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Varias generaciones de niños y niñas ocuparon las aulas de una escuela que acompañó el desarrollo del norte de la ciudad.

El comienzo de la escuela José Gálvez

La escuela primaria Nº 27 José María Gálvez, ubicada en Blas Parera 10.255 (Cabaña Leiva), celebra 100 años de existencia. De aquellos modestos inicios en un galpón prestado con 43 chicos, la institución fue creciendo y hoy atiende a 900 alumnos de 1º a 7º grado, provenientes de los grandes planes habitacionales que se construyeron al norte de la ciudad.

TEXTOS Y RECOPILACIÓN DE DATOS. GLORIA M. G. ZAPATA (*).

 

Al norte de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz se encuadraba una extensa zona rural con algunas pocas quintas que era conocida con el nombre de Piquete. Su escasa población se dedicaba a las actividades agrícolas, en la que se destacaban los jornaleros. No existía la ruta Nº 11; sin embargo había una vía de comunicación asfaltada.

Hacia la segunda década del siglo pasado, Manuel Menchaca, 31º gobernador de la provincia (1912-1916), declara en los mensajes de gobernador a las Cámara del Congreso: “La instrucción pública ha sido preocupación constante de este Gobierno (...), hay que multiplicar esfuerzos en el sentido de combatir al analfabetismo (...). Hay una iniciativa que merece subrayarse, es la que refiere a la creación y difusión de Escuelas Populares” (Menchaca, 1915). Queremos remarcar esa iniciativa ya que se extendió a través de los años, y llegó a un centenario que vivimos intensamente.

Con ese concepto tan contundente de gestionar la educación pública es que el 17 de enero de 1914 nombra a Alejandrina de Sarno directora de la Escuela Elemental de 3º categoría Nº 4 de Piquete. Nombra ayudantes a Josefina Giobando y Lastenia Escobar, la segunda en carácter interino. (Archivo, 1014).

Se supone que alrededor de 1935 es trasladada a una casa que el gobierno alquila hasta el año 1994.

En sus comienzos traía en sus raíces tanta potencia que pudo permanecer como vertebrante de la historia del barrio. Se entremezclan los crecimientos paulatinos de ambos, escuela y barrio.

Soplaron tan fuertes los vientos desde la zona norte, que comenzó a crecer la comunidad, y fue tan bueno este crecimiento que la escuela fue quedando chica. Pero no claudicó y fue adecuándose a las exigencias del medio, dando respuesta y albergando cada vez más niños. La fuerza y el deseo superaron los obstáculos.

LAS HISTORIAS DE LA GENTE

En el año 1926 la escuela recibe como directora a Amanda Lértora de Porta. Una ex alumna, Aída Pirotine, la recuerda muy flaquita, alta y algo entrada en años; la describe como muy servicial y comprometida con el barrio. Relata que cuando los chicos terminaban de comer, salía con la olla a repartir la comida que sobraba por el barrio.

En ocasiones se iba al centro de la ciudad y en los negocios pedía cuadernos y lápices para los chicos.

De aquellos años de lucha tuvo un homenaje a su altura: la gente de Cabaña Leiva impuso su nombre a una plazoleta.

Ana María Persello, ex alumna y ex docente de la institución, narra: Escuela 27, muchos recuerdos, que permanecen imborrables.

Continúa el crecimiento de alumnos hasta que fue necesario implementar los tres turnos de dictado de clases.

En una entrevista a la docente Viviana Alvarez, quien trabaja en la escuela desde hace 19 años, nos relata: “Recuerdo una etapa particular. Existían tres turnos, porque la cantidad de alumnos excedía la cantidad de salones que había en el local escolar. La organización era la siguiente: mañana, de 7.45 a 10.30, 1º y 2º grado; intermedio, de 10.30 a 14.30, tarde, desde las 14.30. Había preescolar en ambos turnos.

No fue una época fácil, pero todos trabajaron con esmero para que la educación de los niños del barrio no sea interrumpida.

Una parte del nuevo edificio, el ala norte, se inaugura en 1994. allí empieza a funcionar el primer ciclo. En 1998 se empiezan a estimar las necesidades a futuro ya que en el término de cinco años se habían instalado varios barrios, entre ellos Monseñor Zaspe, Marcos Bobbio y Abasto. Además, Cabaña Leiva continuaba en pleno crecimiento, ya se veía que la matrícula había crecido el doble.

Por ese motivo se solicitó la construcción de la ampliación -que constaba de dos alas (oeste y sur)- de aulas y la norte para la utilización de biblioteca, vice dirección y el laboratorio, tal como se encuentra hoy en día la construcción.

Al ingresar a la escuela Nº27 “José Gálvez” nos encontramos con un imponente edificio, y entre los pasillos un montón de relatos atesorados por 100 años. Pero más allá de los muros, son las historias de vida que se entretejen en innumerables anécdotas, las cuales marcaron la cultura tan particular de esta institución dedicada a pleno al bienestar de los niños.

(*) Docente de la institución.

+datos

FUENTES

- Ministerio de Educación de Santa Fe.

- Archivo General de la Provincia de Santa Fe.

- “El libro de los abrazos”, Eduardo Galeano, 1993.

ENTREVISTAS

Ana Persello, Miguel Angel Belletti y Nora Garnica. Colaboración: Julio Merki.

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La escuela hoy, en los festejos por los cien años.

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El frente de la institución, en septiembre de 1944.