análisis

Enrique Cruz (h)

Cambios que no cambian

Hace exactamente cinco años, escribí lo siguiente: “Spahn se va a encontrar con una realidad muy distinta a la de sus negocios; experimentará un mundo (el del fútbol) que es diferente y tiene sus propias particularidades. El club que encontró, seguramente, no difiere en los rasgos principales del que hallaron los últimos presidentes de Unión cuando les tocó pisar por primera vez Unión. Deudas, compromisos, pasivo, el equipo en la B, urgencias, escasez de recursos, etcétera. Nada debe asombrar. Como tampoco que la historia se repite: los dirigentes deberán poner plata. La puso Malvicino, la puso Vega y ahora la tendrá que poner Spahn. Él y los que lo acompañan. Spahn —ojalá así sea por el bien de Unión— tiene cuatro años para torcer esa realidad. Necesita un plan sustentable, coraje para llevarlo a cabo pese a los contratiempos, paciencia y suerte. El plan, el proyecto, es lo que más importa en este momento”.

No muchas cosas cambiaron definitivamente. El equipo sigue en la B, pero estuvo en Primera y se equivocó el rumbo futbolístico. La situación económica es mucho menos caótica que en ese entonces, pero el club sigue siendo deficitario y su chequera (la de Spahn) resultó, resulta y quizás seguirá resultando clave para una subsistencia medianamente normal. Se lanzó en un ambicioso proyecto de ampliación del estadio y cuando parecía que Unión “reconstruía” su cancha, apenas se pudo terminar —dos años después— con la primera parte de esa obra. Y el exitoso hombre de negocios se encontró así con dificultades extremas, en algunos casos insalvables.

Spahn pudo hacer historia en Unión y es posible que todavía esté a tiempo. Necesita encauzar el rumbo futbolístico. Se hace imperioso en la antesala del torneo más importante que jugará Unión en su historia. Ascender a Primera para jugar un torneo de 30 equipos el año que viene y así conseguir lo que no pudo: solidificar al club en la máxima categoría. Unión se ha acostumbrado, por los desaciertos en el renglón fútbol de los últimos tiempos, a subir y bajar de categoría sin encontrar la fórmula de la permanencia. Es hora de que esto ocurra.