Un “cáncer” que hay que extirpar

Duro aviso de Obama al terrorismo islámico

El asesinato por decapitación en Siria del periodista estadounidense James Foley parece haber sido el límite del presidente.

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El crimen de James Foley en Siria desató la ira de Barack Obama, quien se refirió al episodio con un lenguaje poco habitual en él. Foto: Agencia EFE

 

Peer Meinert

Agencia DPA

Nunca en sus casi seis años de mandato, Barack Obama habló en términos tan duros: las milicias terroristas del Estado Islámico (EI) buscan un genocidio, no tienen “ningún tipo de aprecio por la vida humana”. Por eso, no hay lugar para ellos en el siglo XXI, son “un cáncer” que hay que extirpar.

El presidente estadounidense es conocido por su prudencia y siempre dijo que su objetivo era poner fin a las guerras. Pero al escuchar ayer a Obama daba la impresión de que en su lugar hablaba su predecesor, George W. Bush.

La decapitación del periodista estadounidense James Foley frustró las vacaciones del presidente. Los terroristas titularon el video del horror, que mostraba supuestamente el asesinato y que Washington considera auténtico, “Un mensaje a América”. Obama no podía hacer otra cosa que reaccionar con absoluta dureza.

Y es que hay mucho en juego. Los islamistas amenazan abiertamente con nuevos asesinatos de ciudadanos estadounidenses, entre otros del periodista Steven Sotloff, desaparecido en Siria desde 2013. Pero la respuesta de Obama no podía ser más clara: “Seremos intransigentes”.

La pesadilla mayor

En Washington ya circula desde hace meses el miedo a una nueva dimensión de la amenaza: los investigadores norteamericanos tienen pruebas de que una cifra desconocida de musulmanes estadounidenses ha viajado a Siria para unirse a los islamistas y ser entrenados por ellos, con el objetivo de volver después a Estados Unidos y perpetrar allí atentados. Una pesadilla para los estadounidenses.

Entretanto se supo que el ejército estadounidense intentó en las últimas semanas liberar a rehenes estadounidenses en manos del EI en Siria, pero que la acción fracasó.

Obama está bajo presión: el avance de las milicias del EI puede suponer un fuerte golpe que tire por tierra toda su estrategia para poner fin a las guerras de Irak y Afganistán.

También las críticas permanentes de los republicanos acerca de que es débil y de que con sus vacilaciones y titubeos en la guerra de Siria contribuyó al auge de los islamistas, están trayendo algunos frutos que podrían ser muy molestos antes de las elecciones al Congreso de este otoño.

Mientras tanto, el Ejército estadounidense anunció el miércoles que los aviones de combate estadounidenses seguirán atacando. Y es que Obama sabe que los ataques aéreos contra las posiciones del EI están teniendo efecto y poniendo en aprietos a los islamistas.

Hace semanas se dijo que las milicias del EI tenían en el punto de mira a Bagdad, algo que no sería difícil en vista de la huida masiva de los soldados iraquíes ante su avance. Ahora, el Ejército está sin embargo anunciando los primeros éxitos: los combatientes del EI tuvieron que cesar su asedio a las montañas de Sinyar tras los ataques estadounidenses y también abandonaron sus posiciones en torno a la estratégica presa de Mosul.

La pregunta que muchos se hacen ahora es si los terroristas seguirán apostando por atrocidades como la decapitación para frenar a Estados Unidos.