al margen de la crónica

Ella lo hizo

Geraldine Mock se convirtió en una heroína de la aviación con una pequeña avioneta Cessna. Cuando hace medio siglo, el 17 de abril de 1964, esta estadounidense aterrizó en Columbus, Ohio, había logrado algo que ninguna otra mujer antes había conseguido: dar la vuelta al mundo sola en avión.

La hazaña de Mock tuvo lugar en una época en la que para muchos las mujeres sólo debían ocuparse de la casa y los niños. Pero ella se impuso a todas las reticencias.

“Claro que mi viaje no gustó a muchos hombres”, explica a sus 88 a DPA desde Florida, donde vive ahora. “Eran de la opinión de que las mujeres tenían que quedarse en casa. Pero no me importaba”, asegura.

Dar la vuelta al mundo había sido su sueño desde que era una niña. “Cuando quieres hacer algo, hazlo”, recomienda 50 años después del vuelo que la hizo famosa.

Mock, que entonces tenía 38 años, se preparó durante más de un año para su aventura. Aun así, cuando se puso en marcha tenía menos de 800 horas de vuelo y su Cessna 180 no era precisamente nueva. “No tenía miedo aunque no estaba segura de conseguirlo. Pero era optimista”, recuerda.

Durante su periplo, Mock sufrió más de un contratiempo. Cuando volaba sobre el Atlántico se helaron las alas de su aparato y al cruzar el Sáhara se incendió la radio.

Además, una vez aterrizó por error en medio de un aeródromo de una base militar secreta en Egipto: “De repente salieron todos los soldados, armados. Tuve que apagar todos los motores y me llevaron con ellos a la base. Sólo pude volver a despegar cuando se hizo de noche”.

A pesar de todas las dificultades, 29 días después de haber partido de Ohio, Mock se encontraba ya muy cerca de cumplir su objetivo. “El momento más bonito fue cuando volviendo sobre el océano hablé por primera vez por radio con los controladores de California”, afirma. “Ahí supe que pronto estaría de vuelta en casa. Fue un sentimiento maravilloso”.