Conmovedor esfuerzo de toda la comunidad

Arno: todos ponen para salvar la zafra

  • Otra vez Villa Ocampo tiembla ante la posibilidad de no moler la cosecha de caña de azúcar. A punto de darse por perdida, el municipio salió a buscar consenso y logró acordar un plan de emergencia.
Arno: todos ponen para salvar la zafra
 

Juan Manuel Fernández

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Una vez más, Villa Ocampo entra en pánico a minutos de comenzar la zafra cañera. El fracaso de las gestiones con empresarios tucumanos, que ofrecían invertir y gestionar el ingenio, obligó un acuerdo de último momento entre la SAPEM “Don Francisco Conti” -que administró la planta en 2013-, los productores y los trabajadores fabriles para intentar una proeza: moler en un mes y medio las 100.000 toneladas que hay en el campo y evitar así el agujero superior a $50 millones que se produciría en la economía local de no haber molienda.

El año pasado ya los había sorprendido la quiebra de INAZA a dos meses de comenzar la cosecha. Y fueron el municipio, tomando la participación mayoritaria de la SAPEM, más el gobierno provincial con un aporte millonario, los principales responsables de poner en funcionamiento la industria. Eran tan crítica la situación, acentuada por el precio deprimido del azúcar, que los contratistas de flete y cosecha aceptaron trabajar con las tarifas de 2012 para evitar el quebranto de los productores.

Ahora, corridos por el almanaque, toda la comunidad ocampense le puso el hombro al asunto. El acuerdo en el ingenio, que las partes se aprestaban a firmar el viernes 27 de junio, implica que todos trabajarán bajo un sistema de maquila: los productores, además de cobrar como lo hacen históricamente con el 55% del azúcar de su cosecha, entregaran en garantía 3 kilos por cada tonelada de caña; los trabajadores de la planta cobrarán con el 21% del rendimiento industrial; y la melaza se repartirá en partes iguales entre obreros y administración, pero quedará en reserva como garantía hasta el fin de la zafra.

Así se conformará un fondo -por valor de unos $4 millones, que de no precisarlo retornará a los aportantes- para cumplir con los financistas en caso de una zafra deficitaria. Por un lado, con los comerciantes locales que aportarán $2.5 millones; y por otro con los talleres tucumanos que aceptaron cobrar -otros $2.5 millones- a 90 días por las refacciones que harán al ingenio. La cifra original que se manejaba para estas tareas ascendía a $10 millones, pero se redujo a la mitad luego de resignar el arreglo de un turbo generador de electricidad, por lo que se deberá comprar energía para el proceso, con el consecuente incremento de costos industriales.

El siguiente desafío es una verdadera carrera contra el tiempo, sin margen para el error o la mala suerte: las reparaciones tardarían entre un mes y 45 días, por lo que recién podría comenzar la molienda en agosto, muy próximo al inicio de las lluvias de primavera que, junto a las roturas de las instalaciones, suelen ser las principales causas de interrupciones del proceso industrial.

Rápida y contundente

“Apuntamos a una zafra de 75 días promedio, puede ser de 60 o de 90”, declaró a Campolitoral el intendente ocampense Enrique Paduán. El objetivo, dijo, es procesar 100.000 toneladas para que no quede caña en el campo. Pero el proceso tendrá que ser “rápido y contundente”.

El año pasado, según el balance de la empresa con participación mayoritaria del municipio (60%), hubo tres meses de cosecha de los cuales se trabajaron efectivamente 44 días y 45 la fábrica estuvo parada por problemas técnicos (sólo por la rotura de una caldera hubo un freno de 25 días) y climáticos. Además, a mayo de 2014 hay una pérdida de $470.000, pero podría resultar “un ejercicio equilibrado” luego de vender un remanente que aún queda de melaza. Aunque el efecto social fue satisfactorio, porque además de moler la caña se pudo pagar a los trabajadores hasta marzo último, no había chances de contar con los recursos para poner a punto el ingenio para este año.

Por eso se escucharon cuatro ofertas de empresarios tucumanos, que finalmente no avanzaron porque “las partes no acordaron el costo laboral”, dijo Paduán, quien evaluó que “faltó inteligencia y capacidad de negociación de ambas partes”.

Caída esa opción, “nosotros los juntamos y les dijimos que todos vamos a maquila”, resumió el intendente, y agregó que el acta acuerdo, donde se especifica la función y la renta de cada uno, se firmaría “con el aval de 10 ciudadanos ilustres de la comunidad”.

El funcionario remarcó que ante la urgencia se ajustó al máximo el gasto de puesta apunto, por lo que “no se va a reparar para el año que viene, sólo va a quedar la caldera y el trapiche”. Y que para el próximo ciclo habrá que comenzar a trabajar “ni bien termine esta zafra, solucionar el tema legal (la quiebra de INAZA) y que aparezca un inversor con mucha espalda por las inversiones que necesita toda la cadena, no sólo el ingenio”. También anticipó que se espera tener terminado el Plan Estratégico para la cuenca cañera diseñado por ALUR (Alcoholes del Uruguay) para el mes de septiembre y “a partir de ahí a buscar inversores”.

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Sustentabilidad regional

Por su parte, Claudio Cremona, presidente de la Asociación Civil Mesa Azucarera y de Desarrollo Regional Santafesina (ACMA) aportó una mirada menos optimista y agregó otros datos preocupantes. El más delicado: que los cañeros tiene créditos tomados en la asociación “y no sabemos cómo los cobraremos, son cerca de $5 millones para siembra y fertilizantes; y abarca al 80% de los 180 productores de la región”.

Desde su óptica, para salvar ese problema tienen que moler los dos ingenios sin mayores complicaciones climáticas -el pronóstico de El Niño también mete miedo-, de lo contrario “va a quedar caña en el campo”.

En ese sentido recordó que la campaña pasada “ya quedaron 30.000 toneladas que dificultaron la devolución de los préstamos”. Actualmente hay en al cuenca unas 180.000 toneladas para moler y el año pasado Las Toscas -que para esta zafra hizo ajustes para elevar cerca de 30% su capacidad- procesó 92.000, a un promedio de 1.100 diarias, y Arno 100.000 con una media de 2.200. “Dios quiera que se cumpla la estimacion de Las Toscas de llegar a 1.500/1.800 toneladas diarias para un mayor flujo de cosecha”, rogó el directivo.

Tras recordar que hace 20 años eran 600 los productores en actividad, Cremona reflexionó sobre la sustentabilidad del sistema. “El productor apuesta desde los 90 a la caña como cultivo invernal complementario del algodón”, explicó, y frente al próximo ciclo advirtió: “no le hablés de siembra porque con la caña en pie busca una alternativa para pasar el año; pero ahora no tiene recursos ni para abandonar el cultivo”. Concluyó que “para el que vive de la caña esto (la posibilidad de no hacer zafra) es un golpe muy fuerte”. Por eso sostiene que es preciso “dejar de hacer azúcar para hacer alcohol; hace años nos dimos cuenta que con sólo azúcar no vamos a avanzar”. Entre otras cosas, porque la zona es marginal para hacer azúcar: en promedio se obtienen 18 toneladas por hectárea, contra las 60 que logran en Tucumán.

Las expectativas que le genera la zafra no son buenas. Su estimación es que a lo sumo Arno podrá moler entre 50 y 80.000 toneladas porque “ya es tarde, en septiembre empiezan las lluvias y se anula la mecanización”. Su apreciación fue que el ingenio “ya debiera estar reparado para arrancar” desde los primeros días de junio para un comienzo normal.

Entre las cuestiones positivas que se rescatan -al margen de la más importante: el acuerdo y esfuerzo de toda la comunidad para sacar adelante el ingenio- sobresale el aspecto climático: “no está helando y no hay lluvias importantes, esto permite seguir en camino para hacer una zafra, aunque sea corta”, dijo Cremona.

Para Elvio Lobisa, asesor del Centro Operativo Tacuarendí del Ministerio de la Producción, la caña “está muy linda”. Pero con eso no alcanza. Hoy el precio del azúcar es casi como terminó 2013, unos 4.04+IVA (cerca de $5 final) “pero con 40% de incremento en los costos”. Por este motivo no se pudo encaminar la zafra a tiempo: “si el negocio fuera bueno los recursos se consiguen en media hora”.

Lo preocupante, también, es cierta predisposición del productor a dejar el cultivo, “aunque con mucha pena porque es fanático”. Si bien no hay muchas alternativas económicas para la región, “el productor puede hacer un poquito de soja, otro poquito de trigo, pero esa plata después no queda en la zona como sí ocurre con la caña”.

Por eso, sobre todo, hoy hay una región entera rezando por la destreza de los talleristas para que terminen las reparaciones y Arno comience a funcionar cuanto antes. Así como también, más adelante, habrá plegarias para pedir al cielo un changüí con las lluvias y que la cosecha se extienda todo lo posible.

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“Apuntamos a una zafra de 75 días promedio, puede ser de 60 o de 90. El objetivo es procesar 100.000 toneladas para que no quede caña en el campo. Pero el proceso tendrá que ser rápido y contundente”

Enrique Paduán

Intendente de Villa Ocampo

Arno: todos ponen para salvar la zafra

Contra reloj. Operarios tucumanos trabajarán en las reparaciones para llegar a poner en marcha la planta a principio de agosto.

Foto:Archivo/Juan Manuel Fernández

Sin precios pisados la SAPEM se bancaba otra zafra

Del informe de la zafra 2013 que la SAPEM “Don Francisco Conti” presentó ante el Concejo Deliberante de Villa Ocampo se desprende que si el gobierno nacional no mantuviera pisado el precio del azúcar, el ejercicio hubiera arrojado un excedente suficiente para hacer en tiempo y forma los arreglos necesarios en el ingenio para la campaña actual.

“Se puede inferir que de haberse contado con un precio razonable que no esté influenciado por controles políticos ineficientes que sólo logran destruir el aparato industrial y primario, lo producido por el Ingenio hubiese permitido realizar las reparaciones requeridas para la zafra 2014”, indica una de las conclusiones.

El ejercicio fue calificado como “exitoso desde el punto de vista social”, ya que permitió realizar la cosecha y pagar a todos los operarios y productores. En términos contables, “al 31 de mayo hay una pérdida de $470.000 aproximadamente; pero como es un informe parcial, queda algunos activos que se registrará cuando se termine de liquidar la melaza, por lo que va a resultar un ejercicio equilibrado”.

El año pasado se produjeron 9.600 toneladas de azúcar, que se vendieron a un precio muy bajo, con un promedio de $ 3,12 el kilo (IVA incluido).

“desde un principio la SAPEM asumió el compromiso de que si quedaban recursos por la venta de melaza se iba a tratar de resolver la cuestión de la fuerza laboral hasta que se pudiera; y así se hizo, con 40 obreros que siguieron percibiendo sus haberes hasta marzo de este año. La verdad que, con un mejor precio del azúcar y un mejor tiempo aprovechado del ingenio, hubiéramos terminado con algunos fondos como para encarar las reparaciones para esta zafra 2014”, declaró al semanario El Ocampense Dante Peresón, presidente del cuerpo legislativo municipal.