Cruento golpe en pleno centro

Asalto, tiroteo y captura

  • Tres delincuentes asaltaron una agencia de quiniela con clientes adentro. Seguidos por la policía, los rufianes abrieron fuego en plena calle. Uno de los ladrones terminó apresado.
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“Se trabaja pensando siempre en la familia, en los hijos, que son los que quedan preocupados todo el día”, dijo el suboficial José Andrés Notta (25) Fotos: El Litoral

 

Danilo Chiapello

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A sólo horas de haber puesto en juego su vida, la voz de José Andrés Notta se escucha calma y serena.

Las palabras de este suboficial de 25 años, que desde hace 6 se desempeña como suboficial de Policía en la Brigada de Explosivos de la Unidad Regional I, transmiten una especial sensación de paz.

El bienestar de este joven tiene relación directa con un violento hecho ocurrido ayer y del cual salió vivo gracias a que tenía colocado su chaleco balístico.

Relato directo

En diálogo con este diario, José recordó que “todo comenzó a media tarde cuando desde el 911 avisan que habían cometido un robo en una agencia de quiniela de Avda. Freyre al 3300, donde le sustrajeron dinero al agenciero y a los clientes.

“Nosotros estábamos un poco lejos y esperábamos las ampliaciones. Ibamos por Mosconi hacia el norte cuando escuchamos que los delincuentes eran tres muchachos que se conducían en un Fiat 147 bastante precario, de color clarito, que humeaba. Los tipos iban armados.

“En la intersección con Corrientes vemos que viene un Fiat 147 con la descripción que teníamos, con tres sujetos arriba. Se hacen los desentendidos cuando nos ven. Pero me doy cuenta que el coche humeaba entonces no tuve dudas que eran ellos. “Damos la vuelta y ellos aceleran. Le digo a mi compañero que informe que estábamos detrás de los sospechosos. Llegamos a Roque Saenz Peña y Mosconi, prendemos las balizas, le tocábamos bocina y hacían caso omiso. En ningún momento querían parar. Se burlaban y no acataban. Entonces le digo a mi compañero que informe que estabamos directamente en persecución.

“Vemos que los tipos hablan entre ellos y en eso observo que el que iba atrás nos apunta con un arma. Mi compañero desacelera y sentimos el primer impacto que pega en el auto, en el parabrisas delantero.

“En eso pedimos apoyo y comunicamos que teníamos un enfrentamiento. Le pregunto a mi compañero si estaba bien. Entonces lo seguimos a distancia. Y los tipos seguían tirando.

“Ahora el acompañante del conductor sacaba la mano por la ventana y nos tiraba. Yo trataba de evadirlos con frenadas y maniobras. Le decía a mi compañero que tenga cuidado porque a esa hora está llena de gente la calle.

“Cuando llegamos a Pje. Galisteo y 3 de Febrero, en barrio San lorenzo, vemos que desaceleran la marcha. Descienden del auto y salen corriendo. Mientras seguían efectuando disparos. Nosotros repelimos algunos tiros como para asustarlos.

“Seguimos a uno que lo teníamos más al alcance y vemos que se mete en una casa en Gaboto. Pateó una puerta, amenazó a la gente y se metió nomás. La gente estaba desesperada y pedía auxilio. Se metió justo en una habitación que no tenía salida.”

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Notta manejaba el patrullero durante el tiroteo y por suerte tenía puesto el chaleco balístico que le salvó la vida.

“¡Perdiste viejo!”.

“No te conviene seguir escapando porque no tenes opción. La única puerta de salida es ésta en la que estoy yo. Ya perdiste viejo.... salí con las manos en alto y terminemos todo”, recordó que le dijo Notta al rufián acorralado.

“Estaba metido abajo de la cama. Lo esposo y lo subimos al móvil y volvimos al lugar para ver si podíamos agarrar a los otros dos, pero se nos escaparon.

“Los vecinos mucho no nos querían decir. Hicimos un rastrillaje caminando hasta donde habían dejado el Fiat 147. Estaban las llaves de la quiniela y los casquillos de 9 mm. Había entre 5 ó 6.

“Después volvimos a nuestro móvil y todos mirábamos y nos preguntábamos cómo no me había pegado a mí. De pronto uno de los compañeros vio que el chaleco tenía una marca. Entonces hicimos la trayectoria de la bala y nos dimos cuenta que me había pegado.”

Siempre es un laberinto

A la hora de reflexionar sobre lo ocurrido Notta expresó que “en lo único que pensé era en no lastimar a terceros y que no nos lastimen a mí ni a mi compañero. La intención era agarrarlos a todos, pero no se pudo. Gracias a Dios estamos bien y no hubo que lamentar víctimas inocentes. Porque pudo haber salido peor.

“Ellos estaban decididos a no aflojar. No querían entregarse. Por suerte que teníamos el chaleco.

“Ahora quiero agradecer por la respuesta de los compañeros que llegaron todos rápido. También el apoyo de nuestros jefes. Todos estuvieron con nosotros.

“Nuestro trabajo es un laberinto. Entramos y no sabemos con qué nos vamos a encontrar. En nuestra mente se nos viene la familia, los hijos, nuestra pareja, que son lo que están preocupados todo el día”, culminó.

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Los delincuentes tiraron desde adentro del Fiat 147 y rompieron su parabrisas trasero.