Especialistas de la Omep

Piden invertir más en educación para la primera infancia

Expertas de la Organización Mundial de Educación Preescolar evaluarán a los jardines maternales del municipio. En su paso por Santa Fe, sostuvieron que en el país se invierte mucho en las universidades y poco en educación de la primera infancia.

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Las integrantes de Omep Mercedes Mayol Lassalle y Gabriela Fairstein (en el centro), junto a Erica Figueroa y Rossana Ingaramo (del municipio) explicaron el convenio firmado recientemente. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

De la Redacción de El Litoral

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La Organización Mundial de Educación Preescolar (Omep) sostiene que la inversión educativa de la infancia es la más eficiente para reducir las desigualdades. “Cuando se mira la financiación en el sistema educativo argentino, se puede ver que se invierte mucho en las universidades y poco en educación infantil. Necesitamos revertir esa pirámide”, pidió Mercedes Mayol Lassalle, vicepresidenta Regional por América Latina de la Omep, junto a la vicepresidenta Técnica de esa organización, Gabriela Fairstein.

“Lo que sucede es que la universidad tiene más posibilidades de reclamo -amplió-, porque todos sus actores tienen formación y saben cuáles son los canales para lograr soluciones. En cambio, la primera infancia no vota, ni corta calles, ni alza la voz y registra la mayor cantidad de pobres”.

La expertas estuvieron recientemente en Santa Fe para firmar un acuerdo con la Municipalidad con miras a iniciar un informe evaluativo externo sobre el sistema de educación inicial del municipio. “El propósito es analizar sus fortalezas y debilidades, comparadas con una serie de cánones de calidad que hay en el mundo con relación a las maestras jardineras, la articulación entre los actores, la participación comunitaria y los espacios físicos, entre otros parámetros”, dijo Mayol Lassalle.

En una primera observación, la vicepresidenta regional de Omep para América Latina valoró la “discriminación positiva” que hizo el municipio al crear 11 jardines maternales en los barrios más vulnerables de la ciudad, atendiendo a una población de mil niños de 1 a 4 años. “Son esos sectores los que más necesitan que se proteja su derecho a la educación. Cuanto antes les brindemos a esos chicos un ambiente educador, tendrán mejores resultados en sus aprendizajes posteriores”, aseguró.

Si bien admitió que el nivel inicial es el que más creció en la Argentina a partir de la universalización de las salas de 5 años y la extensión de las salas de 4, Mayol Lassalle advirtió que el acceso a la educación infantil sigue siendo desigual. “Los padres de nivel socioeconómico medio y alto pueden pagar un jardín privado para sus hijos, pero el resto no. Hay mucha desigualdad en el acceso y, por eso, es tan importante esta política de la Municipalidad de Santa Fe, porque viene a romper con esa tendencia nacional y latinoamericana”, destacó.

Las últimas cifras oficiales nacionales indican que 560 mil chicos de 3 y 4 años nunca fueron al jardín. Actualmente, la cobertura a nivel país es del 76,5 % en salas de 4 y del 36,6 % en sala de 3. Mientras que un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) sostiene que de cada cien niños que se incorporaron al nivel inicial entre 2003 y 2012, 52 lo hicieron en un establecimiento privado.

Política de impacto

Mayol Lassalle también se mostró gratamente sorprendida por la calidad constructiva de los jardines maternales municipales, por el tamaño de los espacios -que dejan lugar para el juego- y por la capacidades de los educadores y el equipo técnico. “La municipalidad ha querido un arbitraje externo que genere un documento de mucha transparencia, asumiendo que toda gestión tiene riesgos y conos de sombra sobre los cuales hay que trabajar para mejorar. Tenemos 6 meses de trabajo por delante en los que vamos a hacer entrevistas, observaciones y análisis técnico”, indicó.

Por su parte, Gabriela Fairstein consideró que las políticas educativas en la primera infancia no sólo tienen un impacto positivo sobre los destinatarios directos -que son los chicos-, sino también sobre las familias y la comunidad. “Los padres tienen otras posibilidades de salir a trabajar, de desarrollarse en distintos ámbitos, de armar redes con instituciones del sistemas de salud y otras agencias sociales. Incluso, tienen un impacto a futuro porque la asistencia a un jardín maternal genera chicos y adultos más inteligentes, más competentes, con una personalidad más íntegra. Al atender a niños de 1 y 2 años estamos previniendo a futuro problemas escolares, sociales, de violencia y de salud”, opinó la integrante de Omep.

Mayol Lassalle agregó, al respecto, que el derecho a la educación habilita otros derechos. “Cuando uno es consciente de su lugar en el mundo también tiene posibilidades de reclamar. Entonces, estas mamás no solamente van a ver que su hijo habla mejor, que se vincula más con otros, sino que podrán disponer de un tiempo para sí mismas, para trabajar, reflexionar sobre la crianza, reclamar aquello que el niño no tiene, conocer cuál es la alimentación más adecuada. Uno de los caminos que nos reclama la Convención de los Derechos del Niño es que ya no se puede atender primero a la infancia en lo urgente, que es darle de comer. Lo primero y urgente son todos sus derechos, entre ellos, la educación”, cerró.

¿Casa o institución?

  • La institucionalización temprana de niños en los jardines maternales -algunos de ellos a los 45 días de vida- es motivo de divergencia entre los especialistas. “No hay una respuesta taxativa pero la recomendación es donde el bebé esté mejor estimulado. En un buen jardín maternal un bebé va a recibir tanto cariño y amor como en su casa. Y si las condiciones en el hogar en términos edilicios, sanitarios y de estimulación no son tan buenos como en el jardín, no hay ningún argumento para sostener que la casa es mejor que la institución”, expresó Gabriela Fairstein, de la Omep. Añadió que “un jardín lo que necesita es un adulto que lo esté mirando, sosteniendo, estimulando y guiando en el crecimiento. A veces, el Estado está en mejores condiciones que las familias de brindar estos buenos ambientes para la infancia”.