REVISTA “EL MUNDO DE CHIPI Y PEPA”

Apuesta a la creatividad infantil

El nuevo producto saldra junto a la edición de El Litoral a partir de mañana y estará todo el mes en la calle. Con cupón, tendrá un precio de venta al público de 10 pesos y sin el mismo, de 20 pesos

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El nuevo producto está pensado para que el papá, la mamá, el tío o abuelo jueguen, dibujen y hagan junto al niño, creando así un lugar compartido, un momento que ambos vivan y disfruten. Foto: El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

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A partir de mañana saldrá junto a la edición de Diario El Litoral un nuevo producto: la revista “El Mundo de Chipi y Pepa”, como un espacio de entretenimiento infantil que apuesta al juego, al dibujo, a la escritura y lectura en interacción con un adulto.

Estamos viviendo una época en donde se privilegia la eficiencia y la producción, la velocidad hacia un fin y el producto a consumir antes que el ocio creativo, el placer por experimentar y el buscar, o la búsqueda de la experiencia del placer en la creación misma; pareciera ser que los juegos son sólo para niños y que no hay tiempo o disponibilidad para jugar con ellos. Primero lo primero: jugar, dibujar, escribir y leer.

Lo propio de un pequeño es su posibilidad de jugar, de transformar una lona en una capa de Batman, en choza de indios o en un traje nupcial (C. Baraldi). Pero jugar, lejos de constituir una acción espontánea, es el efecto de un trabajo psíquico que el niño realiza. Trabajo que como tal tiene su especificidad, su lógica y su finalidad.

El juego es el primer instrumento con que el niño cuenta para enfrentar y metabolizar las experiencias de la vida, lo que siente y le pasa. Y para eso, jugar no tiene que tener por qué ni para qué. Allí está la riqueza. Quien juega (sin para qué o por qué) puede crear y recrear incesantemente su experiencia, la relación con los otros, la lengua, los aprendizajes, los objetos. Así el sujeto enriquece una y otra vez su realidad psíquica y su relación con el mundo.

Dibujar y escribir

Los primeros mamarrachos iniciales serían como las primeras y más precoces representaciones plásticas del sentimiento del vivir (F. Dolto). Son algo importantísimo para el niño. Dar lugar a estas expresiones es posibilitarlo a él como ser humano, como persona, como sujeto. El garabato es el logro narcisista más fundamental que pueda concebirse.

En la primera infancia, un chico no concibe un dibujo antes de dibujarlo. Mientras dibuja, pinta, hace formas y lo modifica en la medida en que cambian las imágenes y pensamientos. Por ello los niños piensan el mundo al dibujarlo y dibujan lo que imaginan. De allí, el valor subjetivo del dibujo, así como posteriormente será la escritura.

Pero no debe olvidarse que tanto en los dibujos como en la escritura, el elemento fundamental es la creatividad. Aquello que enriquece al niño en su capacidad creativa no es la obra creadora sino su proceso creador, es decir, ese suceder continuo de decisiones de toma de postura ante un diálogo abierto con aquello que se está creando. Esto es lo que lo afianza en su interior.

Leer

Y finalmente leer, la literatura, este mundo ficcional que aloja al pequeño ser humano en construcción que es el niño. La lectura ayuda a las personas a construirse, a descubrirse, a hacerse un poco más autoras de sus vidas, sujetos de su destino, aun cuando se encuentren en contextos sociales desfavorecidos, o más aún cuando se encuentren en situaciones personales muy graves o complicadas (Michelle Petit).

Hay niños y adolescentes, mujeres y hombres, que en el leer elaboran un espacio de libertad a partir del cual pueden darle sentido a sus vidas. La lectura siempre produce sentido, es una experiencia irremplazable, ya que la necesidad de relatos, la necesidad de simbolizar nuestra experiencia constituye nuestra esencia humana.

Por eso el libro o una revista no es un producto como cualquier otro, es una especie de atajo privilegiado para elaborar o mantener un espacio propio, íntimo y privado, es una “habitación para uno mismo” dice Petit, citando a Virginia Wolf, incluso en contextos donde no parece haber quedado ningún espacio personal, o “es salir de viaje” diría Hannah Arendt.

Revista

En este contexto se presenta la revista “El mundo de Chipi y Pepa”, como un espacio de entretenimiento infantil que apuesta al juego, al dibujo, a la escritura y lectura en interacción con un adulto. Está pensada para que el papá, la mamá el el tío o el abuelo la jueguen, dibujen y hagan junto al niño, creando así un lugar compartido, un momento que ambos vivan y disfruten. El placer es el principal motor del juego y del niño. Si la pasa bien, seguro va a querer de nuevo.

No es una revista escolar, es justamente para el ocio creativo. Apuesta a la creatividad infantil, a la respuesta propia, singular y original que un niño da por sí mismo: base de oro para cualquier desarrollo o desafío.

Poder pensar al niño como alguien en construcción y que nosotros somos un factor vital e importante en ese proceso. Apostar al juego, al dibujo y a la literatura es poder abrir las posibilidades subjetivas de ese chico.

Parafraseando a Petit, “se puede ser un niño muy humilde con grandes pérdidas y dolores pero disfrutar de deslizarse en el pellejo de un caballero de la Edad Media para imaginarse seduciendo a una princesa que se sienta al fondo del salón de clase”. Estos encuentros son los que abren puertas, posibilidades, vidas.


Laguirreta

  • La idea, diseño y realización son de Laguirreta. Lorena P. Aguirre, psicóloga (psicoanalista) y diseñadora gráfica (Universidad Nacional de Rosario), magíster en salud comunitaria (Universidad Heidelberg, Alemania). Trabaja en el sector Salud Mental del Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia desde 1999. Es docente universitaria en la Escuela de Sanidad de la Universidad Nacional del Litoral. Realiza talleres con niños y ha publicado en diferentes diarios de la región secciones de entretenimientos infantiles.