El centro de salud, con presencia policial

“Acá todos estamos expuestos”

  • Trabajar en algunos barrios de la ciudad, aun con efectivos de la policía, puede ser una tarea de alto riesgo.
  • De cualquier manera, en el Centro de Salud la prioridad sigue siendo el servicio hacia los vecinos.
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Con custodia. Hace cuatro años, el Centro de Salud debió reclamar por presencia policial ante los hechos de inseguridad sufridos tanto por el personal como por los pacientes.

 

En el año 2010 la situación en Barranquitas Oeste y Pro Mejoras colapsó. Tiroteos en plena calle, robos y hechos de violencia pasaron a formar parte de la realidad cotidiana.

Pese al papel esencial que cumple el Centro de Salud en la zona, este sitio tampoco logró librarse de la mira de los delincuentes. En febrero de ese mismo año, médicos y enfermeros vivieron una situación que colmó el vaso cuando dos jóvenes intentaron concretar un violento asalto dentro del edificio de Artigas al 4100 ante la atónita mirada del personal y los pacientes.

Frente a esta situación, presentaron una nota en el hospital Iturraspe, ATE, UPCN y el Ministerio de Salud, requiriendo presencia policial diaria en el centro, bajo la advertencia de dejar de funcionar de no ser atendido el reclamo.

Mediante un convenio lograron solucionar el problema y contar con un efectivo. Sin embargo, la solución fue temporal. Hoy los encargados del Centro no sólo deben realizar su trabajo, sino que casi a diario deben encargarse de reclamar por el policía. “A veces no vienen, o se confunden con los turnos y no mandan a nadie, entonces tenemos que ocuparnos de llamar para pedir que manden a alguien”, cuentan en el dispensario.

Por su parte, el enfermero Roque Rodríguez agrega: “Acá trabajamos desde las 7 de la mañana hasta las 17 y aunque el Centro no debería funcionar sin custodia policial, atiende igual cuando no nos mandan a nadie. Aunque no cumplan con lo acordado, uno por la comunidad trata de no generar problemas y ser más flexibles con estas cosas”.

En medio de los tiros

Los vecinos y la gente que trabaja en este sector del cordón oeste coinciden en que los tiroteos y los hechos de violencia se han vuelto moneda corriente. De hecho, tanto en el Centro de Salud como en distintas instituciones sociales el “protocolo” que se sigue cuando éstos ocurren es “cerrar todo e intentar proteger a los más chiquitos”.

Y es que la realidad en Barranquitas, en donde los vecinos aseguran que ni siquiera la nueva comisaría construida en Perón e Iturraspe ha logrado llevar más tranquilidad, es escalofriante. La gente queda literalmente viviendo y trabajando en medio de los tiros.

Evangelina Aguirre, una de las enfermeras del Centro de Salud, comenta: “Hacia nosotros nunca hubo agresión en el barrio, pero sí tuvimos compañeros que no eran permanentes que han sufrido hechos delictivos violentos. El barrio es bastante jodido no sólo por lo que nosotros vemos sino por lo que nos cuentan los pacientes. Hemos vivido tiroteos en la puerta o en la esquina. Ahí cerramos el centro y esperamos que pase”.

Trabajar en estas condiciones no es sencillo y cuando la tarea que se realiza es de semejante importancia social, la frustración es mucha. “No tenemos miedo, tenemos respeto. No nos ha pasado nada grave todavía pero estamos atentos. Es por eso que reclamamos por la custodia policial, porque no queremos tentar a la suerte”, explica Evangelina.

El dato

Faltan medicamentos

Por mes pasan unas 2.000 personas por este centro de salud. Una de las luchas que tiene el personal es la falta de medicamentos para pacientes con patologías crónicas, como la hipertensión y diabetes,

POSTALES

 
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Problema general. Los vecinos intentan mantener una vida normal a pesar de la inseguridad. “Es una realidad que golpea a toda la ciudad, no sólo a nuestro barrio”, aseguran allí.

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Tracción a sangre. La gran mayoría de los habitantes de Barranquitas son trabajadores que pelean el peso día a día. Muchos recorren las calles en carros y revenden el plástico o cartón que juntan.

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Jugar en la calle. Pese a que varias instituciones de Barranquitas brindan un espacio de contención, la calle es el lugar de muchos chicos.

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Actvidades en el solar. Una de las actividades que brinda el Solar Municipal es maquillaje artístico. Allí, varias adolescentes concurren para aprender este arte como una salida laboral. Foto: Flavio Raina