Una noche “llena de horror, angustia y pánico”

La jornada más sangrienta en Gaza

Redacción El Litoral

Agencia EFE/DPA

Israel intensificó hoy sus ataques en la Franja de Gaza tras la muerte de otros diez de sus soldados y bombardeó desde la pasada noche unos 150 objetivos en el enclave palestino.

Testigos palestinos relataron que hubo disparos de artillería, desde barcos de guerra y desde el aire y aseguraron que fue la peor noche desde el inicio de la ofensiva israelí hace tres semanas, “llena de horror, angustia y pánico”.

Por primera vez sonaron en mitad de la noche las sirenas de alarma en Tel Aviv y despertaron a sus habitantes. Dos cohetes cayeron cerca de Rishon Lezion, al sudeste de la ciudad, informó el Ejército.

En uno de los ataques israelíes fue alcanzada la casa del líder de Hamas en la Franja, Ismail Haniya, quien no se encontraba en la vivienda, ni tampoco otros familiares. La casa del que fuera primer ministro en 2006 quedó completamente destruida, informó la televisión Al Aksa. El edificio de la emisora también fue atacado esta mañana.

El número de palestinos muertos desde la medianoche ascendió a 43, mientras que los heridos se cuentan por decenas, informaron fuentes sanitarias locales. Con ellos, las últimas cifras elevan a 1.130 los muertos palestinos y a 6.500 los heridos durante los 22 días que dura la ofensiva israelí, que en las últimas horas se ha recrudecido en varios puntos de Gaza.

Los blancos elegidos

Entre los blancos atacados figuran oficinas financieras de Hamás, así como la única planta eléctrica de la Franja que suspendió su actividad debido a un gran incendio provocado por un bombardeo contra un contenedor de combustible, que levantó enormes columnas de humo visibles durante horas.

Así lo confirmó un portavoz el Ministerio de Infraestructura de Gaza, después de que responsables de la compañía eléctrica advirtieran que la planta dejaba de producir electricidad para el enclave, hogar de 1,8 millones de personas.

Los ataques de la aviación israelí alcanzaron asimismo la sede de la emisora de radio de Hamás, Al Aqsa, que quedó destruida, así como instalaciones de la televisión del mismo nombre, y un centro que alberga a productoras, que resultó dañado.

La vivienda del líder de Hamás en la Franja, Ismail Haniye, también fue blanco de un misil disparado desde el aire y que no causó heridos, pues el dirigente y su familia no se encontraban en el lugar en el momento del ataque.

El Ejército israelí informó en un comunicado de que durante las últimas operaciones nocturnas en Gaza atacó 70 “lugares terroristas”, que incluyeron dos centros empleados para el comando y control de actividades pertenecientes a Hamás, cuatro almacenes de armas escondidos en mezquitas, lanzaderas de cohetes ocultas cerca de una mezquita y un túnel para uso ofensivo.

A primera hora del día Israel atacó infraestructuras de la tesorería de Hamás, “empleada para la financiación y administración de actividades terroristas en la ciudad de Gaza”, reza el parte militar que notificó haber alcanzado la televisión al Aksa, a la que acusó de instigar a la población palestina contra Israel, así como a una decena de “destacados operativos” en el centro de la Franja.

Israel anunció hoy la muerte de una decena de soldados en la víspera, lo que supone una de las jornadas más duras en cuanto a bajas, y elevó la cifra de uniformados caídos hasta ahora a 53.

Además, tres civiles, dos de ellos israelíes han muerto por el impacto de proyectiles disparados desde Gaza en el transcurso de la ofensiva militar.

Cinco de los soldados murieron en un ataque de un comando palestino que intentaba atacar una comunidad israelí aledaña a Gaza a través de un túnel, y la otra media decena por el fuego de mortero ayer contra un punto fronterizo. El brazo armado de Hamás, las “Brigadas de Azedín al Kasem”, asumieron la muerte de los diez soldados israelíes, informó la agencia “Maan”.

Entretanto, milicianos en Gaza han continuado hoy el disparo de varias andadas de cohetes contra suelo israelí, dos de los cuales explotaron en el concejo regional de Eshkol, y otros dos fueron interceptados por las baterías antiaéreas sobre la población de Ashkelón, informan medios locales.

El lunes, primer día de la festividad del Eid el Fitr, 41 palestinos murieron, once de los cuales fueron encontrados bajo escombros, y más de 200 resultaron heridos en los bombardeos por aire y tierra de Israel en Gaza, de acuerdo a fuentes sanitarias.

Los enfrentamientos entre israelíes y palestinos en el enclave impidieron que sus residentes festejaran la jornada que pone fin al ayuno de 30 días del mes de Ramadán, mientras los esfuerzos para un alto el fuego duradero hasta la fecha han resultado infructuosos.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, llamó en la noche del lunes a poner fin “a las masacres que están siendo cometidas contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza”.

Y pidió en un comunicado oficial divulgado por la agencia “Wafa” que la “agresión horrible y fea sobre nuestro pueblo acabe pronto”.

  • Israel intensificó hoy sus ataques tras la muerte de otros diez de sus soldados y bombardeó desde la pasada noche unos 150 objetivos en el enclave palestino. Las últimas cifras elevan a 1.130 los muertos palestinos y a 6.500 los heridos durante los 22 días que lleva la ofensiva.
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Este era el panorama hoy en el barrio de Tuffah, tras un ataque aéreo israelí en el este de Gaza. Al menos 100 palestinos murieron desde la medianoche en el día más sangriento de la actual ofensiva.Foto: Agencia EFE

El drama de los niños

  • “¿Hay un alto el fuego? ¿Cuándo va a terminar la guerra?”: son las preguntas que los niños de la escuela preparatoria de Al Bahréin, en el suroeste de la Ciudad de Gaza, repiten a cada persona que llega al lugar.

Mientras los pequeños juegan al fútbol en el patio del colegio, los hombres permanecen sentados, separados de las mujeres, a la sombra de la escuela gestionada por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en el barrio de Tal el Hawa.

Los bebés lloran, mientras las mujeres, cubiertas con velos, intentan calmarlos.

La ropa lavada se seca colgada en los balcones azules de hierro. Los pupitres, sacados de las clases, se apilan en los pasillos. Más de 120.000 palestinos buscaron refugio en 69 instalaciones de la UNRWA en los últimos 15 días de ofensiva israelí en la Franja de Gaza, cuenta un portavoz de la agencia.

La escuela de Al Bahréin alberga a unas 800 personas. Al menos dos familias se alojan en cada una de las 15 clases repartidas en las tres plantas del edificio. Casi todos proceden del barrio de Sheyaiya, de la Ciudad de Gaza, escenario de un infierno en la mañana del domingo.

Los soldados israelíes aseguraban estar buscando túneles utilizados para perpetrar atraques y cohetes en el barrio situado en el este, cerca de la frontera con Israel, cuando se enfrentaron a milicianos locales. Al menos 13 soldados murieron, varios de ellos durante el ataque con una granada propulsada por cohetes o misiles antitanque contra un vehículo acorazado que transportaba personal. Las tropas terrestres bombardearon entonces de forma implacable la calle principal de Al Mansura, donde el vehículo se quedó atrapado y comenzó a arder. Al menos 75 palestinos, la mayoría mujeres y niños, murieron y unos 400 resultaron heridos, según el portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al Qedra. “Muchas casas fueron destruidas y mucha gente sigue enterrada bajo los escombros”, dijo Mohamed Saed, de 20 años. Cuando abandonó su edificio de cinco plantas en la calle Al Mansura por la mañana muy temprano, vio cómo miles de personas hacían lo mismo. “Creí que era el fin del mundo”, cuenta.

“Estoy muy triste y sigo temiendo que los tanques llegarán a esta escuela y nos bombardearán”, dice Farrah, de sólo 11 años. “Lloré y grité cuando escapé de nuestra casa en Sheyaiya. Todavía me parece oír las bombas en mi oído”, cuenta, añadiendo que no puede olvidar los cadáveres que vio al lado de la carretera.

La mayoría huyó sin poder llevarse ropa, ropa interior u otros artículos básicos.

Gunness contó cómo la UNRWA hizo un llamamiento de emergencia ante la necesidad de fondos para comprar bombas de gas, alfombrillas para dormir, mantas, kits higiénicos y de cocina.

“Tenemos verdaderos problemas con el agua”, cuenta. “Cada gota de agua que la gente bebe o utiliza para bañarse tiene que traerse en camiones”, cuenta. Y es que el agua del grifo está demasiado contaminada.

Un informe de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) asegura que cerca de 200 niños y 74 mujeres han muerto en los fuertes bombardeos y ataques de artillería contra el enclave densamente poblado. Se calcula que en Gaza cada hora murió un niño en las últimas dos semanas.

La Autoridad Palestina ha acusado a Israel de víctimas de guerra, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu absuelve a su gobierno de cualquier responsabilidad, acusando a Hamas, el movimiento islámico que controla de facto la Franja de Gaza, de esconderse detrás de civiles y disparar cohetes desde áreas residenciales. Casi 500 viviendas han sido totalmente destruidas o han resultado dañadas por los ataques israelíes, cuenta Jens Laerke, de la OCHA. Los hospitales se quedaron sin suministros y medicinas incluso antes de la crisis actual y al tratar a tantos heridos, la escasez es aún más crítica. Según la evaluación de trabajadores humanitarios sobre el terreno, al menos 107.000 niños han quedado traumatizados ante la muerte o el daño sufrido por sus familiares o la pérdida de sus hogares y necesitan la ayuda de psicólogos y trabajadores sociales. Hasta ahora, los equipos de emergencia han podido ayudar a 868 niños en la Franja de Gaza, sólo una pequeña parte de ellos.

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El palestino Akram Miqdad sale con su pequeña hija, Bara-a, de la morgue del hospital de Shifa. El fin de Ramadán, una de las más alegres fiestas del calendario musulmán, se convirtió ayer en un lunes mortal en Gaza, en el que quince personas murieron, ocho de ellas niños. Foto: Agencia EFE