Comercio “acordó” cerrar exportaciones

El precio de la carne vuelve a preocupar a la Casa Rosada

El kilo en pie subió 65 % interanual; de 2011 a julio de 2013 estuvo “planchado” con costos en alza. El gobierno busca mejorar la oferta al mercado interno para contener precios en carnicería, pero el país sólo exporta 6 % de lo que faena. ¿Sirve?

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Trabajadores y la Casa Rosada, en el contraste compositivo de un gran tema nacional: la vaca. Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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Menos por creatividad que por reflejo -inconducente por demás- el gobierno nacional “acordó” suspender las exportaciones de carne vacuna, en un intento por contener el aumento de precios al mostrador.

Mientras los funcionarios federales niegan la inflación, una carnicería santafesina podría ofrecer hoy la pulpa a $ 75 el kilo y la costilla a $ 65 si se trata de ternera. Con menos pretensiones, un consumidor puede conseguir esos mismos cortes a $ 65 y $ 40, respectivamente, si se trata de novillos.

“La gente entra, mira y se va. Los aumentos se hacen sentir, pero de todas maneras la carne no es lo que más aumenta en estos días”, se resignó un carnicero de barrio ante la consulta de El Litoral.

Precios más altos y menos consumo. Un cuadro coincidente con el escenario de estanflación (inflación con recesión), que no es menos cierto porque lo diga Domingo Cavallo, aunque no es el único que lo dice.

Siempre dispuesta a atender a lo que sucede no muy lejos de la Plaza de Mayo, la Casa Rosada activó sus decisiones después de que el índice Novillo del Mercado de Liniers pasara de $ 15,75 a $ 17,49 pesos el kilo en pie, una suba de 11% en pocos días que ya acumula un 73% desde agosto de 2013.

Pero está claro que los vacunos no se crían en el barrio de Mataderos. Un vocero de la cooperativa Lehmann reconoció que en lo que va de los últimos 12 meses las subas acumulan promedios de 65 % en las ferias de nuestra región, hasta donde acuden los productores a llevar lo suyo.

La alarma por la crecida del río precipitó ventas en el último mes. Pero esa sobreoferta ya no está y en el segundo semestre de cada año siempre se ponen menos cabezas en el mercado, por lo que los precios vuelven a subir.

¿Sirve la medida de cerrar exportaciones? Según Ciccra, la cámara de frigoríficos de la Argentina, en el primer semestre del año, el 93,8 % de lo faenado en el país se destinó al mercado interno.

Por eso el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de Capital Federal, Alberto Williams, estimó que cerrar las ventas externas (y generar menos divisas) “no es la solución”.

 

Con objetivos imprecisos

  • Según los cálculos de la consultora abeceb.com, el consumo de carne bovina por habitante en la Argentina era de 70 kilos al año en 2007 y bajó a 59,5 kilos en el promedio del pasado año (59,2 en el proyectado 2014).

En ese mismo lapso, el consumo de carne aviar creció de menos de 20 a 38,1 kilos por habitante al año. Con escalones más modestos, el cerdo trepó hasta 9,5 kilos por año y persona en el país.

El tradicional “asadito” le fue dejando paso a las alternativas por razones menos culturales que económicas o de salud. De hecho la diversificación no ha logrado bajar el consumo de carnes en general, que por encima de 110 kilos anuales por habitante sigue siendo uno de los más altos del mundo, y por cierto no uno de los más saludables.

El Ministerio de Agricultura busca incentivar el “consumo diversificado” en un programa conjunto con Salud. Mientras Comercio busca que los precios no se le disparen “para beneficio de la mesa de los argentinos”, con dudoso resultado.

Sobre todo si se considera la necesidad de divisas. Ayer la presidente hizo malabares para explicar lo bien que estarían las cuentas del país si no tuviéramos déficit energético. El gobierno podría poner el acento en generar más divisas, pero de eso no se habla sólo porque el que acusa el cierre de 145 frigoríficos en la “década ganada” es el presidente de la Sociedad Rural.

La Cámara de Exportadores de Carnes reportó que en 2013 el país exportó sólo 240 millones de toneladas de carne, de las cuales sólo 106 son cortes de carnes frescas y 108 toneladas son menudencias y vísceras. En 2007 el total era de 596 toneladas, con 406 de carnes frescas, 113 de menudencias y el resto de carnes procesadas.

Para un rematador local de la cooperativa Lehmann la ecuación lo explica todo: los nuevos precios del ganado en pie hacen rentable la producción, pero con 15 % de retención y sin novillos gordos (se faenan los animales de 300 kilos) no hay exportación sustentable para la industria.

 

Divisas que no entran

La faena de ganado vacuno en frigoríficos del país fue en junio pasado un 2,5 % menos que el promedio de 1980 a 2013. Según la Cámara de la Industria del sector, la faena de hembras creció 12,9 % anual, lo que no es bueno para la evolución del rodeo nacional.

La recuperación del precio en pie podría revertir esta tendencia según observadores locales. Pero sin previsibilidad a mediano y largo plazo, el proceso para recuperar stock, acompañado por una rentabilidad hoy inexistente para la recría, impide la ecuación necesaria para exportar y reactivar frigoríficos hoy cerrados.

En los primeros cinco meses del año, la exportación certificada de carne vacuna acumuló una caída de 17,7 % interanual en volumen, totalizando 386 millones de dólares menos, con una caída de 11,4 % en la facturación anualizada.