La danza le abrió caminos impensados

TEXTOS. LUIS GUDIÑO.

EL GRAN SALTO. “Me fui hace ya dos años a México. Aquí estaba estudiando en el ISEF, me faltaba un poquito más de un año para recibirme. Integraba el staff de la escuela de baile Eclipse. Surgió la idea de viajar por el mundo y elegí un lugar adonde todo el año hiciera calor y hubiera playas. México siempre me había llamado la atención, en un mes lo decidí y me fui. Dejé todo, con el dolor del mundo, especialmente dejar a mis alumnos, pero tenía que hacerlo, era una necesidad. Me fui sin nada, sólo con mi valija y 600 dólares para vivir un mes o dos en Playa del Carmen. Comencé a buscar, a hacerme contactos, trabajé en distintos negocios, luego llegó una compañía de circo que necesitaba una bailarina, hice shows, acrobacias, aro, telas y coreografías. De mañana entrenaba, cuando podía hacía promociones y luego actuábamos en los hoteles de la Rivera Maya: Tulón, Playa del Carmen y Cancún”.

VIVE EN UN PARAISO. “Son lugares de muchísimo turismo de todas partes del mundo. Hay un dicho en Playa del Carmen que dice que ‘te adopta o te expulsa’, y en mi caso me adoptó totalmente, me encanta. Es un paraíso, un sueño, te atrapa por eso. Armé un grupo de bailarinas para trabajar en distintas playas haciendo animaciones y espectáculos en hoteles, especialmente en Cozumel y cuando hay congresos, convenciones o eventos. Me enamoré de cómo te tratan, del respeto, de las comidas, de las playas; es realmente muy pero muy lindo y todos los que van se enamoran. Yo le caí muy bien a la gente. En México es como que los argentinos están o muy mal vistos o muy bien vistos. Depende con la vibra que vayas. El mexicano sabe decir ‘por favor, disculpa, gracias...’; nosotros no. Ellos son muy amables, cálidos y si te acoplás a su forma de ser rápidamente te quieren. Los argentinos por lo general van con el chip de que se quejan de todo, acelerados, con mala onda, se creen que son el centro del mundo, agrandados y eso cae mal. Los mexicanos dicen ‘los argentinos son muy mamones’”.

SU FUTURO. “Estoy en el momento en el que miro solamente para adelante, no para atrás. Busco solamente la felicidad y crecer. Pensé que me costaría mucho más el tema de la lejanía de mi familia y amigos. Me costó un poco estar sola, adaptarme, algunas comidas, pero conocí mucha gente. Me fue fácil conseguir trabajo, no me costó conseguir visa laboral; hay muchos argentinos trabajando allá. Te piden demostrar que estás cooperando con el país. Por ejemplo, valoran muchísimo colaborar con empresas que tienen responsabilidad social empresaria. Me encantó hacer un video musical con Jamie Fox y Channing Tatum, que está en YouTube, en la playa de Cancún. Muy divertido. Sigo pensando que ese lugar es un salto para cosas mayores. Por ejemplo, tener una academia allá, dar clases. Me llama mucho la atención el Distrito Federal: allí hay muchísimas posibilidades de trabajo. Antes de venirme grabé un comercial para Pepsi, hice de extra en comerciales del gobierno, participé en videos de cerveza Heineken, entre otras cosas. Inclusive, me seleccionaron para hacer un video con la cantante Belinda, pero como me tuve que volver a Santa Fe porque la operaban a mi madre, no pude concretarlo. Mi idea es poder instalarme en el DF y buscar allí nuevos caminos, adonde pueda explotar mi talento, o ir a Miami; es un muy buen destino artístico”.

ANÉCDOTA I. “Algo muy gracioso que recuerdo es que en ‘Playita’ hay un boliche que se llama Palazzo, y hace poco se comenzó a hacer un concurso de baile (un ‘bikini contest’). Una vez me invitaron a participar y accedí. Consiste en que hacen subir a 6 chicas del público, una de cada nacionalidad, y en bikini hay que demostrar los atributos físicos y artísticos, ¡bailar! El público es el que elige con aplausos y gritos. El premio es dinero en efectivo. Resulta que lo gané, todas las veces que fui y siempre me decían que sí podía participar. Cuando se dieron cuenta de que siempre lo ganaba me pidieron por favor que fuera ¡con menos frecuencia! Fue muy gracioso. El público siempre fluía. Lo ganaba de buena manera, no estaba arreglado ni nada por el estilo. Eso era lo más gracioso. Era lindo escuchar que te gritara gente de todo el mundo ¡Argentina, Argentina, Argentina! Se siente bien. Creo que fui buena representante”.

ANÉCDOTA II. “Un día me invita mi mejor amiga, Verónica, a ver un recital de Inna, la cantante rumana. Yo emocionadísima le dije: ‘¡Si, vamos!’. Era en Cancún, en un club de playa, una noche hermosa... Cuando termina el recital, me acerco hasta la escalera del escenario de donde bajaba ella y sus dos bailarines como para verla más de cerca. Inna me encanta, me encantan su temas, ¡es una diosa! Así que yo estaba emocionada y bueno, mágicamente, cuando bajan los bailarines, tuve una mirada fatal con uno de ellos ¡y nació el amor! Nos quedamos hablando un rato y más tarde nos fuimos a pasear por Cancún, bailamos hip hop, tomamos unas chelas (cervezas), nos divertimos... Tuve un romance con el bailarín de Inna ¡si! Lo raro es que no entiendo cómo me dio bola, ¡con la pinta que yo tenía ese día! (risas). Venía de hacer dos shows, en jogging, topcito playero y zapatillas. Ahí quedó todo latente; el problema es que él se enamoró perdidamente de mí, pero mi corazón no tiene dueño. Veremos qué pasa ¡pero fue el romance más lindo que pueda haber tenido! Ahora sí lo creo, ¡el amor a primera vista si existe!”