Comparando el partido con Chicago al del último sábado con Aldosivi...

Colón visitó los extremos: fue de lo mejor a lo peor

En la autocrítica despiadada de Osella luego del partido del sábado, debe encontrarse la base para que el equipo se parezca al del último lunes en Santa Fe.

Enrique Cruz (h)

Aunque cueste, habrá que aceptar que en estos tiempos modernos, el fútbol parece convertirse en algo mucho más indescifrable de lo que parece. Y que vuelcos como los que ha dado Colón, comparando los últimos dos partidos, son advertibles y suficientemente habituales como para no sorprenderse tanto. Esto va a contramano de los que opinan que el fútbol es simple y más sencillo de lo que muchos suponen. En fin, son apreciaciones que vienen de la mano de la realidad, aquella que todavía pone a Colón en condiciones y perfilado para asumir un protagonismo por el que debe seguir trabajando sin retaceos.

En este concepto se puede encontrar una explicación o una justificación al por qué de una actuación buena frente a Chicago a otra mala ante Aldosivi con apenas cinco días de diferencia.

Entiendo la franqueza y honestidad brutal de su entrenador, al decir todas las cosas que dijo después del partido del sábado en Mar del Plata. Si eso no es autocrítica, la autocrítica, ¿dónde está?, podría decirse con razón. Sirve como punto de partida para mejorar, pero será clave que se la tome de esa manera, como la base para analizar una actuación que fue mala y los errores que se cometieron, propios (del mismo DT) y ajenos (de sus jugadores), para que realmente sirva.

A Osella se le reclama mayor ambición ofensiva. Eso se traduce en aprender a adelantar a su equipo veinte metros en la cancha para no jugar siempre encerrado en su terreno y apostando al contragolpe, sino encontrarse con variantes para salir airoso ante aquellos equipos que decidan no jugarle a atacarlo. Pero Osella no debe perder de vista aquella solidez por la que tanto trabajó y que tan bien supo desarrollar para que a su equipo le conviertan muy pocos goles desde que es el entrenador.

Osella había armado el sistema defensivo manteniendo a los mismos jugadores del torneo pasado y sumando a Lazzaroni en reemplazo de Alcoba. Por ponerlo a Olivera, tiró a Lazzaroni a la izquierda y sacó a Bíttolo sin motivos valederos de bajo rendimiento para que perdiera la titularidad. A esto se sumó la lesión de Castillo y la falta de un marcador de punta con oficio para que lo reemplace. A Garnier y Lazzaroni le pesó mucho tener a dos wines rápidos y desequilibrantes como Carranza y Lugüercio, adoleciendo de las aptitudes naturales de un marcador lateral: Garnier es volante y Lazzaroni es marcador central.

Es cierto que las definiciones no pueden ser terminales, menos si se falla en un solo partido. Pero la actuación defensiva en Mar del Plata genera un toque de alerta para que no se repita. Simplemente, por lo dicho con anterioridad: una de las virtudes que tuvo Osella en su trabajo, fue la de dotar a su equipo de una fortaleza defensiva elogiable. Y no la debe perder.

Del medio hacia arriba, todo pasa por el lugar en el que el equipo decida pararse, como primera medida, y en los argumentos que muestre para aprender a manejar situaciones con la pelota. Colón es un equipo que convierte, a la posesión, en un traslado rápido y vertical. Sin Llama ni David Ramírez, la posibilidad de tener pausa es relativa. Los dos carrileros son delanteros devenidos en volantes, que buscarán encarar siempre y tratar de desequilibrar en el mano a mano. Así, muchas veces el equipo se transforma en largo cuando exagera del pelotazo en la búsqueda de los delanteros. Un pelotazo es sinónimo de querer sortear la mitad de la cancha y eso lleva a dividir el juego y a perder los rebotes, con lo cual la posesión se complica.

El partido del sábado fue un toque de alerta, casi en la misma magnitud de beneplácito que dejó el del lunes pasado en Santa Fe, cuando hubo signos futboleros muy optimistas por la actuación. Se pasó de un extremo al otro. De jugar bien y con contundencia, a jugar el peor partido desde que Osella y el Huevo Toresani dirigen este equipo. La realidad indica que la solución no es el término medio, sino tratar de llegar otra vez al nivel que se tuvo en Santa Fe ante Chicago.

26

Años

Pasaron desde el último enfrentamiento entre Colón y Guaraní Antonio Franco. Fue el 29 de enero de 1988, en el Centenario, y lo ganó Colón por 2 a 1. Claudio Mir y el Caña Belén marcaron para el equipo que dirigía el Patón Aguirre, mientras que Antonio Vidal González (años más tarde jugó en Colón) lo hizo para los misioneros.

Poco tiempo de trabajo

• El plantel rojinegro hizo movimientos livianos en la víspera y fue licenciado hasta esta tarde, ocasión en la que seguramente Osella ordenará movimientos futbolísticos en los que probará algunas variantes para el encuentro del miércoles.

El plantel volverá a practicar mañana a la tarde y luego quedarán concentrados en el hotel de campo a la espera del cotejo ante los misioneros.

Guaraní está viajando a Santa Fe

• Este mediodía, luego del almuerzo, emprendió su viaje con destino a Santa Fe el plantel de Guaraní Antonio Franco, que el miércoles visitará a Colón en el Brigadier López.

El técnico José María Bianco, ex Unión, tenía previsto realizar una práctica en el estadio, ayer, pero la copiosa lluvia caía en horas de la mañana impidió la movilización, que se realizó en forma parcial en el complejo El Polo de Garupá. Hoy lo hicieron en el estadio y luego viajaron a Santa Fe, donde mañana se van a mover en el campo de juego del Sindicato Argentino de Televisión, seccional Santa Fe, en Arroyo Leyes.

Guaraní quedó libre en la cuarta fecha, empató los dos partidos de local y perdió como visitante, por lo que cuenta con dos puntos.

El último partido fue ante Aldosivi, en Misiones, y allí el equipo alistó a Federico Cosentino; Roberto Russo, Alan Vester, Tobías Albarracín y Nicolás Minici; Exequiel Narese, Darío Cardozo, Osvaldo Young y Sergio Sagarzazu; Enzo Bruno; Cristian Barinaga (ex Colón). Luego entraron Sergio Piñero de Silva por Barinaga, Ezequiel Cevallos por Narese y Luis Alberto Silba por Bruno.

Landa y Broun encabezan la fila india. El arquero fue de lo poquito para rescatar en Mar del Plata y Landa, con fallas, fue el que menos se equivocó de los defensores. A Colón le habían hecho un solo gol en cinco partidos y le marcaron dos (que pudieron ser más) en uno solo. Foto: Mauricio Garin