editorial

  • La entidad que nació en Santa Fe poco después de la Constitución, reclama las reglas de la República para volver al cauce del crecimiento.

Los 130 años de la Bolsa de Comercio

La celebración de los 130 años de la Bolsa de Comercio de Santa Fe sirvió de escenario para reafirmar el cauce de valores fundamentales, históricos e institucionales, sobre los cuales es posible -necesario- pensar y actuar por una Argentina en desarrollo.

El firme planteo para retomar el cauce constitucional de división de poderes y federalismo, fue el primero de los puntos de apoyo reclamados por la entidad. El legado de Juan Bautista Alberdi actualiza su vigencia en contraste con las necesidades del país por estas horas.

La apertura al mundo planteada en sus Bases se puede traducir en la posibilidad de generar divisas. La falta de dólares para afrontar necesidades internas y obligaciones externas es el problema que por derecha e izquierda apuntan los economistas como desafío urgente de la economía.

No hay razón para que la Argentina pierda mercados para sus productos agroindustriales. Los granos, la leche, la carne que los santafesinos producimos e industrializamos y no podemos vender a satisfacción para el consumo interno, y que además podríamos exportar, son prueba de un fracaso político inadmisible.

Es indispensable tener reglas claras que generen confianza; aprovechar las ventajas de la tierra y de la capacidad industriosa del hombre; ordenar la logística para promover el comercio de bienes. Sostener el trabajo y la calidad de vida argentinos mediante los mercados ganados en el mundo.

Cambiaron las tecnologías y los medios, pero el desafío no es distinto del que se plantearon los constituyentes de 1853 o los santafesinos que dieron origen a la Bolsa de Comercio años después, en 1884, aportando con organización e inversión un efectivo desarrollo a la ciudad y a su región.

Ese camino está disponible una vez más pero necesita del retorno a la ley. Hubo un singular reclamo institucional desde la BCSF sobre las cuentas pendientes de la reforma constitucional de 1994 a 20 años de su sanción; la necesidad de atenuar el presidencialismo fue uno de los puntos planteados.

La centenaria casa de la peatonal San Martín convocó en sus salones a funcionarios y legisladores, a empresarios y aspirantes del poder, a religiosos y científicos. Un simple repaso de la lista de asistentes -y a lo que representan como capacidad- permite pronosticar la posibilidad del crecimiento que la sociedad necesita.

Esa misma sede es la que da cabida a la promoción de la investigación para el desarrollo, a la captación de ahorro para inversiones productivas, a proyectos de inversión. Y también a mesas para un diálogo que no tiene escenario en muchos de los salones donde hoy se ahoga el poder público del país.

Es fácil -inconducente- refugiarse en prejuicios y descalificaciones efectistas para decidir qué es progresismo en la Argentina de estos días. No es para débiles el desafío de recuperar valores para reencauzar un desarrollo económico comprensivo de las necesidades sociales que el país demanda.

La Bolsa de Comercio es un referente de Santa Fe, de su origen e historia. Habitan en ella valores para el futuro y argumentos que se pueden contrastar pero no omitir a la hora de procurar el verdadero desarrollo.

No es para débiles el desafío de recuperar valores para reencauzar un desarrollo económico comprensivo de las necesidades sociales que el país demanda.