Pesadilla sin fin

Siguen los robos en Siete Jefes

  • Ladrones ingresaron en un domicilio de Grand Bourg al 3900. Provocaron destrozos y se llevaron gran cantidad de objetos de valor.
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Estrategia. Las cámaras de seguridad de la casa fueron manipuladas por los delincuentes que las dejaron apuntando hacia arriba. Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Los vecinos de barrio Siete Jefes están asustados y preocupados. Y la verdad es que motivos tienen de sobra. Desde hace largo tiempo viene observando (y padeciendo) asaltos en comercios, robos en casas de familia y gente que es “revolcada” en la calle.

Este fin de semana la bola negra cayó en un domicilio de Grand Bourg al 3900 donde delincuentes provocaron destrozos y se robaron gran cantidad de elementos de valor.

El hecho ocurrió durante la noche del viernes cuando los dueños de casa (un matrimonio que reside en el lugar hace más de 20 años) decidieron salir a dar una vuelta.

Claro que los integrantes de esta familia no imaginaron ni en sueños lo que les esperaba al regreso de dicho paseo.

Ni bien acercaron el auto al garaje observaron que el portón de rejas estaba entreabierto. “Debe haber venido uno de los chicos”, pensó la mujer.

Pero minutos después, cuando ingresaron a la casa, cayeron en la cuenta que tal apreciación había sido equivocada.

Como un tsunami

“Apenas entré pareció que en mi casa había pasado un tsunami”, dijeron hoy las víctimas en diálogo con este diario.

“Las puertas de las alacenas y de los muebles estaban abiertas, y todo lo que había en sus interiores desparramado por el piso.

Los ladrones hicieron una recorrida brutal por todas dependencias de la casa. “No puedo decir cómo estaban los dormitorios. Decir que quedaron como después de un terremoto es poco. Desarmaron todo, volcaron la ropa, tiraron los papeles... en fin”.

En medio de la conmoción nos dimos cuenta de que quienes hicieron esto no fueron improvisados. Violentaron no sólo el portón de rejas. También hicieron lo mismo con la puerta de acceso a la vivienda y con las distintas puertas interiores.

Hasta se tomaron su tiempo para dejar apuntadas hacia arriba las cámaras de seguridad con las que cuenta este inmueble.

Más adelante, los esposos relataron que los malvivientes les sustrajeron una importante cantidad de alhajas de oro, en su mayoría recuerdos de familia; artículos de electrónica y un teléfono celular.

Todo parece indicar que los rufianes fracasaron en su intento de hallar dinero, pese a que encontraron una caja de seguridad, la misma estaba vacía.

¿Zona liberada?

Un rato después llegaron al lugar agentes policiales y personal de la Policía Científica quienes procedieron a su tarea de rigor.

Lo ocurrido a esta familia se suma a una seguidilla de robos ocurridos en la zona.

La falta de respuestas por parte de la policía hace pensar a los residentes de dicho sector estar bajo una “zona liberada”.

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Los hechos delictivos se suceden tanto en la calle como en viviendas particulares, lo que es motivo de lógica preocupación entre los vecinos.