Entraderas a la orden de la noche...

Maniatados en el hogar

Tres violentos asaltos ocurrieron en las últimas horas, dos en distintos puntos de nuestra ciudad y el restante en Sauce Viejo.

 

Joaquín Fidalgo

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Tres hogares fueron escenarios de dramáticos episodios en las últimas horas, dos de ellos en nuestra ciudad y el restante en la localidad de Sauce Viejo.

Este último ocurrió anoche y comenzó cerca de las 23.30, en una casa de barrio Nueva Detroit, a pocos metros de la escultura del Mate.

Allí viven Rubén Denápoli, de 33 años, y su esposa, de 34. Ellos acababan de dejar a su hijo de 5 años en la casa de los abuelos, a una cuadra de distancia, y se preparaban para terminar la jornada. “Entramos el auto y yo comencé a bajar unas bolsas, mientas mi mujer le daba de comer a los perros. En eso, veo que llega ella con un tipo a cada lado. La abrazaban para sujetarla y le apuntaban con armas de fuego. Entonces les pedí que no la lastimaran, porque está embarazada”, recordó el hombre esta mañana, que es propietario de un negocio céntrico.

“Nos llevaron a nuestra pieza -agregó-, nos tiraron en la cama y nos ataron manos y pies con una cinta adhesiva. Uno de los ladrones actuaba con más tranquilidad y hasta ofreció con darle agua a mi esposa. El otro era muy violento, nos increpaba, nos amenazaba, nos pasaba el caño de su arma por la cabeza. Yo soy ‘profe’ de artes marciales y cuando vieron mi indumentaria me dijeron: ‘No te hagas el héroe’. Les respondí: ‘Quédense tranquilos. ¿Qué puedo hacer? Estoy maniatado y ustedes tienen fierros’ ”.

“Mala suerte macho. Yo me dedico a esto. Este es mi trabajo y hoy te tocó a vos”, lanzó entonces el malviviente.

El infierno se prolongó por aproximadamente una hora. Los asaltantes no dejaron ningún lugar sin revisar y finalmente escaparon con un jugoso botín: entre dinero en efectivo y objetos de valor, se deben haber llevado alrededor de 50 ó 60 mil pesos, según explicaron las víctimas.

“Vamos a volver”

“Fueron momentos tremendos. No sabía si iban a violar a mi esposa o matarnos a los dos. Cuando vieron una gorrita camuflada que me regaló un amigo pensaron que yo era policía. Por eso insistieron mucho en que les dijera dónde tenía un arma, hasta que finalmente desistieron”, puntualizó Denápoli.

Antes de retirarse y para desesperación de los dueños de casa, los delincuentes lanzaron una dura advertencia: “Viste que nos portamos bien. No nos denuncies, porque si nos meten en cana a nosotros vamos a volver para tomar represalias”, dijo uno de ellos mientras tomaba una tarjeta personal del propietario.

“Yo pude zafar de las ataduras y salí a la calle, pero ya no estaban. Luego, llamé a la policía, después de intentar sin éxito 7 veces con el 911. El patrullero llegó una hora y media después. Era un móvil de Santo Tomé, porque en Sauce Viejo no había. La verdad que el daño material que nos hicieron fue importante, pero peor fue el otro. Nosotros vivíamos tranquilos acá y ahora eso se terminó. No nos podemos quedar sentados tranquilos tomando mates, esperando que un día vuelvan a entrar estos tipos a la casa y nos liquiden”.

“En mi desesperación, indignación e impotencia busqué el arma de fuego de mi hermano y un machete. Salí a buscarlos, dispuesto a cualquier cosa. A los policías les dije: ‘Si yo los encuentro antes que ustedes les meto un tiro en la cabeza y los tiro al río’. No me importaba nada, porque la seguridad de mi familia fue violada”, concluyó Denápoli esta mañana.

En barrio Sargento Cabral

Una vecina de calle Quintana al 1500 sufrió un incidente similar el viernes, cerca de la medianoche. Esta mujer, de 44 años, fue sorprendida por tres ladrones armados cuando ingresaba con su auto al garaje de su casa.

A los empujones, la llevaron para adentro. “¿Cuándo llegan tus hijos?”, preguntó uno de los malvivientes, dejándole en claro que tenían información sobre los otros dos adolescentes que vivían en el lugar.

La víctima fue maniatada y encerrada en el baño del inmueble. Los asaltantes se movilizaban en un automóvil de color negro, de vidrios polarizados, en donde cargaron alhajas, un plasma de 42 pulgadas, una moderna consola de juegos de videos, una notebook y dinero en efectivo.

En barrio Candioti

Otro robo a mano armada tuvo lugar en una casa de barrio Candioti, más precisamente cerca del cruce de calles Vélez Sarsfield y Gobernador Candioti.

Habían pasado pocos minutos de las 20 de ayer, cuando la dueña de casa llegó a su hogar. Al ver las luces prendidas en el interior, imaginó que su esposo había arribado primero, pero apenas puso un pie adentro fue reducida por dos delincuentes armados. Uno tenía una cuchilla y el otro un revólver.

La víctima fue maniatada y encerrada en el baño. Los ladrones revisaron y dieron vuelta todos los cajones, cargaron distintos objetos de valor y luego se dieron a la fuga, llevándose por delante al propietario que llegaba al hogar y esperaba encontrarse con su esposa, a la que luego halló en estado de shock.