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“Autos, rutas y turismo”

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El Automóvil Club Argentino en Santa Fe.

Foto: Archivo el litoral

 

Cuenta Melina Piglia que al principio de su investigación le llamó la atención el fuerte vínculo que se establecía entre el turismo, el automóvil y los caminos, y la forma en que estos tres componentes se constituían en una clave para entender el progreso y la modernización del país. También le sorprendió la importancia pública que tenía el Automóvil Club Argentino (ACA) “en el período de entreguerra y la profunda transformación de su perfil institucional hacia mediados de los años veinte. En esa mutación se cruzaban varias cuestiones simultáneas: la enorme expansión de la masa de socios y de los servicios del club, una estrecha vinculación a los importadores de automóviles, la militancia pública en favor de la vialidad y el creciente dominio del deporte automovilístico”.

A partir de allí surgió Autos, rutas y turismo, que estudia las intervenciones públicas en materia de vialidad y turismo de los dos clubes automovilísticos más importantes de Latinoamérica, el Touring Club Argentino (TCA) y sobre todo el mencionado ACA, entre 1916 y 1955. Ambos clubes habían surgido a principios del siglo XX, fundados “por miembros de la elite porteña interesados en los deportes y los transportes modernos, sobre todo los automotores”.

La autora recuerda que en 1910 había 4.800 automotores en el país; en 1921 ya eran 75.000, y diez años más tarde circulaban unas 420.000 unidades. En ese marco, los dos clubes mencionados tuvieron un papel activo en presentar al automóvil y a la vialidad como problemas públicos. Se recuerda que, según Tulio Halperín Donghi, la multiplicación de asociaciones que se vinculaban con el Estado, obedecía a la inadecuación de la elite política ante “el desafío de un paisaje social complejizado por la movilidad social y los cambios políticos y económicos; los intereses eran múltiples (y no seguían líneas clasistas de fractura), y los expresaron múltiples organizaciones, que presionaron de manera diversa sobre el Estado. El ascenso del radicalismo estimuló este proceso al alejar a una parte importante de las elites sociales del acceso directo a las políticas públicas, del que habían gozado hasta 1916”.

El libro de Melina Piglia se divide en dos partes. En la primera se estudian los perfiles institucionales del ACA y del TCA, y en la segunda, el rol de esos clubes en la arena pública (La vialidad y el turismo como problemas públicos entre 1919 y 1930; los clubes y vialidad en los años 30; el ACA e YPF, entre 1936 y 1955; el turismo como política de Estado, para terminar con reflexiones finales sobre la compleja trama de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil). Publicó Siglo XXI.