La situación en la Vuelta del Paraguayo

 

El río ya bajó más de 20 centímetros y algunas familias volvieron a sus casas

La gran mayoría permanece en los refugios que armó el municipio porque todavía queda mucha agua en el barrio.

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Los que se quedaron. Valentín tiene 8 años y siguió viviendo con sus padres en la Vuelta del Paraguayo, a pesar de la inundación. Detrás de él se observa el barrial que va dejando el río al bajar.

 

Lía Masjoan

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El río Paraná sigue bajando. Hace 10 días llegó a su tope cuando marcó 5.52 centímetros en el Puerto local y hoy está 23 centímetros más abajo (5.29 cm). En ese contexto, dos familias regresaron ayer por la tarde a sus casas de la Vuelta del Paraguayo pero la mayoría permanece en los refugios que armó el municipio a la vera de la Ruta 168. Allí quedan en pie 68 módulos que alojan a 38 familias, según contó a El Litoral el coordinador municipal, Horacio Centurión.

Es que en el barrio costero todavía hay mucha agua. El municipio ya recuperó una parte del camino de acceso, hasta el club Excursionistas y esta mañana continuaba trabajando en el resto, con motobombas y bolsas de arena para reforzar zonas húmedas. Pero aún no está transitable, salvo en tractores y camiones; aunque algunos vecinos se animaban a atravesarlo en moto. Por eso, quienes volvieron ayer, trasladaron sus pertenencias en lanchas y canoas que puso a disposición el gobierno local.

Rodeados de agua

Otras familias, que prefirieron resistir la crecida en el barrio y nunca se trasladaron al predio de enfrente, seguían utilizando las canoas para atravesar el riacho. Una de ellas es Paula Valenzuela, quien esta mañana acompañó a su cuñada al megamercado cercano a comprar pañales para su bebé de dos años. El agua rodeó sus viviendas pero nunca ingresó, así que optaron por quedarse. Sí soportaron víboras y roedores, y todas las complicaciones que trajo la crecida a la rutina familiar. Su hijo, Valentín, tiene 8 años y va a la escuela de El Pozo por la tarde, al mediodía salen en canoa hasta tierra firme y allí toman el colectivo.

Una de sus vecinas, aprovechó la planta alta de su casa para quedarse también, ya que la planta baja sí estuvo bajo agua. Su situación es más delicada ya que no puede caminar y está en silla de ruedas, pero la asiste su hijo. Quienes no aceptaron trasladarse a los refugios, no fueron beneficiados con la ayuda estatal. Pero sí continuaron recibiendo las viandas de merienda y cena que prepara el comedor del barrio en un módulo que les cedió el municipio. Para las autoridades es fundamental sacar a los damnificados de la zona de riesgo para brindarles asistencia.

El agua ya se retiró varios metros del patio de la casa de Paula pero las calles están inundadas, al igual que las viviendas de varios vecinos y la cancha de fútbol que está detrás. A medida que esta tendencia continúe y el tiempo acompañe, más familias podrán ir retornando a sus hogares.

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Los que se mudaron. En el predio que habilitó el municipio frente al barrio permanecen alojadas 38 familias, en 68 módulos. Fotos: Mauricio Garín