Una sobre las medias

Una sobre las medias

Otro adminículo (o adminipie, para ser más exactos) que está siempre camino a la perdición es la media. Como las biromes en el laburo, como las colitas para el pelo, las medias se pierden. De a una, para colmo. Puedo escribir fácil una nota entera sobre esta desgarradora experiencia. Pero voy a escibir sólo media.

 

TEXTOS. NÉSTOR FENOGLIO ([email protected]). DIBUJO. LUIS DLUGOSZEWSKI ([email protected]).

Artículo jodido, la media. De todas las prendas que usamos, las medias son las más comunes que vienen de a par. No usamos tantos zapatos, zapatillas o calzado como medias. Y los aros no cuentan. Siempre se pierde al menos una media, porque la que queda lo hace por el valor promedio y testimonial de recordarnos la ausencia de la otra. Pasa que una media sola es lo más inútil que puede existir: no podemos usarla hasta la aparición o reaparición con vida de la faltante.

La pérdida de medias es un clásico. En “Heartburn” (o “Se acabó el pastel”), Jack Nicholson usaba constantemente la excusa de ir a comprar medias para salir con su amante. Las medias se pierden, incluso las medias naranjas...

Un punto importante de pérdida puede ser el cesto de la ropa para lavar: una media puede quedar colgada por ahí, escondida en la pierna de un pantalón, o simplemente detrás del cesto, por días, meses, para siempre...

Otro lugar donde las medias suelen perderse es en los lavarropas. No es un laberinto, ya lo sé, no se trata de una caja con compartimientos secretos, pero pareciera que el lavarropas tiene una particular aversión o cariño (según se mire) por... una media. A lo mejor, se alimenta de ellas, las fagocita, las traga secreta y placenteramente, las oculta. A veces puede ser torpeza nuestra; la media, pequeña como es, puede quedarse escondida a nuestra primera mirada y al tacto, pero resulta que está por allí. En otros casos, las gomas o burletes de los bordes la sostienen o retienen. En otras, se caen por ahí cuando sacamos las prendas; en otras se oculta dentro de una remera o vaya a saber dónde.

Pero las medias, de a una, se pierden. Las muy guachas.

El otro sitio donde se siguen perdiendo las que todavía están de a par, es en el guardado. Por ahí, uno pone medias en el cajón equivocado y allí están por meses.

Otro lugar de pérdida de una media es en los cambios de casa, pijamadas, gimnasios, natatorios, peloteros: uno llega con las dos medias y puede volverse tranquilamente con una sola. Mi hija, sin ir más lejos, perdió en el piletón de pelotitas de un pelotero una de sus medias verdes con vaquitas amarillas. Medias nuevas, porque uno las manda a los cumple con medias “lindas”, para que las otras yeguas de las madres no hablen al cohete (o al cuete) sobre los descuidados cuidados que le propinamos a nuestra pequeña. Y todavía hoy, a ocho meses de la desaparición, aun yendo al pelotero a pedir la media verde con vaquitas amarillas, todavía tenemos en casa la compañera, nueva e inútil, esperando la improbable reaparición de la otra.

¿Para qué sirve una media? Podría ser para hacer un títere. En nuestra época se podía confeccionar una pelota de trapo. Pero no mucho más.

Hay gente que no se inmuta por la aparición de una sola media. la deja en el cajón, con la esperanza o certeza de que en un próximo lavado aparecerá la otra y el par estará completo.

Después tenés las medias escolares, blancas. Uno no tiene un solo par, sino varios, pero no son todos iguales. Se me susurra por aquí que la solución sería comprar veinte pares iguales: la pérdida de una media no impide el funcionamiento de las restantes con otras. Conozco gente, con tres hijos, por ejemplo, que le cambia las medias escolares todos los días, lo que requiere un mínimo de, digamos, quince pares de medias blancas. Treinta medias de diferente largo, y diferente coloración según uso y antigüedad. Rearmar los pares después del lavado es más difícil que escribir un tratado sobre física cuántica. Así que, Norma, aflojá un poco y permití que las niñas usen el mismo par dos o tres días, al menos.

Otros (ahora resulta que todos son especialistas en medias) dicen que las lavan anudadas, justamente para que no se pierdan. Yo no tengo idea del método o el sistema correcto. Pero, a los del pelotero les digo, si encuentran una media verde con vaquitas amarillas, debajo de los miles de pelotitas, me avisan. Estoy medio preocupado.