Transformar el dolor a través de la acción

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS.

FOTO. amancio alem.

ESCRIBIR. “Yo escribía cuando era muy jovencita y publiqué en algunas revistas que había en aquella época. Luego me casé y dejé de lado la escritura, así como también abandoné el tenis que era mi deporte favorito. Volví a escribir muchos años después, luego de que falleciera mi hijo. Yo estaba muy mal, digamos que no aceptaba lo que había pasado. Un día me levanté y empecé a escribir. Fue como una terapia, un desahogo que encontré en aquel momento. La falta de un ser querido, y más aun de un hijo, es un shock muy grande, pero escribir me ayudó. En primer lugar escribí el libro de poemas ‘Por siempre a mi lado’, después ‘Historias breves de ayer y de siempre’, y ahora llegó el turno de estas ‘Historias de familias’, con el que quisiera que la juventud tomara conciencia de que no todo en la vida pasa por lo material y también de la importancia de ser tolerantes, porque eso es lo que falta hoy en día, la tolerancia. Tengo pensado escribir un próximo libro, una novela; espero que la vida me dé tiempo para terminarlo”.

HISTORIAS. “El libro que voy a presentar, ‘Historias de Familias’, es una recopilación de cuentos y relatos de situaciones que han vivido distintas familias, algunas son reales y otras creadas por mi imaginación. Noto que hoy en día la juventud tiene algunos conceptos de la vida que me preocupan y este hecho fue lo que me motivo a escribir. Yo soy ya una señora muy mayor y veo que todo se basa en tener cosas de mucho valor y que, cuando surgen dificultades, pareciera que lo malo sólo le sucede a uno. Pareciera que esta época es la peor de todas; pero no es así, siempre hubo problemas serios. La vida es así, es lucha, como yo siempre digo. Hay que tener en cuenta que no sólo prevalecen los momentos feos, también hay situaciones muy lindas, como por ejemplo cuando uno forma una familia o cuando tiene la posibilidad de viajar y conocer. Son muchas las cosas que hacen la vida agradable, a pesar de los dramas que todos tenemos. Quisiera con este libro que los jóvenes tomaran conciencia de que la tabla salvadora es siempre el amor entre las personas, sea el amor de pareja, de la familia o de los amigos. No quiero decir con esto que el dolor se pierde, se va; pero uno, a pesar de todo, puede encontrar la salida. Cada período de la historia he vivido cosas tremendas, lo mismo pasa en cada familia y en la vida de cada hombre, no se trata de castigos. Uno debe buscar la manera de vivir de una forma tranquila y agradable, intentando que siempre prevalezca el amor”.

CENAELE. “Soy presidenta del Centro de Apoyo al Enfermo de Leucemia (Cenaele) y también su fundadora. Esta tarea surgió, como siempre digo, como un legado de mi hijo. Con él estuvimos durante un año viviendo en Buenos Aires por el tratamiento de su enfermedad. Ahí nos dimos cuenta de que había mucha gente que llegaba desde el interior y no tenía recursos para permanecer ahí, en medio de una ciudad tan vertiginosa. Él particularmente, aunque era muy jovencito, tenía 15 años, se fijó en esa realidad y un día me dijo: ‘Mamá, en Santa Fe no hay nadie que ayude a estas personas, te voy a pedir que abras un servicio, esté o no esté yo’. Entonces, cuando él faltó, vine a Santa Fe y comencé averiguar sobre el tema. Con la ayuda del Dr. Raúl Musachio, que era el director del hospital Iturraspe, me encontré con que había habido un Servicio de Hematología en el establecimiento de salud y que quien había estado a cargo de él, el Dr. Aicardi, había fallecido. Así comenzó todo. Presenté en la Legislatura un pedido para reabrir el servicio, me apoyó en esto el Cenai de Rosario. Se tomó la decisión de iniciarlo nuevamente y destinar a una persona para el cargo que había quedado vacante. A mí me nombraron madrina”.

SERVICIO. “En ese momento nos empezamos a dar cuenta de que había muchas falencias, se necesitaba un montón de cosas. En esas épocas no había los adelantos que hay hoy en Medicina. Ahí comprendí que había que crear una institución que sirviera de apoyo al servicio que brindaba el hospital. Fundé Cenaele y fue así que -con el tiempo- nos hicimos cargo de Hematología, de Pediatría y de Hemoterapia. Fuimos trabajando para que no faltara absolutamente nada en cuanto a aparatos médicos y mobiliario. Con la evolución de los tratamientos permanentemente se van necesitando otros aparatos y nosotros nos vamos encargando de conseguirlos. En este momento estamos apoyando también la parte de investigación de Hematología. Además, hay que tener en cuenta que se sigue trabajando cada vez más porque el Iturraspe es el hospital de referencia del centro-norte de la provincia. Todos los enfermos oncohematológicos vienen acá. Éste es nuestro trabajo, el que pensamos continuar haciendo. El 22 de junio se van a cumplir 22 años de la institución, son muchos años. La comisión está formada por 14 personas y pronto habrá que renovarla. Tenemos también algunos colaboradores, pero la verdad es que la enfermedad, la leucemia linfoblástica aguda, ahuyenta, especialmente porque esta clasificación de cáncer es la que más se manifiesta en niños, y mucha gente no puede hacer frente a esta realidad. De todas formas, a través del tiempo ha crecido el porcentaje de cura. Cuando arrancamos no alcanzaba el 50% de los casos; ahora está en el 80%. Estamos al nivel de entidades europeas; estamos bien posicionados”.

VENCER EL DOLOR. “Por mi experiencia, pienso que de alguna manera uno puede superar los momentos feos de la vida. No se olvidan, están siempre, indudablemente, pero uno puede compensar lo triste, transformar el dolor a través de la acción. Quisiera que, especialmente los jóvenes, tengan fe en la vida, en el futuro, que no piensen que todo es feo porque realmente siempre, de alguna manera, se puede conseguir solucionar los problemas. Hay que tener esperanza y también perseverancia, porque tampoco uno puede pensar que -de la noche a la mañana- van a cambiar las cosas. Hay muchas oportunidades en la vida en las que uno se ve vencido por el dolor, la zozobra, la tristeza. Pero hay que ser fuerte y seguir, tener el carácter suficiente para seguir. En uno está comprender que la posibilidad de continuar es lo único que nos ofrece la vida a todos por igual”.