonistas únicas de nuestras vidas, que puede tomar visos de aventura épica o melodrama de autor.

Reímos hasta las lágrimas. Nos aterrorizamos hasta encontrar el valor de seguir.

Como afirma la ópera, la donna é móbile cual piúma al vento... Y bienvenidos sean esos cambios y vaivenes que hacen que nuestra vida sea tan fascinante.

Somos mujeres. Y tenemos en nosotras la capacidad de generar maravillas. O tormentas de cuidado. En equilibrio y en perpetua lucha con sentimientos y emociones.

Completamente malas y absolutamente buenas. Porque esa es nuestra esencia.