Venganza de sangre

Dos menores detenidos por los crímenes de Guadalupe

Los imputados tienen 14 años. Se atribuyen las muertes de Facundo Segado y Abel Villarruel. Quedaron a disposición de la Secretaría de la Niñez.

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Los asesinatos de Segado y de Villarruel dejaron ver un submundo donde las disputas territoriales y los negocios con drogas son moneda corriente. Fotos: El Litoral

 

Danilo Chiapello

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Dos menores de 14 años permanecen detenidos en calidad de imputados por las muertes de Facundo Segado y Abel Villarruel, hechos ocurridos recientemente en barrio Guadalupe.

Facundo o “Morocho” o “Morochón”, como le decían sus íntimos, fue ultimado de dos balazos la mañana del lunes cuando varios sujetos lo emboscaron en la zona de Azcuénaga y Lavalle.

Apenas unas horas después, cerca de las 16, igual suerte corrió un primo del infortunado, a quien se lo identificó como Abel Villarruel.

El deceso de Villarruel se produjo tras ser alcanzado por un balazo en la cabeza en medio de un tiroteo que se desató poco después de las 16 en la zona de Azcuénaga y Mitre. El joven fue trasladado por un móvil particular el hospital Cullen, pero no sobrevivió.

La pesquisa

Esa misma noche de los crímenes, agentes de la sección Homicidios “desembarcaron” en la barriada con la intención de realizar algunas averiguaciones.

Los pesquisas recorrían la zona cuando observaron que en la esquina de Azcuénaga y Lavalle había un grupo de sujetos, algunos de los cuales exhibían armas de fuego.

Ni bien advirtieron la presencia policial se produjo el “desbande” y las corridas. Fue en dicha circunstancia que los policías observaron que desde el grupo alguien revoleó un objeto brillante, que luego se constató era una pistola calibre 9 mm.

Al cabo de una persecución los agentes lograron la captura de un jovencito, de 14 años, quien llevaba en su cintura un revólver calibre 32.

Trasladado hasta dependencias policiales el detenido dijo ser el autor de la muerte de Villarruel. En su declaración precisó que cometió dicho homicidio con el arma que le secuestraron.

Pero las novedades no terminaron allí. La mañana del martes otro chico, también de 14 años, se presentó en la sección Homicidios, acompañado por su madre.

Ante los uniformados éste último confesó ser quien “revoleó” la pistola 9 mm., arma con la cual también había dado muerte a “Morocho” Segado. Por si fuese poco agregó: “Mi pariente no se va a comer ‘el garrón’ de las dos armas”.

Como es de rigor los actuantes confirmaron la declaración de los menores y los remitieron a la Secretaría de la Niñez, para que disponga de ellos.

Mientras tanto los investigadores ordenaron una serie de peritajes balísticos con las armas secuestradas, los que serán agregados al expediente.

En cuanto a los pormenores de ambos sucesos, sus protagonistas dijeron que una serie de amenazas y agresiones precedieron a los asesinatos.

No obstante se sabe que estos episodios no fueron la consecuencia de simples peleas por cuestiones del momento.

Por el contrario ronda la idea que tanto éstos como otros hechos de sangre tienen como marco las disputas territoriales y turbios negocios que se hacen bajo el humo de la marihuana.

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El dato

Peligroso

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Agentes de las TOE (Tropas de Operaciones Especiales) dieron cuenta de un peligroso sujeto, sobre quien pesaba pedido de captura por causas por homicidio, robo calificado y asociación ilícita. Dicho individuo fue apresado cuando los uniformados realizaban un control selectivo de personas y vehículos en Hugo Wast y calle sin número de barrio San Agustín. El malviviente resultó ser un tal Luis M., de 38 años, quien era requerido por la Justicia de instrucción 7a. de nuestra ciudad desde el 30 de octubre de 2012 cuando se lanzó su pedido de captura. Tras los trámites de rigor el implicado fue remitido y puesto a disposición de las autoridades judiciales.