Definiendo estrategias

Irak pone a prueba a la gestión de Obama

  • El presidente de Estados Unidos inició su política de usar fuerzas especiales para cambiar el rumbo de guerras a favor de sus aliados con el envío de 300 miembros de fuerzas de élite, capaces de urdir ataques singulares sin arrastrar al país a nuevos conflictos.
Irak pone a prueba a la gestión de Obama

Barack Obama durante el discurso en el cual explicó la situación en Irak frente a periodistas de todo el mundo.

Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Agencias EFE/DPA

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra en una encrucijada: por un lado no quiere verse arrastrado al pantano de una nueva guerra, pero por otro, no puede quedarse mirando ante el avance de las milicias islámicas en Irak.

El primer mandatario está enfrentando quizá una de las decisiones más difíciles de su mandato. Durante mucho tiempo, Obama ha dudado y es que al fin y al cabo, quiere entrar en la historia como el presidente que puso fin a la guerra en Irak. Por eso, el hecho de tener que regresar ahora a Irak le afecta mucho al premio Nobel de la Paz.

Con un gesto de dureza, Obama compareció el jueves en la Casa Blanca ante la prensa mundial para anunciar su mensaje: Estados Unidos está dispuesto a llevar a cabo acciones militares concretas, pero limitadas.

Lo más llamativo sin embargo es lo que Obama no dice. No habló de “soldados”, como si fuera una mala palabra a evitar, sino que utilizó que suena algo más inofensivo, “asesores militares”.

Y tampoco anunció que enviará a hasta 300 de estos soldados asesores a Irak. Se limitó a decir que está “dispuesto” a hacerlo, como si aún hubiera un margen de decisión.

Pero el diario “The New York Times” informó el viernes que los primeros hombres ya están en camino y se prevé su llegada a Bagdad en los próximos días.

Dudas e incomodidad

La nebulosa y la evasiva elección de palabras de Obama deja claro que no se siente cómodo. Dos años y medio después de saludar con júbilo a los últimos soldados estadounidenses que volvieron de Irak, el grupo radical Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS) lo obliga a dar un cambio de rumbo.

Cientos de soldados deben retornar a Irak para preparar nuevos ataques aéreos de Estados Unidos. Y un cambio de estrategia semejante no es fácil de explicar.

Tampoco es fácil decir que le gustaría deshacerse del jefe de gobierno iraquí, Nuri al Maliki, pese a que es un secreto a voces que Washington quiere en el gobierno en Bagdad a sunitas y kurdos, además de chiitas, para reducir las tensiones entre los grupos étnicos.

“No queremos pedirle a Al Maliki que renuncie y luego pensar durante años cómo logramos que lo haga”, opinó un funcionario de alto rango del gobierno estadounidense. Es un error que Obama ya cometió con el presidente de Siria, Bashar al Assad, de quien pensó que iba a ser fácil sacar del poder.

Y es que al parecer, la máxima que rige en la Casa Blanca en la actualidad es evitar errores.

De cara a una disyuntiva

Por un lado, Obama quiere evitar que Irak “vuelva a caer al abismo” y que esto haga totalmente incontrolable la región. Además, la pérdida de miles de soldados en la guerra en Irak entre 2003 y 2011 tiene que haber valido la pena y debe plasmarse en un Estado iraquí fuerte, subrayó el mandatario. Y para ello, Obama es consciente de que debe seguir ayudando.

Pero por otro lado, está en juego su reputación como presidente antibélico que puso el cierre a los caros y mortales conflictos de su antecesor.

“Las fuerzas de combate estadounidenses no regresarán a luchar a Irak”, afirmó. Ni siquiera decenas de miles de soldados estadounidenses podrían eliminar fácilmente el problema. “Eso es algo que debe ser solucionado por los iraquíes”, indicó Obama.

Como ya lo hizo con frecuencia durante su presidencia, Obama busca un camino intermedio. Pero casi nadie se muestra conforme con ello.

El presidente “subestima la seriedad de esa amenaza”, criticó el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ed Royce. Este republicano sostiene que al menos se deben realizar ataques con drones. “Debemos actuar ahora”, declaró su colega en el Senado John McCain.

Al contrario, los compañeros de partido de Obama se quejan de que, pese a todas las promesas, al final ha decidido enviar soldados estadounidenses a Irak. “Creo que uno debería tener cuidado con el envío de tropas especiales, porque la cifra tiende a crecer”, advirtió la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Y mientras, Obama intenta minimizar esas preocupaciones. La misión de la tropa no se ampliará de ninguna manera, subrayó.

El despliegue de “los 300”

El portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, informó cómo será la operación que implicará el envío de 300 soldados norteamericanos a Irak.

Dos equipos empezarán a evaluar la situación del área del conflicto y el nivel de cohesión del Ejercito iraquí, con el fin de determinar las condiciones de seguridad para el envío de más asesores militares.

Los integrantes de esos dos equipos serán desplazados desde la embajada estadounidense en Bagdad (donde en la actualidad se acuartelan casi 400 militares) y, posteriormente, entre tres y cinco equipos de asesoramiento volarán a Irak a partir de la próxima semana. El despliegue se realizará con rapidez ya que volarán desde las bases dentro del área del Mando Central estadounidense (Centcom), que abarca la región militar de Oriente Medio. “Esto no es una ocupación o una invasión”, enfatizó Kirby.

La misión de esos equipos estadounidenses será evaluar y asesorar a las fuerzas de seguridad iraquíes para reforzar su capacidad, para lo cual se distribuirán en pequeños grupos, de una docena aproximadamente, que operarán con militares de esa nación asiática desde “nivel de cuartel general, hasta el de brigada” principalmente en el norte de Irak, Bagdad y sus alrededores.

‘Tenemos que hacernos primero una idea de qué nos espera (...) esta aún no es la fase de marcación de objetivos, primero tenemos que obtener información para tener una mejor idea del teatro de operaciones‘, explicó Kirby. El Pentágono no ha querido confirmar la composición de las fuerzas por seguridad pero este tipo de tarea normalmente las suelen llevar a cabo unidades de Fuerzas Especiales del Ejército, conocidos como “Boinas Verdes”, que asesoran y entrenan en otros países a fuerzas locales.