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Perséfone, devas y fotografía

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Obra de Miguel Ángel Alfageme, autor de “Perséfone”.

 

El artista plástico y profesor santafesino Miguel Ángel Alfageme acaba de presentar, en edición de autor, Perséfone fotografía los devas de los lirios, un acercamiento al tema de la fotografía desde distintos puntos de vista y referencias, en un libro que juega con una diagramación que incluye distintos tipos y formatos de letras y caligramas.

En el prólogo, Alfageme comienza por analizar el rol social que la fotografía ha jugado en la práctica como distinción de clase, si bien en la actualidad la difusión de las cámaras y celulares digitales evidentemente han difundido su uso en todas las capas sociales, incluso con un mayor anhelo de consumismo en las clases carecientes. Hay también referencias a la fotografía como capital simbólico y cultural. “La fotografía se ha transformado en una disciplina efectista donde pareciera que todo admite ser procesado técnicamente [...] una forma de tapar la falta de una herencia de capital cultural”.

En un discurso fragmentado, con referencias a menudo ligadas al esoterismo y al surrealismo, la publicación se ocupa en los distintos capítulos de temas como: el punctum (“El punctum tiene que ver con el enfoque selectivo que justamente se hace enfocando una zona a destacar y todo lo demás aparece borroso o fuera de foco”); el studium (“En una palabra, el studium tiene que ver con el capital cultural heredado”); Perséfone (o Proserpina, Reina de los Muertos, raptada mientras recogía flores, quizás lirios, “magia oculta de la naturaleza”); el arte diabólico (la fotografía como pecaminoso juego con la luz); el inconsciente óptico (que “muestra por un lado la presencia de la diferencia del detalle, la explosión limitada del fragmento, la captura de la multiplicidad, y por otro, la instantaneidad del acontecimiento, la fugacidad del tiempo-ahora, la apertura de otros mundos posibles”); la fotografía anónima (“la banalización de la fotografía probablemente coincidió con un sentido más efímero de los acontecimientos, pero debe admitirse que por mucho tiempo le fue reservado un aire casi sacramental”) o el instante decisivo (la detención del tiempo capturando un instante que se hará eterno).

El texto incluye citas de Robert Hans Van Gulik (1910-1961), orientalista y calígrafo neerlandés.