en Egipto Por actos de violencia

Condenan a muerte a 720 islamistas

Agencia EFE

Las familias de los condenados hoy a muerte y a cadena perpetua en la ciudad egipcia de Minia clamaron por la inocencia de sus allegados y se desvincularon de los Hermanos Musulmanes, en un ambiente tenso marcado por sollozos y algunos ataques de histeria.

En una calle próxima al tribunal familiares de los más de 1.200 procesados -supuestos seguidores de la cofradía- aguardaban ansiosos desde primera hora de la mañana el temido fallo judicial.

El denominado por sus detractores “juez de las ejecuciones”, Said Yusef, no les hizo esperar.

Solo necesitó el magistrado una sesión de escasos 20 minutos, en la que no estuvieron presentes los procesados, para dictar la pena capital para 37 personas y cadena perpetua para 491 en el caso de los actos de violencia registrados en la localidad de Matay, en la provincia de Minia.

También ordenó remitir los expedientes de otras 683 personas al muftí del país, Shauqui Alam, máxima autoridad religiosa, para que emita su dictamen no vinculante, lo que según el sistema judicial egipcio significa que han sido condenados a muerte de forma provisional, a la espera del fallo.

Los congregados a las afueras de la corte irrumpieron en llantos y algunas mujeres incluso se desmayaron mientras otras gritaban que esas sentencias eran ‘pecado‘ y pedían clemencia a Dios.

“Juro que no hizo nada, ni participó en manifestaciones ni actos de vandalismo”, aseguró Rasha Sabet, cuyo hermano Jaled fue sentenciado a cadena perpetua en el caso de Matay, que es apelable. Jaled Sabet, de 45 años y con cinco hijos, lleva detenido desde diciembre, y según explicó su hermana, no es miembro de los Hermanos Musulmanes y ni siquiera les votó en las parlamentarias de 2011.

Esta mujer, cuyo esposo, Hasan Sayed, también recibió una pena de cadena perpetua en el mismo caso, dijo que al condenado se le privó del contacto con su abogado y que el juez no escuchó a los testigos que le desligaban de los sucesos. Tampoco le permitieron llevar comida a la cárcel a su marido, detenido hace seis meses en su lugar de trabajo, un taller mecánico.

El cargo

Los condenados fueron encontrados culpables de atacar comisarías y edificios gubernamentales, y del asesinato de un coronel de Policía en agosto pasado, durante los disturbios que estallaron en Minia tras el sangriento desalojo policial de las acampadas de los islamistas en El Cairo.

Este grupo de más de 520 personas -de las que unas 350 están huidas- habían sido sentenciadas previamente a la pena capital el pasado 24 de marzo y sus expedientes remitidos al muftí, por lo que el fallo rebaja la condena para la mayoría de los inculpados.

El otro caso, que involucra a 683 personas, entre ellas el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, es similar. Los condenados afrontan cargos por asaltar instituciones públicas y la comisaría del distrito de Al Edua.

Las denuncias de irregularidades han marcado estos “macrojuicios”, que se desarrollaron en un tiempo récord y que no tienen precedentes en la historia judicial de Egipto por el alto número de penas capitales.

Varios de los condenados no estaban en Minia en el momento de los disturbios, e incluso dos de ellos murieron justo antes en el citado desalojo de las acampadas de El Cairo, según letrados y familiares.