editorial

Más para el fútbol que para la Sedronar

  • La Sedronar y la Superintendencia de Drogas Peligrosas reciben 260,4 millones al año. Fútbol Para Todos, 1.410 millones.

Administrar un país significa hacer frente a un amplio abanico de problemas. Cualquier gobernante sabe que, a lo largo de su gestión, deberá abordar cuestiones de índoles diversas. Las hay más y menos graves. Algunas son urgentes; otras, en cambio, permiten un trabajo a mediano y largo plazo.

Por este motivo, a la hora de afrontar la realidad y tomar decisiones, para cualquier gobernante resulta imprescindible establecer prioridades. De hecho, comprender cuál es la escala de necesidades y urgencias de un gobierno representa un elemento clave para evaluar una gestión.

Y si de prioridades se trata, habrá que decir que durante 2014 el gobierno nacional prevé gastar cinco veces más en las transmisiones de Fútbol Para Todos que en sostener organismos oficiales destinados a enfrentar el problema del consumo y venta de drogas en el país.

Un reciente informe publicado por el diario El Cronista develó que la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) y la Superintendencia de Drogas Peligrosas contarán este año con un presupuesto global de 260,4 millones de pesos.

Mientras tanto, el Estado nacional destinará 1.410 millones de pesos para garantizar las transmisiones de los partidos de Primera División y para sostener a clubes quebrados, con administraciones oscuras y, en muchos casos, con indisimulables vínculos con grupos mafiosos tanto de empresarios como de barrabravas. Organizaciones que, en algunos casos, suelen financiarse a través de la venta de estupefacientes.

La Sedronar, a cargo del sacerdote Juan Carlos Molina, recibirá 128 millones de pesos para su funcionamiento durante 2014. La Superintendencia de Drogas Peligrosas, otros 132,4 millones de pesos. La suma de estas cifras apenas si alcanza el 18,4 por ciento de lo que se destinará al fútbol.

Desde el gobierno se puede argumentar que se trata de una comparación parcial. De hecho, es verdad que las transmisiones del fútbol son utilizadas para emitir algunos spots vinculados con el problema de las drogas y que el presupuesto global destinado a frenar este flagelo en el país debería incluir los fondos invertidos para sostener a la Justicia, las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales.

Sin embargo, los objetivos para los que la Sedronar fue creada ameritan un presupuesto ostensiblemente mayor al que hoy existe. De hecho, la función de esta Secretaría es nada menos que la de “coordinar las políticas nacionales de lucha contra las drogas y las adicciones”, y los objetivos apuntan a lograr “la reducción de la demanda de drogas y la reducción de la oferta de drogas”.

No parece que sea posible para la Sedronar alcanzar semejantes metas con un presupuesto que en promedio oscila en los 350.000 mil pesos diarios. Sobre todo, si se tiene en cuenta que cualquier cargamento medianamente importante de drogas implica ganancias millonarias en dólares para quienes controlan el negocio del narcotráfico.

En países vecinos, el dinero destinado a sostener los organismos encargados de coordinar las políticas contra las drogas supera ampliamente a lo que ocurre en la Argentina. Tanto es así que en Chile, Perú, Uruguay, Colombia o Brasil los presupuestos en este sentido van desde los 53 a los 158 millones de dólares anuales (de 424 a 1.264 millones de pesos al cambio oficial).

Comprender cuál es la escala de necesidades y urgencias de un gobierno representa un elemento clave para evaluar una gestión.