Advertencia del secretario de la UIA José Ignacio de Mendiguren

“El peor riesgo es que vuelva a primar la valorización financiera”

  • El actual diputado nacional pidió recrear las condiciones que se dieron en el país entre 2002 y 2008. “Hay que llegar al año próximo sin profundizar la situación que tenemos”, afirmó.
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De Mendiguren pidió volver a poner en marcha los motores que impulsaron la economía en la primera mitad de la década pasada. Foto:DyN

 

Gabriel Rossini

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El secretario de la Unión Industrial Argentina y diputado nacional por el Frente Renovador, José Ignacio de Mendiguren, pidió recuperar el círculo virtuoso de la primera mitad de la década pasada que permitió a la industria crecer el 110 por ciento y a la economín generar 5 millones de puestos de trabajo y dijo que no es necesario realizar un ajuste de los tradicionales porque “cuando uno achica, se achica todo, el salario, la recaudación”.

“Se habla de la década ganada o de la década perdida y a mí me parece que es la década partida. Hubo un período positivo desde la salida de la convertibilidad hasta principios de 2008 donde el país tuvo como motores del crecimiento un tipo de cambio competitivo, baja inflación y orden de las cuentas públicas, lo que permitió recrear espacios de rentabilidad en casi toda la economía productiva y poner en marcha el país en tiempo récord. Fuimos la sorpresa del mundo. En 2002, el FMI blindó a Brasil con 30 mil millones de dólares y a Uruguay con 3 mil porque nos daban por perdidos. Y Argentina en un año y 3 meses hacía un traspaso de mando con un gobierno en paz, creciendo al 7 %, con una inflación del 3 %, superávit fiscal y comercial. Un país sin nuestra capacidad emprendedora no hubiera podido generar eso”, enfatizó.

“Ahora nos encontramos en otro escenario. En 2011 el gobierno ganó con el 54 por ciento de los votos y con ello se hizo de mucho margen político en un contexto donde la economía crecía fuerte y sólo había sufrido una caída de reservas de 6.000 millones, nada grave si se corregía a tiempo. Pero vino la época Moreno, la arbitrariedad, aquello de que ‘si no te gusta lo que hago tirame las llaves de la empresa que la manejo yo’ y en vez de volver a poner en marcha los motores para que ingresen divisas nos paramos arriba de las que teníamos y se inventó el cepo, que generó el desdoblamiento del mercado de cambios, una historia que Argentina conoce. Cuando se desdobla el mercado lo primero que se para es la inversión porque nadie trae dólares”, diagnosticó.

—Además nuestra memoria histórica nos dice que cuando se toma una medida de ese tipo, por más que no sea cierto, es porque no hay más dólares.

—A partir de ahí se empiezan a errar las medidas, a buscar culpables más que soluciones, a pensar que el problema es de los empresarios, de los sectores concentrados solamente y los motores del crecimiento se pararon. Y el gobierno en vez de poner toda la energía en recuperarlos siguió insistiendo con las medidas que hicieron que se perdieran. No había que seguir profundizando ese camino sino volver al círculo virtuoso que tuvo este mismo gobierno. Y cuando uno erra el diagnóstico también erra el instrumento. Una inflación de 3 por ciento pasó a ser del 35, los superávits gemelos que eran el 4 del PBI se convirtieron en déficit y el cambio competitivo se perdió. Pero a esta situación de caída del nivel de actividad, de empleo y de las economías regionales se llegó no por una medida aislada sino por un proceso. Por lo tanto, no se va a salir con una medida salvadora sino con un proceso y en un contexto complicado porque al gobierno le quedan 450 días de gestión y tiene que generar los consensos necesarios que permitan atacarla y devolverle la competitividad a la economía.

—Es muy difícil para un gobierno generarla cuando le falta tan poco tiempo para terminar su mandato.

—Es clave que el gobierno entienda desde el concepto de amigo-enemigo, blanco-negro, patria-buitre, estás conmigo o sos destituyente, va a ser muy difícil recrear la confianza.

—La mayoría de los economistas y algunos empresarios industriales también, están planteando que para recuperar el circuito virtuoso del que habla es necesario un ajuste. Y usted es de los que creen que no es necesario.

—El concepto de ajuste tradicional ya sabemos lo que es. Cuando se ajusta este desequilibrio por el ajuste tradicional que es achicar todo, se achica todo: la recaudación, el salario, la economía. Yo creo que se sale por el camino contrario, por la inversión. Y nadie en el mundo invierte en una economía que se achica. Además, cuando una sociedad tiene las necesidades insatisfechas como todavía tiene la argentina, intentar salir con más recesión en vez de volver al círculo virtuoso me parece un error. Y para eso la clave es poner la energía en recuperar la inversión. Frondizi decía que nadie compra una máquina para producir lo que no vende. Es como elemental, no. Además el mercado interno es clave. En el mundo el comercio que cruza la frontera no es más del 20 por ciento. Está claro que hay que recuperar el poder adquisitivo del salario bajando la inflación.

—Ahora, la gran incógnita es cómo salimos.

—Hoy Argentina está volviendo a tener un problema histórico que es la falta de dólares para pagar las importaciones para que la economía funcione. Por lo tanto es clave dar una señal de que a este tema lo vamos a resolver. No hay que ser muy ingeniosos para conseguir dólares: o con el comercio exterior o con créditos para la inversión, no para el endeudamiento como en la década del ‘90. Respecto a los créditos, hasta que no se resuelva el frente externo no se podrá avanzar. Y como el precio de los commodities está cayendo hay que crecer con exportaciones con valor agregado.

—¿El año que viene el gobierno deberá administrar la escasez?

—Exactamente. Por lo tanto hay que tener un equipo muy profesional, con una visión muy de conjunto porque hay que administrar y saber cómo voy a gastar los dólares escasos, en qué insumos. También creo que a partir de los primeros meses del año que viene la expectativa de cambios nos va a jugar a favor porque muchos inversores -que por lo general cuando ven que el escenario mejora se anticipan- van a invertir en sectores estratégicos como energía, hidrocarburos, telecomunicación y minería. Hoy hay activos baratos en el país, donde cualquier fondo internacional decida poner una ficha en la Argentina nos tapan de dólares. Hay que llegar al año próximo sin profundizar la situación que tenemos.

—Se ha referido muchas veces a la Argentina como que vive en un péndulo. Da la impresión de que ahora comenzó a moverse en dirección contraria al de la última década.

—Este es el peligro. Me preocupa que la gente no comprenda y vuelvan a opinar los que nos llevaron a la crisis del fin de la convertibilidad. Veo a Cavallo dando conferencias y la verdad que me preocupa que los argentinos crean que la respuesta a esta situación no es recuperar los motores de la primera parte de la década sino volver a experiencias donde a la Argentina le fue muy mal. Lo más importante para el país es terminar con las etapas fundacionales, que cada uno que llega viene a refundar la Argentina y la termina refundiendo. No volvamos a experiencias que fracasaron.

 

“La Ley de Abastecimiento no es lo que el país necesita”

  • Con respecto a la Ley de Abastecimiento impulsada por el gobierno nacional, De Mendiguren dijo que no es lo que necesita el país en estos momentos. “Estamos totalmente de acuerdo en que hay que defender al consumidor. Esto hace a toda economía civilizada y moderna del mundo. Pero creemos que ésta ley no es el instrumento, que está en la ley de defensa de la competencia y en los tribunales”.

“Podemos decir que es inconstitucional porque va contra la división de poderes. Pero como hombre de la industria la veo desde otro lado. Argentina para salir de la situación económica en la que está necesita volver a crecer como mínimo al 4 % y para que eso suceda hay que subir 6 puntos la inversión que hoy está por debajo del 20 por ciento del PBI y llevarla al menos a 24 puntos. Esto tiene que ser prioridad. Ahora si queremos flotar, si queremos no torcer la tendencia podemos mirar para otro lado. Una ley de éste tipo nos perjudica, es como pegarle un tiro a la cantimplora en el desierto”, enfatizó.

“Mientras tenemos que exportar con mayor valor agregado y aumentar la inversión, yo pretendo decirle a algunas empresas -grandes o chicas- si son formadoras de precios o no, que además es un término muy ambiguo porque ¿qué es un formador de precios? ¿el sodero del pueblo es un formador de precios?. Tengo que decirles que voy a poder intervenir en la formación de su precio justo (¿qué es justo?), que el stock debe ser el adecuado (muy ambiguo) y además la interpretación que de eso va a hacer la cabeza del secretario de Comercio o de cualquier gobernador. Pregunto ¿cuál es el criterio del stock justo de Insfrán, Alperovich, De de la Sota o Bonfatti? Leyes de este tipo se prestan a ambigüedades, le resta certeza a quienes tienen que invertir y no saben con cuáles reglas jugarán”.