Torneo del Interior

La Salle dio otro salto de calidad ante la adversidad y la violencia

El equipo de Lapalma igualó con Palermo en Paraná y, como había ganado en Cabaña Leiva, se clasificó para la ronda siguiente. Al final, hubo serios incidentes.

Juan Carlos Haberkon

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Paraná (Enviado Especial)

Cuando Ariel Méndez, árbitro del partido, marcó el final, los jugadores de Palermo desataron toda su bronca contra los jugadores de La Salle, en primer término, y luego esto se prolongó con serios enfrentamientos con la policía. Se vivieron momentos de mucha tensión hasta que por fin el plantel “Colegial” pudo salir del vestuario. El arquero Diego Pretel se llevó la peor parte ya que fue agredido por varios integrantes del plantel rival. Este mismo equipo fue el que protagonizó hace dos años un hecho similar cuando fue eliminado por Banco Provincial de Santa Fe en el Predio La Quinta de nuestra ciudad. Minutos más tarde y después de los insultos a los periodistas presentes, prensa escrita y Radio La Red de Santa Fe, la policía se enfrentó a los jugadores y parte del cuerpo técnico del club local, con golpes de puño y empujones. Cuando parecía que todo estaba calmo apareció en escena la barra brava de Palermo (no más de cien hinchas) y con piedras de todo tipo se alzó contra los uniformados que debieron accionar con balas de goma hasta que todo finalizó y hubo que lamentar sólo algunos destrozos en los vehículos particulares que se encontraban estacionados en las inmediaciones del estadio.

Antes, pasó La Salle

Tranquilo, La Salle. Suficiente por ahora. Como si fuera empezando a convencerse de que puede marcar diferencia en todas las canchas de la región, aún estando abajo en el marcador. Y pese a controlar menos el balón. Pero manejando los tiempos hasta con cierta modorra en la parte final. Hasta redondear un empate casi sin sobresaltos. Y así, ya parece estar en carrera en serio. Se sabe, con el fútbol doméstico, el genuino, hacer pronóstico es fácil, total, después se verá hasta donde se quiere llegar. Y por ahora La Salle va entrando en onda. Dejó atrás ocho finales y tiene pensado seguir avanzando. Hasta donde se pueda y porque no hasta el final.

Convierte y le convierten, va ganando y va perdiendo. Juega más que sus rivales. Propone y, de a ratos, concreta una buena circulación con cierta eficacia. No es poco para el equipo de Lapalma, nuevo en esto de hacer historia en un torneo regional. Todavía falta para señalarlo como favorito. Falta bastante. Está tan lejos y está tan cerca.

A Palermo le ganó 4 a 2 el global por peso y por decisión colectiva e individual. Le ganó a un rival complicado que juega bien cuando se lo propone, que gasta a cuenta y que arriesga demasiado. Este rival fue a matar y a morir. No tuvo límites.

Ayer, cuando lo ganaba parecía un equipo serio con ganas de seguir en competencia y cuando se lo igualaron apostó a la bronca, a los nervios y al juego sucio. Y el final del espectáculo fue a las trompadas.

La Salle, el rival de ayer, nunca renunció a su juego y le jugó de igual a igual la segunda mitad. Cambió nervios por atención y solvencia. Disputó cada pelota como si fuera la última. Nunca resignó la fuerza leal y fue al frente en cada pelota. Estos chicos, los de Lapalma, dieron muestra de caballerosidad deportiva ante un rival “sucio” que no hizo mucho por el buen espectáculo y ayudado por un árbitro de escaso nivel profesional para resolver en acciones comprometidas. Salió a llevárselo por delante al “Colegial” y se vio sorprendido por el orden, la entrega y la caballerosidad deportiva de jugadores valientes que sabía muy bien lo que buscaban.

El gol Palermo llegó en el primer cuarto de hora por un tiro libre de Leguizamón. Pretel de buena labor, a lo largo del partido, quiso retener un balón que se le fue de las manos y se metió lentamente como pidiendo permiso. Faltaba mucho y si bien el local se había adueñado del balón, el tanto no modificó el desarrollo del “Colegial” que de a poco se fue metiendo en cancha rival.

Con un primer tiempo a favor de Palermo, los cambios de Lapalma dieron sus frutos cuando Agustín Rodríguez hizo posible claros intentos de La Salle por igualar el partido.

Los minutos se consumían hasta que llegó el tanto de Iparraguirre, definición exquisita del buen jugador lasallano y locura en la parcialidad visitante. El tanto llegó a los 48 minutos y el árbitro hizo jugar dos más como para estirar la agonía de un equipo nervioso con más violencia que juego.

La Salle se empieza a sentir seguro en eso de tocar y buscar. De atacar y esperar. Y si es con éxitos, más en tiempos de locos apuros, es posible que lo consiga más rápido. Ayer, en Paraná, escribió un renglón más a su corta pero rica historia.

Lo importante

No hubo lesionados

Esta mañana, Oscar Salera, integrante de la Comisión Directiva de La Salle, le informó a El Litoral que no había lesionados de consideración en el plantel “Colegial”. “Sólo hubo golpes de puños en algunos jugadores nuestros pero no se llegó a mayores”, analizó el directivo.

El dato

Lo que viene

La Salle, en semifinales del Torneo del Interior, se deberá enfrentar al ganador de Peñarol de Paraná y Atlético Basavilbaso, ambos de la Liga Paranaense de Fútbol.