SEÑAL DE AJUSTE

Intrusos, ¿hay un después de Ventura?

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Roberto Maurer

Los especialistas en “Intrusos” no han esperado demasiado para comenzar a debatir acerca de lo que han denominado “la era post-Ventura”. Se cree que ya existen indicios suficientes como para hablar de “un antes y un después de Ventura”, como suele decirse. Intoxicado con la misma ponzoña empleada en los otros y probando que el chantaje no paga - o sólo por un tiempo- Luis Ventura sufrió el despido humanitario de su socio Jorge Rial.

Bajo contrato con el canal (“mi vida está en manos de América”, declaró), se convirtió en un muerto sin sepultura y su alma en pena sólo aparecía semanalmente en “Secretos verdaderos”. La prudencia del golpeado periodista hizo de su programa algo tan inofensivo como la Cruz Roja, hasta que Alejandro Fantino le abrió la puerta de “Animales sueltos”, donde vive en una especie de prisión condicional en la cual observa buena conducta.

Reconciliaciones

El programa de Jorge Rial inició una nueva vida sin Ventura transformando la estética, como si se hubieran desprendido de un montón de escombros, y con un par de incorporaciones femeninas, las de Tamara Pettinato y Alessandra Martín. Pero lo principal reside en una política traducida en actos que pueden interpretarse como reconciliciaciones con damnificados y enemigos históricos como Maradona, quien aceptó salir al aire para explicar cuáles son las razones por las cuales ha movilizado las policías del mundo con la orden de capturar a su última novia y entregarla a tribus del desierto.

También reapareció Mario Pergolini (*) después de más de un año, esta vez entrevistado en el piso y logrando picos de diez puntos para “Intrusos”. La visita fue una oportunidad para que Pergolini aclarara con la panelista Tamara Pettinato, hija de Roberto, un episodio de hace nueve años, cuando el conductor ahora empresario solía declarar que tenía relaciones con Tamara que, entonces, era una chica de 19. En este encuentro, Pergolini tuvo que pedir disculpas por las bromas y Tamara las aceptó con la condición de que aclarara que no hubo sexo entre ambos.

Otro retorno sorpresivo lo protagonizó Claudia Villafañe, que llamó espontánemamente cuando estuvo invitado “Galíndez”, el legendario asistente de Maradona. Con Luis Ventura había cruzado amenazas y acusaciones relacionadas con travesuras de cocainómanos. Además Ventura denunció que Claudia Villafañe había realizado negocios inmobiliarios en Estados Unidos en provecho propio y a espaldas de su ex.

En este plan de recuperación de afectos, Jorge Rial invitó públicamente a cenar a su casa a Gerardo Sofovich, de quien todavía sería amigo de no ser por Ventura, que durante años sostuvo una guerra sangrienta con el anciano personaje. Ya nadie recuerda cuándo y cómo comenzó, pero ambos suelen dedicarse a intercambiar todo tipo de insultos. En cuanto a la temperatura alcanzada por la conflictiva situación, basta un ejemplo. Se hablaba de drogas en “Desayuno americano”, y en un momento Ventura pidió a amigos y familiares que ayudaran al adicto en vez de protegerlo. Ya muy excitado, recordó al viejo enemigo y dijo apuntando y mirando a la cámara: “El hijo de puta de Gerardo Sofovich que vaya a cuidar al hijo. ¡Hijo de puta...! Andá a cuidar a Gustavo, turro. ¡A esos tipos hay que desenmascarar! Que no lo recibe ni le atiende el teléfono”.

Venganzas

Otro efecto de la caída de Ventura fueron los ajustes de cuenta. Si la venganza es un plato frío, Mirtha Legrand lo guardaba en la heladera durante los años en que vivió amenazada por Ventura de hacer pública una carta que comprometía a su difunto hijo. La revancha de la Legrand consistió en invitar a su mesa a Fabiana Liuzzi, ex vedette y madre del hijo extramatrimonial de Ventura. “No tenemos deseos de venganza contra Ventura. La llevamos al programa a Fabiana porque es noticia”, explicó diplomáticamente Nacho Viale, nieto y productor de Mirtha.

Otro que no está dispuesto a perdonar es el actor chileno Gonzalo Valenzuela. El ex de Juanita Viale declaró en su país: “Sólo una vez enfrenté a un periodista argentino, Luis Ventura, porque ya era degenerado lo que hacía. Y hoy ese tipo ahora está en Buenos Aires todo cagado, con 50 demandas, en la ruina y con riesgo de ir preso”.

(*) Beatriz Salomón fue a esperarlo en la puerta del canal, pero Pergolini escapó por otra salida. Son venganzas en cadena. La ex vedette se la tiene jurada y lo persigue por todas partes. Hace años, como se recordará, destruyeron su familia cuando su antiguo marido Alberto Ferriols fue víctima de una cámara oculta de “Punto Doc”, que producía Pergolini, y en la cual sorprendieron al famoso cirujano en una situación cariñosa con un travesti.