el invitado

De país triguero a sojero

Alejandro Ramírez

@alealeramirez

A medida que van pasando los años, los productores cada vez siembran más soja en detrimento del resto de los cultivos. No tan sólo en las zonas aptas para esta oleaginosa, sino también en las regiones marginales, donde existen muchas posibilidades de que los rindes no sean los mejores, la calidad comercial sea inferior o directamente fracase la cosecha. No obstante todo esto, el productor “se arriesga” a seguir intentando sembrar el “oro verde”. En definitiva, el chacarero quiere proteger su capital haciendo cultivos que sean rentables.

Vemos cómo con el trigo, la Argentina ha perdido competitividad en el mundo, perdiendo mercados que costo años obtenerlos, bajando la calidad de nuestro cereal y principalmente el volumen cosechado.

Hace 15 años producíamos más trigo que hoy. Cuando comparamos las producciones trigueras de países que no tienen las bonanzas del clima, suelo, ubicación geográfica que tiene la Argentina, vemos que ellos aumentan sus producciones. Canadá y Australia por ejemplo con cosechas por encima de las 25 millones de toneladas cada uno. En tanto, nuestro país no puede sobrepasar las 12 millones de toneladas.

Al escuchar los discursos de la posible oposición, nos encontramos con que basan la baja de la producción de trigo en que el cereal hoy tributa un 23% de retenciones a las exportaciones. Y no consideran los verdaderos motivos: la continua intervención del mercado -generando falta de transparencia en los precios-, el manejo de los valores por parte de los exportadores y molineros y la imposibilidad de vender al extranjero libremente el saldo exportable. Todo esto es lo que hace que los precios estén deprimidos y genere que la siembra y cosecha del cereal sea un pésimo negocio.

Y lamentablemente de continuar las cosas así, cada año habrá menos trigo y de calidad comercial discutible, y habrá cada vez más soja.