Tomar lo nuevo que nos identifica

Si hay una palabra que define la temporada primavera-verano es el color. Éste será apreciado en todas sus tonalidades: desde los hiper-fuertes (vibrantes, brillantes, plenos) como el rojo, verde, azul; los cítricos: naranja, limón, pomelo; hasta llegar a las tonalidades pastel (también llamados empolvados o apastelados).

Los colores neutros (blanco, negro, nude) estarán siempre presentes y como novedad reaparecen con mucha fuerza los metalizados, tanto oro como plata no sólo para la noche sino también para el día.

Cueros lisos, texturados, prints, hasta con estampas tropicales sobre los cueros, charol y gamuzas, sin importar la hora del día.

Una temporada caracterizada por la diversidad de modelos: panchas, balerinas y mocasines dentro de los modelos más cerrados, pasando por los peep toes (boquita de pez) y las sandalias, con todas las formas en las bases y alturas. La plataformas serán las preferidas con o sin tacos separados. Éstos serán más anchos de lo que estamos acostumbradas a ver.

Si hablamos de carteras encontraremos que ganó mucha predominancia en el total look, tanto en las más clásicas y tradicionales, como en otras que son el foco de cualquier conjunto, dominando el outfit

Encontraremos una amplia variedad de bolsos como golferitos, baulitos, carteras de mano y shopping bags, o carteras desestructuradas, con mosaicos de patchwork, flecos lánguidos y pompones. También estarán las que destacan las líneas geométricas y clásicas: carteras bitono, con poca presencia de herrajes; el glamour de los matelaseados; las tachas, minitachas o remaches piramidales, enmarcando perímetro; rayas y moños rectos en las más osadas. Podemos tomar la tendencia que más y mejor nos identifica para hacerla propia.

Carteras Blaqué y sandalias Carina de la Cruz.