TRADICIONAL CELEBRACIÓN

Festejo de Purim en Moisés Ville

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Marta Zinger (corresponsal)

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En la sinagoga Barón Hirsch, de Moisés Ville, se llevó a cabo la Fiesta de Purim, que recuerda el sorteo que realizó Hamán (a fines del siglo V antes de la era cristiana), para determinar en qué día y en qué mes exterminaría a los Judíos de Persia.

Pur significa, precisamente, “sorteo”. Mientras todas las festividades pueden llegar a desaparecer en la espera del Mesías, Purim jamás desaparecerá, porque es el símbolo de la salvación judía en todo tiempo y lugar. En esta fecha se lee la “Meguilá de Esther” (el libro de Esther). Esther, a pedido de Mordejai, accede a hablar con el rey sin ser invitada, pero antes le pide al pueblo judío que lleve a cabo un ayuno. Lo hizo porque sabía que al ayunar, el pueblo haría un análisis de conciencia y así, lograrían la conexión espiritual para que su misión tuviera éxito. Este ayuno no es arrepentimiento ni es tristeza, sino que ayuda a la elevación espiritual de cada ser humano y debe hacerse en vísperas de Purim.

Purim es una fiesta de regocijo, en la que se come y se bebe con alegría. Cada vez que se nombra a Hamán, durante la lectura de la “Meguilá”, los presentes hacen sonar palmas y matracas, para no escuchar su nombre, y entretener a los más pequeños. Purim tiene también sus comidas tradicionales, como el kreplaj (pastas rellenas con carne) y el postre predilecto, homentaschen o oznei hamán, masas rellenas con dulces y nueces de forma triangular, que remedan el sombrero y las orejas del rey persa.