al margen de la crónica

Ciber-Ley

El Marco Civil de Internet, una especie de “Constitución” en la que se establecen reglas, derechos y deberes para usuarios y proveedores de la red mundial comenzó a regir en Brasil.

Fue impulsado por la presidenta Dilma Rousseff a raíz de las denuncias de que la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana espió las telecomunicaciones de la presidenta, del ente estatal Petrobas y de millares de ciudadanos en todo Brasil.

Varios de los puntos incluidos en la nueva legislación benefician especialmente a los usuarios, entre ellos el de “neutralidad de la red”, que consiste en que los usuarios puedan acceder a cualquier contenido de Internet a una misma velocidad y calidad, sin que las empresas proveedoras puedan interferir en esos aspectos.

Otro punto que beneficiará a los usuarios es el vinculado a la privacidad. Los proveedores de Internet están obligados a respetar la inviolabilidad de las comunicaciones de los usuarios y tienen prohibido vender a terceros sus informaciones personales y registros de acceso, salvo que el consumidor lo autorice expresamente.

Asimismo, las empresas extranjeras de Internet que ofrecen servicios en Brasil deberán obedecer las normas de la legislación brasileña, aun cuando no estén instaladas en el país.

La reglamentación también estipula que las redes sociales solo podrán retirar de la web fotos o videos que utilizan imágenes protegidas por derechos de autor a través de una orden judicial, a excepción de casos en que aparezcan desnudos o actos sexuales de carácter privado.

El director de la organización no gubernamental “SaferNet”, Rodrigo Nejm, que actúa en la prevención de investigación de delitos vinculados a Internet, dijo que Brasil se adelantó a varios países, aunque ahora se plantea el desafío de evitar que la nueva ley no quede solo en el papel.