Una sesión tensa

Ofendidos y disculpas en el diario de sesiones

  • Fue en Senadores, por un documento de respaldo al gobernador Bonfatti.
 

De la redacción de El Litoral

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Lo que dijo primero un tabloide de distribución gratuita y lo que sugirió luego un diputado provincial opositor fueron amplificados por la Cámara de Senadores, sin querer.

Producto de las desprolijidades con que el bloque del oficialismo llegó a la sesión, más se habló de las ofensas que el bloque del Frente Progresista, Cívico y Social le infirió al peronismo en el Senado, que del fondo del asunto: el público respaldo a la figura del gobernador Antonio Bonfatti ante lo que el oficialismo considera un “ataque político mediático” que vincula al titular de la Casa Gris con el narcotráfico.

Curiosamente, nadie nombró al diputado ni al impreso, pero todo el mundo sabía de quién y de qué se trataba. Es más, como el editor del tabloide es también empleado de la Cámara Alta, presenció las quejas del oficialismo sobre su publicación en pleno recinto, junto a los senadores del PJ. (Con algunos de ellos pudo hablar del tema, en medio de un cuarto intermedio).

El oficialismo llegó con la consigna de defender al gobernador Antonio Bonfatti por haber sido enlodado con las escuchas a un par de narcos de Rosario (presos desde hace tiempo, uno de ellos ex policía) a los que además se investiga por sus conversaciones telefónicas sobre el atentado a tiros contra el domicilio del jefe del Estado y por un presunto plan para matar a integrantes del Poder Judicial.

La idea era que la Cámara, en conjunto, emitiera una expresión de respaldo a la figura del gobernador, pero no fue posible. El gesto había sido acordado en la reunión de los jefes de bloques, pero el diablo metió la cola.

Felipe Michlig (quien peor la pasó ayer) hizo leer una declaración del bloque del Frente que -además del acordado respaldo al gobernador- contenía unos duros dardos propios de un discurso de barricada contra los 24 años de gestión del PJ.

Luego se supo -en el recinto- que el documento que unos iban a presentar y otros a apoyar no había sido leído en la reunión previa a la sesión, celebrada entre los jefes de los dos bloques. Y que el texto original (redactado para una batalla discursiva que ya no era necesaria) nunca se reemplazó por otro, de consenso.

Cuando los senadores peronistas (algunos de ellos ex funcionarios) hicieron bramar sus quejas, el radical de San Cristóbal pidió disculpas (una y otra vez), pidiendo que se quitaran esas expresiones del diario de sesiones.

Hubo perdón pero no borrón. Pese a los abrazos al término de la sesión de dos de los senadores que más se enfrentaron en el debate, los taquígrafos no tendrán que violentar el contenido de la sesión. Los afectos no se negocian, pero lo demás -en política- sí.

" Es muy fácil embarrar, pero después nadie muestra cuando la ropa está limpia. Es una infamia. Las declaraciones del diputado Héctor Acuña son un segundo atentado a la figura del gobernador”.

Rubén Galassi

Ministro de Gobierno