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“La vuelta del deseo”

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Cuentos cotidianos los de La vuelta del deseo, alejados del minimalismo, sin embargo, porque en ese cotidiano se instala lo crucial de un destino. Escritos en general en primera persona (y siempre de todos modos, con el intimismo de quien enfrenta un momento esencial de su historia), en estos cuentos Liliana Allami revela, como apunta Santiago Kovadloff, “su aptitud para conquistar matices elocutivos inéditos entre los cuales los acentos del humor saben hacerse oír, junto a los de un dramatismo muchas veces descarnado”.

Así, una mujer confiesa haber abandonado la vida social. Cuenta su último intento, el cumpleaños de la hija de una amiga anciana ya fallecida. A pesar de las dudas concurre a la reunión y una mujer la confunde con otra y ella no se anima a desdecirla. Nunca más, ya lo anticipó al principio, la narradora volverá a ir a una reunión.

O, en otro cuento del volumen, un hombre de cincuenta años tiene a su padre inconsciente en el hospital desde hace casi un mes. Va a visitarlo todos los días, lamentándose de que ni sus hijos ni su hermana ni su ex mujer hayan manifestado interesarse en la situación. Consulta a un terapeuta, lee un libro titulado Basta de angustias, en el bar piensa en el silencio de su padre y en el suyo propio. Siente la urgente necesidad de hablar con él. Se apresura a marchar hacia el sanatorio. Suena su celular. “Algo había pasado con el viejo. Llamaban del sanatorio”.

En el cuento que da título al libro, La vuelta del deseo, una mujer nos cuenta que ha renacido su ilusión después de la gran decepción que le dejó la separación de su marido, hace cinco años. A través de Facebook acaba de conectarse con un admirador de la juventud, un hombre que la cortejaba en la universidad, y al que ella ni miraba porque ya estaba de novia con quien sería su marido. El hombre le escribe que ha sido la mujer de su vida, que nunca la ha olvidado. Intercambian sólo palabras, no fotos. Y llega el día del encuentro. Ella se prepara, ahora está frente al televisor donde una modelo recuerda que muchos años atrás la habían rotulado como la poseedora de uno de los cuerpos más hermosos del país, y después de muchos años la modelo recuerda aquel juicio “como si la belleza no fuera temporal o efímera”. La mujer duda: “Tal vez hoy mi cuerpo, mi cara, mis facciones ya no sean las de antes. A lo mejor Marcelo Ríos tampoco es el mismo, pero mi imaginación juega con verlo pelado o barrigón y no me modifica”. Al fin llega el momento. Él la espera en la calle. Ella sale del ascensor, enfrenta la puerta transparente. Ella lo reconoce apenas lo ve. “Tiene en la cara una expresión tensa y los ojos me buscan, me miran, me sortean, soy una intrusa que se interpone en el camino entre él y ella, la mujer de sus sueños...”.

Liliana Allami nació y vive en Buenos Aires y ha publicado varios libros de cuentos (Pamí que fue por eso, Un impulso escondido, Eso sin nombre y Novia que te veamos). La vuelta del deseo ha sido publicado por Vinciguerra.