llegan cartas

Margarita lo espera

 

MIRIAN, RITA Y TODO EL PERSONAL DEL ESTRIBO

Con alegría y entusiasmo te apoyamos en tu camino hacia la meta. Llegás con fuerza y valentía al ring, subís a pelear. No hay quién te compare cuando a tu rival te debés enfrentar.

El pueblo de Margarita apoyándote está, no importa la distancia, pero desde acá alentándote siempre está. Margarita se siente orgulloso al tener un boxeador como vos. Sos un gran campeón, que la pelea. La vas a ganar. La pelea fácil no será, pero ganes o pierdas tu pueblo hoy estará.

Te deseamos mucha suerte y acá estaremos, esperándote con los b razos abiertos como te lo merecés en realidad.

El fallecimiento de Raúl Ferreras

FRANCISCO CHAMARRO, JULIA FERNÁNDEZ, RODOLFO FORNI Y ORLANDO MAGORNO

Otro hermano en la fe misionera de San Vicente de Paúl ha partido camino al Padre. Raúl Ferreras era un trabajador incansable que, como lo quería el Santo Patrono, nunca midió esfuerzos, siempre amó al hermano necesitado. Como lo pedía San Vicente de Paúl “se logra con amor y sudor”.

Ferreras fue tesorero de la institución durante muchos años. Las hermanas carmelitas misioneras y sus compañeros de comisión lo acompañaron siempre y ponderaron su incuestionable honradez, su capacidad de trabajo y espíritu de servicio.

A la comisión formada por Montenegro, Chamarro, Rodríguez, Forni, Magorno, Cantero, Fernández, Pascuale se adhirió la comunidad santafesina en esta obra en favor de los ancianos por pedido especial de monseñor Zazpe, preocupado por la situación afligente evidenciada por los abuelos.

Durante diez años se procuraron los recursos, administrando cospeles y los almuerzos mensuales en el hogar entre otros.

Gracias a la generosa promoción de este diario, la colaboración de los medios oral y escrito y de los muchos amigos del hogar, se hizo realidad la obra del nuevo edificio.

Monseñor Vicente Zazpe, comprometido con este grupo de la comisión, mantuvo vivo el recuerdo de un período vivido por todos con mucha fe y amor a la Divina Misericordia.

Para los que pasaron por el hogar y a las hermanas, no hay olvido. ¡Gracias a Dios!