Tras ocho años de asedio militar

Gaza podría convertirse en un lugar inhabitable

16-C-2326603.JPG

Un 70 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Los ingresos diarios de la mayoría no superan los 2 dólares. Foto: Agencia EFE

 

Saud Abu Ramadan

Agencia EFE

Con los acuíferos contaminados, la energía devenida en un lujo, el paro en crecimiento constante y la pobreza vagando en sus calles, Gaza cumple hoy ocho años de estricto asedio militar israelí en una dramática situación que según la ONU, de no ser paliada la hará inhabitable en 2020. Situada en la costa este del mar Mediterráneo, Israel comenzó a aislar la Franja en 2007, poco después de que el grupo islamista Hamas se hiciera con su control tras expulsar, por la fuerza a las milicias de Al Fatah, que dirige el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas.

Un estricto bloqueo al que después se sumó Egipto, que hace casi un año destruyó los túneles abiertos bajo la frontera para el contrabando, y abre y cierra a discreción la única puerta de Gaza con el mundo. “El bloqueo israelí supone un castigo colectivo a la población”, explicó el director de operaciones de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Robert Turner.

“Por este motivo, reiteramos nuestro llamamiento sobre la necesidad de levantarlo”, recalcó Turner antes de recordar que el asedio es el más largo y duro de la historia contemporánea.

Entrar y salir de Gaza es casi imposible para los cerca de 1,7 millones de gazatíes, y un quebradero burocrático para muchos extranjeros. La única entrada y salida es el paso de Eretz, al sur del puerto israelí de Ashkelon, mientras que las mercancías, incluido el combustible, solo pueden hacerlo a través del paso de Karem Shalom, ambos controlados por Israel.

Esta situación, unida a la mala gestión del movimiento islamista en algunos sectores y la destrucción de los túneles, han causado que la economía de Franja se haya deteriorado hasta el extremo.

Con la llegada del gobierno de reconciliación entre Hamas y Al Fatah, formado a principios de mes, poco ha mejorado mientras que otros problemas -como la duplicación del número de funcionarios y el pago de los salarios- se han agravado.

Cifras dramáticas

“Un 70 por ciento de los casi dos millones de personas que viven en Gaza lo hacen bajo el umbral de la pobreza. Los ingresos diarios de la mayoría de los gazatíes no superan los 2 dólares”, aseguró esta semana el Comité Popular de Gaza contra el bloqueo israelí.

“Más de un millón de personas viven de la ayuda exterior y el desempleo ha alcanzado el 50%”, agregaba en una nota, en la que se criticaba también que Israel mantenga la prohibición de entrada de materiales de construcción, lo que ha provocado pérdidas de hasta 500 millones de dólares y el estancamiento de un 80% del sector industrial de Gaza.

“Existe una falta de un 30% de medicamentos básicos empleados en cirugías, y hay escasez de 122 tipos de medicamentos fundamentales”, denunció el portavoz de los servicios de emergencia de Gaza, Ashraf Al Qedra.

“Más del 55% de estos productos han sido consumidos y el resto se terminarán pronto”, advirtió.

La precaria situación de escuelas y hospitales se agrava, además, por los cortes diarios de electricidad.

Los gazatíes se han acostumbrado a no tener energía las 24 horas y viven pendientes de un sistema de turnos que concede electricidad por barrios a distintos tramos horarios del día, y de los onerosos y ruidosos generadores.

La Autoridad Palestina de Energía y Recursos Naturales anunció esta semana que la única planta eléctrica de Gaza será cerrada el próximo martes una vez se agote la provisión de combustible de seis meses de Qatar.

El enclave costero necesita unos 380 megavatios para superar la crisis energética y la producción de la planta tan solo satisface un tercio de esta demanda. El suministro restante, que llega directamente de Israel y Egipto, cubre cerca de un 60% de las necesidades de una Franja que, con el 90% de los acuíferos contaminados por la mala gestión de las aguas residuales, será inhabitable en 2020 según un reciente informe de la ONU.