Conciencia y contención para una enfermedad social
Con motivo de celebrarse este mes el Día del Celíaco, el Dr. Fernando Marozzi brindó una charla abierta organizada por Acela Santa Fe (Asistencia al Celíaco de Argentina). En el encuentro se despejaron dudas, se compartieron experiencias y se pusieron en común los desafíos que la celiaquía presenta a sociedad.
TEXTOS. MARINA ZAVALA. FUENTE. MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN. FOTOS. GUILLERMO DI SALVATORE.
las ecónomas de acela preparan pastelería libre de gluten.
La celiaquía es una enfermedad social, familiar, así lo aseguran los especialistas y los mismos celíacos que trabajan desde distintas instituciones para generar conciencia en la comunidad sobre este trastorno.
Es que el enfermo celíaco, para cumplir estrictamente con su tratamiento, debe necesariamente estar acompañado, en primer lugar por su propia familia, pero también por la sociedad. Restoranes con comida sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno), etiquetas en los alimentos y medicamentos libres de gluten, y la cobertura de estudios por parte de las obras sociales son sólo algunos de los temas aún pendientes a la hora de encarar la problemática.
En el mes de mayo se celebró el Día Internacional del Celíaco y, por este motivo, la Asistencia al Celíaco de Argentina (Acela) organizó una charla abierta con el Dr. Fernando Marozzi, gastroenterólogo, en la que se contestaron las inquietudes más comunes acerca de esta enfermedad.
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD CELÍACA?
“La celiaquía es un trastorno intestinal por una intolerancia crónica al gluten (presente en el trigo, la avena, cebada y centeno), que afecta a una de cada diez personas en el mundo. Esta enfermedad no se cura, quien es celíaco lo será toda la vida y tendrá que llevar adelante su dieta siempre. Lo que sí se cura es cualquier consecuencia de la enfermedad como los síntomas digestivos, extradigestivos y algunas enfermedades asociadas. Por muy curado que esté el paciente de los síntomas tendrá que seguir con la dieta sin gluten de por vida si quiere seguir bien y no empeorar o exponerse a problemas más serios”, asegura Marozzi.
Esta enfermedad se da en individuos genéticamente predispuestos. La ingesta de gluten en una persona celíaca afecta la mucosa del intestino y disminuye la capacidad de éste de absorber nutrientes. Si bien se desconoce la causa exacta de este trastorno, en su desarrollo intervienen factores ambientales, genéticos e inmunológicos.
Los síntomas propios de la celiaquía en la edad adulta son, entre otros, diarrea, cambios del comportamiento (apatía, depresión, irritabilidad), disminución del apetito, pérdida de peso, anemia y osteoporosis. En el caso de los niños, hay que considerar, además, vómitos, náuseas, distensión abdominal, retraso en el crecimiento y defectos en el esmalte dental.
GENÉTICA, PERO NO HEREDITARIA
Aquellas personas que tienen familiares que padecen celiaquía tienen un mayor riesgo de padecerla. Esto no implica que se trate de una enfermedad hereditaria; el hijo de uno o dos padres celíacos, no necesariamente lo será también.
Este trastorno puede presentarse en cualquier momento de la vida desde la lactancia hasta la adultez avanzada. “La enfermedad -explica el gastroenterólogo- se puede manifestar en algún momento de la vida o no. Uno puede ser celíaco por mucho tiempo, sin saberlo. No quiero que quede el concepto de ‘todos somos celíacos’. Como toda enfermedad, ésta también tiene su tasa de probabilidad e incidencia en la población. Pero sí es importante estudiar a los familiares de primer grado de celíacos. En estos casos, a las personas que presenten síntomas hay que hacerles todos los análisis pertinentes. En cambio, los casos de aquellos que no presentan sintomatología, sobre todo si son niños, pueden resolverse con un test genético, que consiste en un simple análisis de sangre; pero el problema es que las obras sociales no lo reconocen. De esta forma, se puede predecir la predisposición a la celiaquía; aunque esto no sirva como diagnóstico, si el estudio da positivo, la persona puede controlarse; si en cambio da negativo, se descarta el desarrollo de una futura enfermedad”.
LA IMPORTANCIA DE LA DIETA
Un aspecto al que el profesional vuelve una y otra vez, dejando en claro su importancia, es lo esencial de la dieta sin gluten, de por vida, para todo celíaco. Todos los síntomas de la enfermedad y todos los riesgos relacionados con ella se recuperan y se eliminan con una correcta alimentación.
Marozzi explica: “Sabemos, por ejemplo, que uno de los problemas más frecuentes que tienen los celíacos es el óseo al no tener la capacidad de absorber calcio. Para esta situación, el primer tratamiento consiste en recuperar el intestino haciendo la dieta; de lo contrario, todo el calcio que se consume ya sea en pastillas, leche, etc. no se absorbe y nunca se va a mejorar. Si no se hace la dieta para siempre nunca se va a recuperar el problema óseo. Esto es así y no hay medias tintas”.
Otro aspecto que aclara es el de la intolerancia a otros alimentos, más allá del gluten, que pueden sufrir los enfermos: “Al celíaco, como a cualquier ser humano, puede caerle mal cualquier alimento. Pero, cuando éste descontrola su enfermedad, las vellosidades del intestino se atrofian y hay un montón de enzimas y sustancias que degradan y absorben otro tipo de alimentos; un ejemplo clásico es la leche. Por eso, cuando se elimina el gluten, se recuperan las vellosidades y también la absorción de todos los nutrientes. Es decir que la intolerancia a otras comidas puede estar asociada a la enfermedad y también puede revertirse”.
Finalmente, el gastroenterólogo aclara que, si bien no hay estudios al respecto, se presume que la recuperación de un celíaco recién diagnosticado -siempre hablando de los síntomas- lleva entre seis y doce meses. “Por eso -enfatiza- es tan importante no dejar de lado la dieta en ningún momento. Así no se corre el riesgo de retroceder un año, como se presume que sucede en este tipo de enfermedades inmunológicas”.