El tiempo que cuesta recibirse, un problema inquietante
Cantard: “Hoy a un estudiante de la UNL le lleva más de 8 años egresar”
- Son 3 años más sobre los 5 fijados para terminar una carrera. El rector admitió que la dilación en los tiempos de graduación es un tema a atender, junto con la deserción. Y que la suba del 45 % del costo de estudiar impacta en la matrícula.
A solas. Cantard habló de las problemáticas que afectan hoy al sistema universitario y de las proyecciones institucionales para los próximos años.
Foto: Pablo Aguirre
Luciano Andreychuk
Albor Cantard se acomoda metódico en su sillón y mide cada palabra antes de responder. Pareciera que su temple tranquilo y su perfil bajo no son afectados en nada por las enormes responsabilidades que le corresponden: nada menos que dirigir una Universidad de unos 60 mil alumnos y una de las más importantes del país. El rector de la UNL, desde hace seis años, ha sido reelecto en su cargo por cuatro años más, ungido en un acto formal hace unos días, con gabinete nuevo y acaso sorpresivo, por tantos movimientos y designaciones.
Cuando termine su mandato en 2018, Cantard habrá estado al frente de casi toda la marcha del Plan de Desarrollo Institucional (PDI) 2010-2019 de la UNL, que es como el mapa de ruta, el norte que la institución proyectó para sí por 10 años, con objetivos y metas a alcanzar en docencia, investigación, extensión, obras y gestión. No es poca cosa para un hombre ser el protagonista principal de los destinos de una Universidad durante tanto tiempo.
Pero mientras tanto, la coyuntura. El rector admite que uno de los problemas educativos a atender es la lentificación en los tiempos de egreso: “Hoy en la UNL, a un estudiante le lleva un promedio de 8 años graduarse. Debemos trabajar en reducir esos tiempos a los exigidos por los planes de estudio de carreras de grado, que son de 5 años”, dice en una entrevista con El Litoral. Admite también que la deserción en el ciclo inicial (1er. y 2º años) sigue siendo un problema que atraviesa todo el sistema universitario nacional, incluida la UNL.
Resalta como logros trascendentes la creación y consolidación de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM), el reciente lanzamiento de la nueva Escuela Secundaria dependiente de la Universidad, y el notable crecimiento de UNL Virtual: “En 2013, creció 30 % la población de estudiantes que estudian a distancia”, pondera. Traza como meta un mayor alcance territorial de la UNL en la provincia.
Egreso y deserción
“Tenemos como gran desafío un tema que nos preocupa y ocupa, y que afecta a todo el sistema universitario argentino público: trabajar para achicar los tiempos de estudio y egreso, y lograr que sean más acordes con lo que los propios planes de estudio establecen (5 años). Hoy estamos en un promedio de algo más de 8 años (lo que demanda a un alumno recibirse de una carrera de grado). Y el otro tema es reducir la deserción y mejorar las tasas de graduación”.
—¿Cómo se hace para lograr que un alumno no demore tanto en recibirse? ¿Deben flexibilizarse los planes de estudio, o modificarse los regímenes de correlatividades de las materias?
—Hay que tener en cuenta que esto no debe estar atado de ninguna manera a la baja de la calidad educativa, a reducir los niveles de exigencia en la formación. Sí tienen que repensarse los planes de estudio, donde aún hoy, en pleno siglo XXI, en algunos casos se sigue con un pensamiento bastante enciclopedista. Acompañar mejor a los estudiantes en los primeros años, donde se detectan los mayores grados de deserción. Con tutorías, con acciones que favorezcan la adaptación y ambientación a la vida universitaria, que ya se están implementando.
Las consecuencias de la deserción universitaria son múltiples -dice Cantard-. Y ante la consulta de El Litoral no arriesgó porcentajes actuales sobre deserción, porque -argumentó- “es una variable difícil de medir con precisión. Hay muchos chicos que abandonan, pero también notamos muchos otros que se cambian de carrera dentro de la misma Facultad: hay mucha migración interna. En la FHUC, en FCJS notamos muchas migraciones. Estimamos que un tercio de los estudiantes son los que finalmente obtienen su título”.
“En la deserción inciden múltiples causas: mala elección vocacional, problemas de adaptación y desarraigo. La madurez de nuestros jóvenes se ha dilatado en el tiempo. A los chicos de 17 años les cuesta adaptarse más al ritmo universitario”, opina el rector. Para todo esto, las respuestas se dan “con nuestro sistema de tutorías y con un buen sistema de becas. Desde 2013, la UNL tiene más de 1.100 chicos becados”, subraya. Ello, sumado a “un trabajo más articulado con la jurisdicción provincial para detectar las falencias formativas desde el nivel medio”.