“CHIRIMBOLOS Y COSITAS”
La imaginación al poder
La obra a cargo del grupo El Ogro, se presenta en la Casa del Maestro. Mañana a las 16, habrá una nueva función.
Foto: GENTILEZA GIULIANA MANCINELLI
Juan Ignacio Novak
“Chirimbolos y cositas”, que presenta en la Casa del Maestro el grupo El Ogro, es ante todo un espacio donde la fantasía ocupa un lugar privilegiado. Es que, con poquísimos elementos y una constante apelación a la creatividad, en una interacción permanente entre los actores y el público, se construye un tren, se aprende la forma de ser un buen payaso, se observa un “ensayo” para una película de ladrones y policías, se comparte un té inglés con personajes muy especiales y se asiste a un accidentado show de magia a cargo de dos torpes “aprendices”.
La obra, escrita por el prestigioso Jorge Maestro y que en este caso dirige Silvia Paredes, maneja a la perfección los códigos de la vertiente más tradicional del teatro para niños, que parte de la premisa de que los “pequeños espectadores” deben estar en todo momento entretenidos, estimulados e involucrados activamente en la propuesta. En este caso, la premisa se cumple desde la misma recepción del público, que marca el preludio a los diversos sketches que integran la puesta, hasta la despedida final, donde los personajes se unen en un saludo en apariencia nostálgico, pero que promete futuras risas.
Carina Cammaroto, Sergio Gullino y Leonidas Gnoatto realizan un sólido trabajo actoral, al servicio de un guión ágil y muy bien construido, del cual logran extraer las máximas posibilidades, a lo que se suma una adecuada labor de Ignacio Gon.
El aspecto más sobresaliente es la química que demuestran todo el tiempo en escena: se divierten -eso se percibe- y el público (infantil y adulto) disfruta. Merece una mención el trabajo de Cammaroto: versátil, está excelente como tía amnésica, actriz enamorada y payaso, con un gran manejo de la expresión corporal y de los ágiles cambios de registro de un personaje a otro.
Creativos
“Si no queda otra opción, jugamos con la imaginación”, dice en un momento uno de los personajes. Y esto se cumple a rajatabla. Aún a riesgo de entrar en la referencia a lugares comunes, hay que decirlo: en tiempos en que el asedio permanente de las nuevas tecnologías digitales ofrece -con inquietantes velocidad y voracidad- todo resuelto y a veces coarta las posibilidades de creatividad, “Chirimbolos y cositas” es un espacio para, si se quiere, establecer una “resistencia”.
De esta forma, elementos simples y de uso diario como una percha, la página de un diario, un sombrero o un pañuelo les sirven a los actores, en un trabajo muy destacable, para moldear mundos llenos de imaginación donde los chicos pueden entrar, jugar, reírse y por sobre todas las cosas activar su creatividad.
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