Santa Fe epicentro de los actos por los 20 años

Luces y sombras de la reforma constitucional

  • Juan Carlos Maqueda habló de aciertos y errores pero también de los problemas que ocasiona la cultura política. Un tercio de los convencionales de 1994 están reunidos en esta capital.
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Ayer en el Paraninfo, los convencionales presentes recibieron diplomas de la UNL y de la Cámara de Diputados de la Nación. Hablaron Eduardo Menem, Antonio Bonfatti, Albor Cantard y José Corral. Foto: Pablo Aguirre

 

De la redacción de El Litoral

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“Tiene luces y sombras, pero hay más luces que sombras” le dijo a El Litoral Juan Carlos Maqueda, actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, veinte años atrás convencional nacional por el PJ de Córdoba y uno de los activos redactores del reformado texto de la Constitución, cuyo último retoque cumple 20 años. El aniversario sirvió de un ensayo evaluatorio de lo ocurrido con la Carta Magna ya que la Cámara de Diputados de la Nación anunció sendas jornadas para el 18 de septiembre y el 23 de octubre en el Congreso.

Peronistas y radicales gestores del Pacto de Olivos trajeron sus principales espadas de aquel entonces. Eduardo Menem, Carlos Corach, Maqueda, César Arias, Luis María Hernández, Enrique Paixao, Miguel Ortiz Pellegrini, Marcelo Bassani entre otros expresaron sus puntos de vista. Pero también estuvieron los que cuestionaron el Pacto pero hicieron sus otros aportes, entre ellos los santafesinos Iván Cullen y Carlos Caballero Martín, y otros como Eduardo Barcesat hoy está muy cerca de las posturas del gobierno kirchnerista. La presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, fue convencional, pero nunca respondió a la invitación para los actos.

Maqueda llegó a la Corte en 2002 y en los pasillos de la UNL sostiene que la reforma tiene más luces que sombras y remarca la incorporación de los tratados internacionales de derechos humanos y de integración. “Ha habido instituciones que fueron muy acertadas, por ejemplo la separación del Ministerio Público del Poder Judicial; dentro del Poder Judicial haber elevado a dos tercios el requisito parlamentario para ser miembro de la Corte Suprema de Justicia; haber incluido derechos nuevos como el amparo, la acción de clase, derechos ambientales, a los consumidores, que poco a poco vamos viendo el avance en esas materias. La deuda más grande está vinculada a la cultura política. Por ejemplo, uno de los objetivos de esta reforma era la atenuación del presidencialismo y creo que la hubo. Basta pensar que la Ciudad de Buenos Aires ya elige sus propias autoridades, y ya no depende del presidente de la Nación. Eso es una atenuación. Pero hay otras figuras como el jefe de Gabinete, que si bien han cumplido un rol hacia adentro, porque han trabajado como ministros coordinadores, no han cumplido el rol parlamentario que debían cumplir. Hoy el jefe de Gabinete está desdibujado desde el punto de vista parlamentario. Quisimos introducir en un sistema presidencialista elementos parlamentarios que llevaran hacia un semipresidencialismo. Sin embargo, el presidencialismo se ha afirmado, pero eso tiene que ver con la cultura política”.