editorial

  • La Justicia autorizó la continuidad del proyecto. La experiencia deberá ser tenida en cuenta a la hora de encarar nuevos emprendimientos público-privados.

Aval para las obras del parque Alberdi

Comenzó planteándose como un reclamo ambientalista. Sin embargo, con el correr de las semanas la protesta de quienes se oponen a la construcción de cocheras soterradas en el parque Alberdi fue mutando, hasta cuestionar la posibilidad de emprendimientos privados en un espacio público e, incluso, plantear sospechas sobre la transparencia del proceso.

La situación alcanzó momentos de tensión. Finalmente, el juez actuante emitió su dictamen: dijo que las obras pueden seguir adelante, aunque realizó una serie de sugerencias tendientes a mejorar el proyecto original. El municipio aseguró que las tendrá en cuenta y que intentará plasmarlas en la obra.

Lo que quedó en claro fue que la Justicia no encontró ninguna inconsistencia que avale sospechas de irregularidad en el proceso. Éste es, quizá, el resultado más importante del debate planteado, pues lleva tranquilidad a aquellos ciudadanos que, si bien no participaron directamente de las discusiones, observaron con preocupación lo que estaba sucediendo.

Entre otros puntos, la Justicia sugirió reinstalar el Monumento a la Madre en su lugar original, profundizar el soterramiento de las cocheras, reubicar dentro de la superficie del parque especies arbóreas que estén en buenas condiciones fitosanitarias e plantar nuevos árboles.

Lo sucedido con el parque Alberdi deberá ser tomado como un aprendizaje para la ciudad y para sus autoridades. Sobre todo, porque existen proyectos similares pensados para otros espacios públicos como, por ejemplo, la plaza San Martín.

En primer lugar, las instituciones y particulares interesados en este tipo de temas deberán seguir con mayor atención estos procesos. De hecho, hace dos años que se inició el análisis sobre el proyecto de parque Alberdi. El tema se discutió en el Concejo Municipal, donde finalmente fue aprobado. Por ese motivo, la radicalizada reacción en contra del proyecto pareció extemporánea, pues se produjo cuando el contrato con las empresas privadas encargadas de los trabajos se encontraba firmado y la obra tenía principio de ejecución.

Con respecto a las protestas generadas por la concreción de emprendimientos privados en espacios públicos, habrá que advertir que no existe manera alguna de que el Estado cuente con los recursos necesarios como para llevar adelante obras de infraestructura semejantes.

La necesidad de nuevos lugares de estacionamiento en el centro de Santa Fe es imperiosa. Este proyecto no sólo permitirá ampliar los espacios donde dejar automóviles, sino que además abrirá la posibilidad de mejorar un paseo que durante muchos años estuvo prácticamente abandonado y se había convertido simplemente en una zona de paso.

Existen otros emprendimientos privados de construcción de cocheras en el centro y macrocentro de la ciudad. Sin embargo, lo que distingue al proyecto de parque Alberdi es que, además de nuevos sitios de estacionamiento, permitirá concretar mejoras en los espacios verdes e, incluso, en la circulación vehicular de la zona. Además, en 30 años las cocheras pasarán a manos de la Municipalidad.

De cara al futuro, las autoridades analizan la posibilidad de generar distintos espacios de discusión pública antes de avanzar en otros emprendimientos público-privados como éste. La decisión parece acertada.

Si bien es cierto que el debate resultar enriquecedor, también es verdad que estos niveles de tensión generan un fuerte desgaste que, quizá, podría ser evitado.

No existe manera alguna de que el Estado cuente con los recursos necesarios como para llevar adelante obras de infraestructura semejantes.