El 1º y 2 de agosto

Abel Pintos: con nombre propio

El artista presentará su nuevo disco, “Abel” en el estadio Ángel P. Malvicino del Club Atlético Unión.

Abel Pintos: con nombre propio

Según Pintos, fue el proceso de aceptación personal que atravesó durante la creación de las canciones lo que lo llevó a bautizar con su nombre a la placa.

Foto: Gentileza Nora Lezano

 

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Abel Pintos regresa a Santa Fe para presentar su novena placa, titulada “Abel”. Será en doble jornada, 1º y 2 de agosto, en el estadio Ángel P. Malvicino del Club Atlético Unión. Antes del desembarco, Pintos dialogó con El Litoral sobre sus nuevas canciones y la gira en las que las mostrará.

—La presentación del disco arrancó con los siete Luna Parks. ¿Cómo viviste ese ciclo?

—Fue muy emotivo, porque mucho tiempo antes de la primera función ya estaban las localidades agotadas, habíamos pensado en tres o cuatro funciones y terminamos superando el número anterior, que habían sido cinco. Todo eso es muy conmovedor y muy emotivo, pero además (por sobre todas las cosas) porque era un concierto por el que yo tenía muchas expectativas.

El disco se editó en octubre del año pasado, pero la primera vez que lo toqué completo, entero, fue en la primera de esas siete funciones. Ahí estrenábamos todo un espectáculo, con todos los movimientos musicales escenográficos, visuales, que tiene un concierto de esas características.

Estuvieron buenísimos. Estoy de vacaciones hasta el 1º de agosto, y desde ahí hasta fin de año vamos a llevar el mismo espectáculo que hicimos en el Luna por todo el país.

—Justamente arrancás la gira en Santa Fe. ¿Qué se va a encontrar la gente?

—Hacemos todo el disco nuevo en vivo, de la primera a la última canción en el orden del disco; para que puedas ir al concierto y hacer una verdadera escucha del disco en vivo. Que por supuesto tiene sus características distintas e incomparables frente a un disco.

Luego todo lo que pasa escenográfica y visualmente termina de cerrar el concepto del espectáculo, acompaña lo que está pasando protagónicamente desde la música. Después hay una segunda parte que tiene que ver con canciones de estos 15 años que llevo haciendo música y presentando discos.

El proceso

—¿Por qué a este disco le pusiste “Abel”, siendo el noveno?

—Las canciones hablan (en órdenes generales) de aceptar. Mi opinión es que todo lo que cada uno de nosotros acepta de su vida termina quedando detrás de nuestro nombre como símbolo para los demás. Los demás nos identifican detrás del nombre que tenemos, o del nombre que elegimos (si elegimos llamarnos con algún sobrenombre o algún alias). Eso fue lo que pensé cuando empecé a escribir las canciones, y pensé que el disco tenía que tener algún nombre propio. Cuando comenzó el proceso de grabación, yo mismo empecé a aceptar cosas muy significativas, sobre todo en lo musical, y entonces pensé que podía ser mi propio nombre el que identificara al disco.

—Se grabó medio rápido, vos estabas todavía en la gira.

—En realidad en preproducción trabajamos cerca de ocho meses, durante la gira. El productor soy yo y mis colaboradores en la coproducción; la realización y la dirección musical son de Marcelo Predacino y Ariel Pintos, que respectivamente habían producido algunos discos de mi carrera. En el caso de Ariel produjo “La llave” y “El reflejo real”, y Marcelo lo hizo en “Revolución”. Además hacemos todos los conciertos juntos, eso nos da una dinámica de trabajo y una conexión muy intensa también a la hora de la creatividad.

Después nos llevó más o menos dos meses grabar en el estudio, también intercalado con la gira. Y luego nos llevó un mes, mes y medio la mezcla y el mastering, que no se hicieron en la Argentina pero que nosotros íbamos dirigiendo desde acá.

—¿Dónde se hizo?

—En Los Ángeles, en los estudios de Gustavo Borner, un argentino que vive hace muchos años allá y es un histórico de la música: ha mezclado y masterizado discos de muchos argentinos y de músicos de todo el mundo. Así que decidimos dejar en sus manos el retoque final.

Viejos conocidos

—Ha tenido buenas ventas, es Quíntuple Disco de Platino, en una época en que se venden pocos discos. No es poco...

—Estamos muy contentos con todo esto, porque significa para un músico que eso que llevó tanto trabajo se venda mucho y tenga frutos comerciales y sobre todo la repercusión que el disco tiene. Como decías, en una época en la que cuesta más vender discos físicos (hoy se vende mucho digital, por suerte se va estabilizando bastante más que hace unos años atrás).

Sobre todas las cosas me siento muy orgulloso y muy agradecido de que desde el público, con lo que cuesta a veces comprar un disco original, se tomen su tiempo y hagan su esfuerzo para apoyar a un músico, sabiendo y teniendo conciencia cada vez más de lo positivamente que eso influye no sólo en el crecimiento del artista, sino en toda la industria musical.

—En abril cantaste para 80.000 personas en Carlos Paz. Todo el mundo se asombró, porque era mucha gente. ¿Cómo vivís ese afianzamiento y la fidelidad de un público diverso en gustos?

—Me emociono mucho, pero creo que es el fruto de toda una relación que se estableció con el público. Hemos establecido lazos muy fuertes, emocionales, porque nos conocemos muy bien: me conocen desde que era muy chico, me han visto crecer; y conozco no sé si a todos pero a gran parte del público que me acompaña con tanto amor durante tantos años.

Y ver que ese público sigue creciendo, y que las nuevas generaciones también se pueden sentir identificadas no sólo con mi música sino con el mensaje y todo lo que ocurre en un concierto, todo eso es muy conmovedor.

Por los caminos

—¿Cuál es la expectativa para la gira? Hay conciertos agotados...

—Vamos a hacer más o menos unos 40 conciertos entre el 1º de agosto y los últimos días de noviembre, que es cuando vamos a detener la gira para comenzarla en enero de nuevo. Vamos a visitar muchas provincias, muchas ciudades de toda la Argentina, voy a estar yendo también a Santiago de Chile. En algunos lugares son más de una función, gracias al éxito de la venta de entradas, como por ejemplo en Santa Fe, donde tenemos dos funciones y están casi agotadas las dos.

Eso me para de frente a la gira con una expectativa enorme, porque lo que yo busco en cada concierto es ser feliz y hacer feliz a cada uno de los que está ahí. Me siento muy ansioso de frente a la gira, y siento que el público también lo está.

Intensidad visual

—Hicieron el video de “Tanto amor” con Hernán Piquín y Cecilia Figaredo, con una estética muy neoclásica en lo que bailan.

—Era la primera vez que hacía un video de una balada, de hecho era la primera vez que cortábamos una balada como corte de difusión del disco. Entonces queríamos escapar a los lugares comunes, de la historia tipo novela dentro de un videoclip. Entonces se me ocurrió proponerle a Pablo Faro que es el video de mis videoclips que fuéramos por un video con poca data visual pero con mucha intensidad.

Consideramos con Pablo que el slow motion en el que yo estoy cantando le iba a dar a cada palabra más peso en la dicción (y a los movimientos también). Y consideré que estéticamente podíamos expresar a través de la danza, con dos grandes como son Cecilia y Hernán, el mensaje de la canción: aquella historia de la que intentamos escapar de un lugar novelesco, ponerlo en un lugar de una expresión artística como es la danza. Creo que es un video que representa muy bien lo que quisimos hacer: no tiene muchas distracciones visuales pero tiene una intensidad acorde a la de la canción.

Localidades

Las anticipadas se consiguen en Toy's Park (San Martín 2218), al 4524304 y por www.turboentrada.com.